Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, "En Defensa de la Buena Educación".

Estimadas amigas y amigos, me dirijo también a aquellos que no pueden vernos directamente sino sólo a través de las pantallas, producto de la estrategia de acomodación que ha tenido que implementar "Los Buenos Muchachos" ante la asistencia mucho más allá de cualquiera de las metas que se puso el comité organizador y la Fundación Chile Azul. Quiero agradecerles que estén acá, porque alguien dijo que esta era una cena de nostalgia, de mirar hacia lo que ya había ocurrido en nuestra realidad nacional. Pero esta cena; la presencia de ustedes, la fuerza de ustedes, la presencia de los profesores, muestra que esta no es una reunión de nostalgia, sino un acto de futuro, es una cena para construir un mañana mejor para nuestros niños y jóvenes. Es una mirada hacia delante, es una convocatoria que trata de inspirar esperanza, pero que intenta también fundarla a través de la construcción de ideas sobre la necesidad de una educación de calidad para los chilenos independientemente de su cuna.

Alguien preguntó, un periodista, hace unos días porqué esta cena sé efectuaba en este local. Ciertamente porque cuenta con una capacidad ya probada para atendernos, pero también porque estamos en el centro del barrio central de Santiago y cerca de colegios emblemáticos de la Educación Pública. Allá está el Internado Nacional Barros Arana a pocas cuadras, y también el Liceo Amunátegui a otras pocas, y el Liceo de Aplicación, el Liceo 1 de Niñas y el Instituto Nacional y tantas escuelas municipales básicas. Los que acudimos a estos colegios, los que fuimos tomados por la mano del Estado para ser educados y que llegábamos a esos viejos edificios a obtener el ejemplo y el trabajo de sus profesores, tuvimos éxito en la vida porque llegamos a la universidad. Algunos hoy son parlamentarios, otros son subsecretarios, otros son destacados empresarios, hasta el Presidente de la República pasó por uno de estos colegios. Y cuando uno hoy va a su colegio y observa los pobres medios con que se cuenta, y lo que están recibiendo esos niños, se puede percibir claramente que es lo que esos niños van a tener en el futuro: un futuro de pobreza y falta de oportunidades. Nos damos cuenta que estamos hablando de un Chile distinto, de un Chile que no deseamos; nosotros fuimos generaciones a las que el Estado chileno nos dio la oportunidad de estudiar. Hoy el Estado chileno les da la oportunidad para que unos pocos acudan al mercado, y eso no es justo ni procedente. ¿Cómo es posible que nuestro país, que figura entre los primeros países del mundo en materia de crecimiento, en inversión, en exportaciones, en materia de estabilidad económica, sea al mismo tiempo uno de los diez países más desiguales del mundo?

Sea al mismo tiempo un país donde los pobres tienen un sistema de salud que es absolutamente carente y donde los niños pobres sólo tienen derecho a una educación de mala calidad. ¿Cómo es posible que cuando se nos identifica entre los países de mayor productividad laboral en el mundo, se constate que las debilidades fundamentales de nuestro país están en su educación y la falta de innovación?. No hemos sido capaces de reponer lo que el país necesita que es un proyecto innovativo y crecedor en política social y particularmente en la educación que es la política social prioritaria, la primera, la que atiende lo que viene, la que permite el crecimiento del mañana, la que permite mirar hacia el futuro y construirlo.

No hemos sido capaces y este es un tema que va más allá del partido A del B o del C. Esta ha sido una convocatoria transversal, porque es un problema de país y yo me siento muy orgulloso que siendo Rector de la Universidad de Chile, esta asistencia también de alguna manera signifique la adhesión a la institución que ha encabezado por años a la Educación Pública chilena y ha sido la constructora de la República, un pilar fundamental que a muchos les gustaría haber destruido pero que vamos a seguir defendiendo.

Queremos que los políticos tomen nota, a diferencia de las presunciones y de las especulaciones no se está proclamando a nadie ni a nada. Aquí estamos todos comprometidos con un tema, estamos detrás de la solución a un problema y de un planteamiento sobre el cual, exigimos a los políticos que se pronuncien. Exigimos que nos digan que vamos hacer, y exigimos que termine el show y que empecemos a discutir ideas. Que terminen las fotografías marketeras y discutamos cuales son los principios inspiradores de un programa de gobierno. Exigimos que se nos responda y quizás no tanto a nosotros, sino a las nuevas generaciones de estudiantes, sobre las oportunidades que como sociedad estamos construyendo para ellos. Y la respuesta no puede ser "vea como consigue un crédito para seguir estudiando", la respuesta no puede ser "vea como el mercado le da alternativas para elegir una institución donde agarre por ahí un cartoncito". La respuesta no puede ser más de la mismo, y el llamado profundo, el llamado significativo, es a hacernos cargo de este problema de falencia de la educación, que hoy nos convierte en un país plenamente subdesarrollado a pesar de nuestro sueño, a pesar de nuestra ansias, a pesar de la mirada que queremos dar hacia un futuro con un Chile distinto. Chile ya vivió durante el Siglo XX una plena frustración de su desarrollo económico, las causas estuvieron en esos enormes desequilibrios, de los cuales todavía somos víctimas. Queremos que los políticos, lo digo con mucha sinceridad y con mucha transparencia, salgan del enfoque chico, del enfoque de corto plazo, del enfoque de las cosas que se consideran importantes solo por que aparecen en los titulares de los periódicos y cambiémonos a los temas que realmente importan, a los desafíos trascendentes, a los enfoques con los cuales podremos mirar a las nuevas generaciones a los ojos, sin tener que darles explicaciones vergonzosas respecto a nuestra incapacidad para construir un país que efectivamente les pertenezca a ellos.

Cuando me preguntan, acaso estamos conformes con el país que se está construyendo, si estamos conformes con las oportunidades que nos abre el sistema de mercado, plena y exageradamente aplicado, no podemos responder afirmativamente. Creo que no hay mejor ejemplo que este pequeño folleto, que recibí hace pocos días camino a mi oficina, de tantos niños que no estudian o que apoyan sus estudios repartiendo propaganda comercial en las calles, y el folleto dice: "¿estás seguro que tu hijo no consume drogas? y seguidamente ofrece "en la prevención está tu tranquilidad; como tener un laboratorio en casa" comprando un producto que detecta marihuana, cocaína, metanzetamina, y éxtasis". Encuentro esto una evidencia vergonzosa de la sociedad en que nos estamos destruyendo; no somos ya capaces de conversar con nuestros hijos, sino que le pedimos al entrar a la casa que nos de una muestra para poder hacerle un examen para ver si viene drogado o no. Esto es una muestra de la sociedad en que nos estamos desarrollando; esta es una realidad sobre la cual llamamos a meditar profundamente, puesto que revela el país inhumano que estamos diseñando poco a poco, a pesar de nuestros éxitos, a pesar de nuestra visibilidad internacional, a pesar de las reuniones internacionales. Esto nos pone una luz roja; creo que ha llegado el momento en que las familias, el Estado y la sociedad, pongan una nueva mirada sobre la educación. A eso es lo que estamos llamando. Por ello, lo único que se está proclamando es la importancia de tener una educación que sirva efectivamente para el desarrollo pleno, el desarrollo completo, el desarrollo satisfactorio, el desarrollo integral, el desarrollo con carácter social y humano que nuestro país, nuestra sociedad y nuestros jóvenes necesitan.

Yo agradezco tanto que estén ustedes acá, porque hay algunos que tienen que tomar nota de esto, hay tantos que les gustaría estar acá, hay tantos que les gustaría decir que esto efectivamente es un acto probablemente que debe pasar a un pie de página, pero no es así. De aquí se desata algo que es muy importante para Chile, que es una nueva idea, una nueva iniciativa y quiero decirlo en la memoria de dos rectores de la Universidad de Chile.

Don Andrés Bello, que dijo en su discurso inaugural, que la universidad esta para servir las necesidades de Chile y de su pueblo. Si don Andrés, aquí esta la Universidad de Chile no sólo haciendo su tarea diaria, cotidiana sino sirviendo también a las necesidades de Chile y de su pueblo.

Pero también junto a don Valentín Letelier, quien sostuvo que Gobernar es educar. Si don Valentín, gobernar es educar y hoy gobernar es educar con calidad. Por eso estamos aquí mil seiscientas personas y estamos dispuestos a seguir adelante en todo Chile para impulsar y obligar a que esta sea una decisión, a que esto sea efectivamente el mañana de los programas y de las acciones de gobierno. Gracias por estar aquí amigos y amigas, gracias por venir, gracias Universidad de Chile, gracias Educación Pública chilena.

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