Discurso Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia entrega Premio Bicentenario 2004 al Prof. Luis Merino Montero.

(Transcripción)

Este premio Bicentenario se creó con el propósito de dar reconocimiento a quienes con su trabajo han sostenido, han promovido los valores republicanos. Valores republicanos que vemos muchas veces remecidos o amenazados por este creciente individualismo que cunde y abunda en nuestra sociedad. Valores republicanos que, sin embargo, son el cimiento indispensable y fuerte para cualquier proyecto de desarrollo nacional. Es por eso que la Universidad de Chile, junto con la Comisión Bicentenario y la Corporación del Patrimonio Cultural Nacional, respaldamos este premio como una señal de que hoy día, hacia las generaciones jóvenes, sobre todo importa reconocer a aquéllos que han defendido y promovido los valores de la República. Pero también para aquéllos que han hecho un trabajo de rescate y protección de nuestro patrimonio cultural, porque un elemento indispensable de la construcción de la República ha sido justamente el desarrollo de nuestra cultura, la acumulación de nuestra riqueza en sentimientos y en conocimientos que son el espacio cultural que nos pertenece y que debemos proteger. Y esta universidad, particularmente, siente muy en verdad su misión de ser una protectora del patrimonio cultural chileno y estamos acá más de 160 años cumpliendo ésa y otras labores y por eso también adherimos a este premio que vemos con entusiasmo que ya cumple su quinta versión y cumplirá las próximas 5 para darle reconocimiento a estos dos pilares fundamentales, los valores republicanos y la cultura nacional. Por eso creo que no hay nada más justo que este reconocimiento que se le da hoy a Luis Merino (1). Como se ha dicho en el pasado, hemos reconocido a un poeta, a un hombre de empresa, a un historiador, a un político y hoy día reconocemos a un académico. Un académico que, como muy bien se ha dicho, ha dedicado su vida a la investigación, a la publicación y a la protección de nuestros tesoros musicales. Ahí están como testimonios lo que hemos logrado hacer con la revista musical chilena, con las ediciones musicales de nuestra Facultad de Artes, que muchas veces es un trabajo difícil, porque hemos de reconocer que en este sentimiento que hoy día se alberga y muchos alientan, el mercado ha pasado muchas veces a sustituir valores fundamentales y uno de ellos, justamente, es el trabajo por crear, desarrollar, promover la cultura. Muchas veces sentimos un poco de angustia cuando se nos dice hágalo, pero tiene que autofinanciarlo. Es porque nos damos cuenta que ni el arte ni la cultura ni las humanidades ni las ciencias sociales pueden autofinanciarse en un esquema de puro mercado y, por lo tanto, promovemos un desarrollo desequilibrado de lo que hacemos en el mundo, en el trabajo universitario. Yo quiero aprovechar también esta ceremonia, porque es una señal en contrario a estas tendencias que muchas veces nos aprobleman, el anuncio del Presidente de la República de darle nuevamente la oportunidad al Museo de Arte Contemporáneo para que siga sirviendo al trabajo que ha hecho por muchos años de presentar cultura, de llevar cultura, de atraer jóvenes a la cultura, en un trabajo que hoy día Francisco Brugnoli hace y dirige con una pasión envidiable. Quiero agradecer al gobierno por este gesto, que es un gesto que entendemos como un apoyo no para unos metros cuadrados más de la Universidad de Chile, es un apoyo para una tarea fundamental que es proteger y desarrollar la cultura nacional.

Y no quiero referirme a la tarea como musicólogo de Luis Merino porque soy el menos calificado para hacerlo, pero quiero decir dos cosas sobre Luis Merino la persona, el hombre y el académico con el cual yo, como otros, hemos tenido la oportunidad de compartir tiempo y trabajo. En primer lugar, a Luis Merino el académico abnegado, el académico que nunca ha tenido horarios fijos y que siempre está disponible, sea fin de semana, noche, día, no importa, para cumplir una tarea, y he tenido que compartir como colegas en el Consejo Universitario y posteriormente como el Rector de la universidad con él y aprender de esa disciplina fuerte y noble que caracteriza a un académico de esta Institución. No me atrevería a calificarlo como un fraile agustino, su padre puede hacerlo, pero sí me atrevería a calificarlo como un militante de la academia, porque es quien siempre ha puesto orden donde hay desorden, es quien siempre ha anhelado llevar transparencia en donde los problemas que debatimos y las decisiones que tenemos que tomar, son a veces grises. El hombre que muchas veces ha puesto su empeño y su sonrisa devastadora para poder convencer, a quienes muchas veces tenemos que tomar decisiones, de los caminos correctos. Es un gran académico, dedicado y fundamentado y reconocido, pero además está el hombre, y el padre de familia. El hombre que muestra generosidad por todas partes, el hombre que es capaz de dar la mano a quien la necesita, el hombre que es capaz siempre de retroceder en sus convencimientos cuando alguien tiene ideas más fuertes frente a él, el hombre que es capaz de mirar a los ojos que hoy día escasea tanto para decir que no está de acuerdo, el hombre que toma las tareas difíciles con la misma abnegación y la misma decisión en que se toman las distinciones, el hombre que hoy dirige nuestro Centro de Extensión Artística y Cultural, cargo que él ha aceptado y que yo le agradezco que haya aceptado, porque él le da el liderazgo a la conducción que necesita una labor tan importante de la Universidad de Chile. Yo creo entonces, como lo he dicho, aquí se reconoce al hombre, a la persona, a ese ser humano magnífico que hemos tenido la suerte de contarlo en nuestra Institución y también al académico que ha hecho su carrera desde joven, prácticamente desde niño, y ha ayudado a tantos creando tanto y haciendo tanto posible el proyectar su trabajo hacia el futuro, como tenemos que hacerlo todos los universitarios. Siento, Luis Merino, que ésta es una distinción también para la Universidad de Chile, porque como tu hija bien lo ha dicho, tú eres pura Universidad de Chile y nos sentimos todos muy orgullosos de eso, porque tu corazón es tan azul como el de todos nosotros y porque siempre estarás con nosotros por esta tarea tan importante que haz llevado a cabo y que seguirás llevando a cabo mientras todos podamos caminar y mirar y, por lo tanto, querer y sentir a esta Institución y a los valores que ella representa, que son nada menos que la protección de la República y de sus valores culturales. Muchas gracias.

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Notas
1. Prof. Luis Merino, Director del Centro de Extensión Artística y Cultural de la Universidad de Chile.
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