Instalación presentada en el marco del Día de los Patrimonios

Estación Pirque: el pasado ferroviario de Santiago y su futuro vinculado al desarrollo del Metro

Estación Pirque: el pasado ferroviario de Santiago con miras al futuro
Sebastían Tapia detras de la obra
Sebastián Tapia actualmente es estudiante del Magíster en Intervención del Patrimonio Arquitectónico (MIPA) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile.
estación pirque original
Demolida entre 1942 y 1943, la Estación Pirque fue construida con motivo del Centenario por el arquitecto Emilio Jéquier entre 1907 y 1911.
toma aerea de la puesta en escena de la estación
La intervención consistió en una estructura metálica de 20 metros de altura por 40 metros de ancho y cerca de 47 toneladas de material. El resultado fue una réplica a escala real de lo que fue la extinta estación.

En 1910, Chile celebró su centenario con miras a posicionarse como un país moderno y referente a nivel continental. Esta voluntad se materializó en el desarrollo de distintas obras de infraestructura concentradas en Santiago. Entre ellas, figuran el Palacio de Bellas Artes, convertido actualmente en el Museo Nacional de Bellas Artes, y el Museo de Arte Contemporáneo (MAC), así como la construcción y renovación de estaciones de ferrocarril de la capital como Estación Central, Mapocho, Yungay, San Eugenio y Pirque.

La Estación de Ferrocarril de Pirque fue de particular interés para Sebastián Tapia, estudiante de Magíster en Intervención del Patrimonio Arquitectónico (MIPA) de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, quien analizó exhaustivamente la historia de este espacio, que operó entre 1910 y 1941 en el entorno de Plaza Baquedano. La obra fue desarrollada por el arquitecto Emilio Jéquier entre 1907 y 1911, quien también fue autor de obras como el Palacio de Bellas Artes, la Bolsa de Comercio de Santiago y la Estación Mapocho.

Al respecto, Sebastián Tapia señala que dicha estación se dio en el marco del interés, durante ese periodo, por lograr una conexión ferroviaria en una capital que crecía aceleradamente, generando lo que se denominó como cinturón de hierro, un "sistema de red y de conexión entre trenes y tranvías" que conectaron a Santiago, pero que también sirvió "para que otras zonas, como el Cajón del Maipo, estuvieran conectadas”, explica el arquitecto.

Lamentablemente, gran parte de las estaciones que componían el "cinturón de hierro" fueron cerradas o demolidas. Este fue el caso de la Estación Pirque, ubicada en el acceso norte del actual Parque Bustamante, en lo que son las obras de la futura línea 7 del Metro. Si bien fue demolida entre 1942 y 1943, desde el 24 de mayo y hasta el 30 de mayo, la fachada de la estación volvió a la vida a través de una instalación desarrollada por Sebastián Tapia, con el apoyo del Programa de Revitalización de Barrios e Infraestructura Patrimonial Emblemática (Pribde) y la Municipalidad de Providencia.

La intervención consistió en una estructura metálica de 20 metros de altura por 40 metros de ancho y cerca de 47 toneladas de material. El resultado fue una réplica a escala real de la extinta estación inspirada en la arquitectura francesa. Tapia describe a este recinto como una víctima del crecimiento hacia el oriente que sufrió la capital y las modernizaciones desarrolladas por el Plan Brunner-Humeres en 1930.

Mirar la memoria olvidada para progresar

Pensada originalmente como una instalación para el Día de los Patrimonios, su éxito y convocatoria motivaron al municipio de Providencia extender la instalación de "Estación Pirque". Sebastián Tapia ha agradecido esta gran aceptación que tuvo el proyecto. Sin embargo, también siente que se ha malinterpretado el objetivo de la instalación. Según explica el arquitecto, varios han comentado este proyecto como un llamado a reconstruir permanentemente la estación, una visión de la que Tapia discrepa.

“Es como vivir el duelo, ver lo que se perdió y seguir adelante. Pero también es como ver las cartas que tenemos ¿Qué es lo que se perdió? Hacer presente y tener en la mente lo que ya no tenemos, pero no reconstruirlo (…) Como que lo encuentro un falso histórico, como decimos la gente de patrimonio. Hay que ver la manera de cómo se puede resignificar”, plantea el arquitecto. Esta puesta en valor coincide con el propio desarrollo de Santiago y el proyecto que continuó la movilidad urbana dentro de la capital, el metro de Santiago. “Al final, el metro empieza a cumplir el mismo trazado que tenía el cinturón de hierro. Pero yo pienso que, de no demolerse, habríamos tenido el metro 30 años antes. Se podría haber reemplazado un montón de cosas”, analiza Tapia.

Más allá de su demolición, instalaciones como la de la Estación Pirque rescatan el interés por un legado que se vincula y manifiesta en el presente, como los proyectos actuales que reactivan la infraestructura ferroviaria del país. “Puedo ver el paralelismo entre metro y tren. No es lo mismo, obviamente, pero imagínate una ciudad sin metro. Santiago sería lo que eran los años 70, 80, que era como una locura de transporte público”, comenta Sebastián Tapia.