Este martes 01 de julio el Cineclub Sala Sazié -instancia educativa y gratuita de la Cineteca de la Universidad de Chile-, cerró el ciclo “John Waters II: El crimen y la rebelión como belleza”. La programación iniciada en junio contempló la proyección de las películas menos exhibidas del director estadounidense John Waters, pioneras en instalar un nuevo concepto de feminidad, comunidad y familia en el cine americano.
Continuando con la programación de julio, se presentó el ciclo llamado “Cuerpos en fuga: mapas sobre el deseo y sus ataduras sociales”. Esta edición contempla cuatro películas destinadas a plantear diversos escenarios del arte cinematográfico respecto a la representación de la sexualidad y sus afectos, instalando estéticas que han servido como herramientas para la construcción de identidad de la comunidad.
Sobre esta nueva edición, el director de Extensión de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones de la Universidad de Chile, Fabián Retamal, destacó la importancia de crear estos espacios de escucha y diálogo activo. “El sentido de realizar este tipo de actividades es que siempre pensemos en la conformación de una sociedad plural, diversa y exclusiva”, subrayó.
En tanto, el coordinador del Cineclub Sala Sazié, Gabriel Lizama, relevó el valor de las instancias de proyección de películas para la comunidad universitaria de la Casa de Bello. “La Universidad de Chile muestra estas películas para generar un lugar de encuentro y de reconocimiento entre la diversidad que el mundo de hoy nos plantea, la selección es un muestrario de diversas formas en que se han vivido los afectos y el deseo, como herramientas de construcción de identidad y de comunidad”, explicó.
Al concluir las proyecciones se llevará a cabo un cine-foro junto al público asistente y la comunidad académica, instancia que permitirá reflexionar sobre los aspectos técnicos y artísticos más relevantes de las películas programadas.
Martes 01 de julio
Para finalizar el ciclo “John Waters II: El crimen y la rebelión como belleza”, se proyectará la película “Hairspray”, musical familiar del director norteamericano John Waters. El filme ambientado en Baltimore en los años sesenta narra la historia de Tracy Turnblad, una joven con sobrepeso que sueña con bailar en el popular programa “Corny Collins Show”.
Martes 08 de julio
La primera fecha de este nuevo ciclo comenzará con la película "Beyond the Valley of the Dolls" (1970), dirigida por el cineasta Russ Meyer. El largometraje de 1 hora y media cuenta la explotación laboral que sufre una banda de rock femenina que llega a Los Ángeles en busca de fama, que pronto se ve envuelta en un mundo de excesos, manipulación y violencia bajo la influencia de un excéntrico productor.
Martes 15 de julio
Durante esta jornada se proyectará el filme "Cruising" (1980), dirigido por Wiliam Friedkin. La premisa de la historia cuenta cómo un policía neoyorquino es asignado a una investigación encubierta para atrapar a un asesino serial. El largometraje polémico en su estreno, fue resignificado por la comunidad LGBTQ+ como una de las pocas películas realizadas por un gran estudio de producción que como eje central antepone la temática queer.
Martes 22 de julio
La siguiente película en ser exhibida es "The Doom Generation" (1995), dirigida por Gregg Araki. El largometraje de una hora y veinte minutos cuenta la historia de Amy y su novio Jordan, adolescentes desencantados que recogen a Xavier, un misterioso forastero. Juntos se embarcan en un violento y caótico viaje por la carretera. Esta obra cinematográfica se ha convertido en un film de culto dentro y fuera de la comunidad LGBTQ+.
Martes 29 de julio
El protagonista del cierre de este ciclo será la película "Funeral Parade of Roses" (1969), dirigida por el japonés Toshio Matsumoto. Esta película se sumerge en el submundo queer del Tokio de los años sesenta. Eddie, la protagonista y joven drag queen se ve envuelta en una rivalidad amorosa que desencadena una tragedia. Esta pieza documental mezcla, ficción, vanguardia y psicodelia para retratar un universo donde el deseo, la identidad y la marginalidad se cruzan en constante mutación.