En los últimos años, lograr la igualdad de género se ha convertido en una lucha para muchas y muchos y, aunque se ha avanzado, aún hay cifras que siguen demostrando que existe desigualdad entre hombres y mujeres. Por ejemplo, el primer estudio nacional sobre mujeres en la construcción en Chile, desarrollado en la Facultad de Economía y Negocios (FEN) Uchile, reveló que el 60% de los trabajadores del sector percibe discriminación de género y la mitad de las mujeres ha enfrentado comentarios despectivos en su entorno laboral.
La Universidad de Chile lleva años trabajando en esta línea, aunque la Dirección de Igualdad de Género (DIGEN) fue creada en 2018, el trabajo comenzó mucho antes. Según relata Carmen Andrade, directora de esta unidad, "fue por allá por el 2013, con una comisión primero, una comisión triestamental, que fue la que le dijo a la universidad: 'tenemos problemas de desigualdad, de discriminación', y se acordó armar un mecanismo institucional, en esa época una oficina que tenía un nombre rimbombante, se llamaba Oficina de Igualdad de Oportunidades de Género y, en realidad, era yo y mi computador”.
"El primer gran paso, puede sonar poco concreto, pero fue que la Universidad hiciera un diagnóstico y reconociera públicamente que la Chile, lo digo en una frase, era como Chile, o sea, que también aquí había brechas salariales, había menos acceso de las mujeres al mundo académico, había más barreras para llegar a los cargos directivos. ¿Y por qué eso fue tan importante? Porque ninguna universidad lo decía”.
La socióloga aseguró que ese fue el punto de partida, reconocer y enfrentarlas “a través de la creación de políticas, planes, protocolos, reglas, normas, en fin, y hoy día ya tenemos una respuesta mucho más robusta”.
Carmen Andrade reconoce que se ha avanzado, pero que aún falta, y es por eso que el pasado 8M se puso énfasis en lo que hay que trabajar: los procesos formativos. "En la Chile hay un modelo educativo que incorporó criterios de igualdad de género, hay orientaciones, hay profesores que se han ido formando en materia de igualdad de género, pero nosotros no podemos decir hoy día que todo el currículum de la Chile, que en todas las carreras hemos incorporado estos contenidos, y sabes por qué nos parece súper importante, porque hay mucha presión conservadora por instalar una vuelta atrás en los derechos de las mujeres”, señaló.
“Tener estudiantes, profesionales, personas críticas que cuestionan las desigualdades, que no las normalizan, eso es muy importante, no solo para la Chile, para el país, y creemos que el mecanismo para eso son los procesos formativos, así que ahí hay que darle fuerte. También pusimos un tema que es un poquito incómodo en las instituciones, que es el de las brechas salariales. Tenemos brechas salariales por sexo en la universidad, que son complejas de desinstalar, porque, para ser justa, no es que se diga 'ya, a ti por ser mujer te vamos pagar menos'. Pero hay una serie de mecanismos engorrosos de las asignaciones de productividad que finalmente deriva en eso”, indicó.
Las medidas de acción positiva
Para la directora de la DIGEN, una de las medidas más efectivas para avanzar en igualdad de género son las “acciones positivas” como la paridad de género. En este sentido, explica que "uno tendría que decir, por ejemplo, que todos los cuerpos colegiados de la Universidad van a ser paritarios. Y claro, hay gente que eso le provoca un rechazo enorme, porque hablan de discriminación, porque dicen que las mujeres se quieren saltar la cola, que no quieren hacer carrera. Pero lo que muestra las medidas de acción positiva es que derriban barreras y tú puedes pensar que a futuro ya no van a ser necesarias, pero hoy día son necesarias”.
"Las mujeres han ingresado masivamente a la universidad, hoy día la matrícula universitaria tiene mayoría mujeres, tienen mejor desempeño, tienen mejor retención, o sea, a las universidades les conviene, entre comillas, atraer el talento de las mujeres. Sin embargo, son mucho menos en la carrera académica y es porque hay barreras de género”, detalla.
Andrade asegura que “para entrar a la academia tú necesitas doctorado, cursar doctorado se hace normalmente en las mismas etapas en que se está formando familia. Entonces, ¿qué es lo que ocurre? Que los hombres viajan normalmente a hacer doctorado afuera y las mujeres crían. Mientras nosotros no podamos romper esa mala distribución de la responsabilidad, de las tareas, esto va a seguir ocurriendo. Entonces, ¿qué hizo la Chile? Una medida que es bien innovadora y claro que tuvo detractores, estas cosas siempre tienen detractores, y es que dijo, "donde tengamos áreas que están muy masculinizadas, las contrataciones van a ser solo para mujeres. Y lo mismo al revés".
Y ¿cómo hacemos para que todo lo que se ha conseguido hasta el día de hoy perdure?, reflexiona Andrade, “primero yo creo que hay que tomar conciencia del problema, no hay que minimizarlo ni bajarle el perfil, porque es grave y está cerca (la irrupción de la extrema derecha), en segundo lugar, creo que tenemos precisamente que tratar de afirmar lo que tenemos, lo que llamamos institucionalizarlo lo más posible. O sea, si tenemos medidas, hay que transformarlas en leyes, si tenemos acciones, por ejemplo, en las universidades, hay que transformarlas en programas regulares, hay que transformarlas en cuestiones que se sostengan”.