Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, En ceremonia del Lanzamiento del libro "Ensayos sobre Socioautopoiesis y Epistemología Constructiva".

Mis palabras también van a ser breves, pero son para subrayar la importancia de la investigación. Como muy bien el autor de este libro lo ha dicho, la investigación debe estar en el corazón del trabajo universitario y si no hay investigación, naturalmente que no pueden haber postgrados realizados con la seriedad, la relevancia y la pertinencia con que deben efectuarse. Esto es muy importante subrayarlo hoy día, porque uno ve una oferta de postgrado o de seudo postgrado que en la realidad no tiene más fundamento que la entrega repetitiva por parte de quienes lo producen, pero que en realidad no trasluce un trabajo universitario que lo respalde; y eso lleva, naturalmente entonces, a una enorme distorsión, a un deterioro en la oferta de postgrado o de postgraduados, pero en definitiva también a ser menos nítida esta relación indisoluble entre el trabajo de creación y de investigación, y la oferta que debe tener un país como el nuestro al nivel de postgrado en todas las disciplinas; y creo que es muy importante esto, particularmente en el área de las ciencias sociales, sobretodo en nuestro país. Por razones que todos conocemos, las ciencias sociales experimentaron, si no un congelamiento en su desarrollo, un retroceso importante, un retroceso que tenía que ver esencialmente con su potencialidad de desarrollo, con la posibilidad de desarrollar nuevas áreas de creación y de investigación; pero además, por la relativa incapacidad que se indujo para su diálogo con otras disciplinas. Durante años vivimos un escenario de ciencias sociales escondidas, aplacadas, sin capacidad de conectarse al resto de la Universidad, y por lo tanto, también sin capacidad de poder realizar un trabajo de proyección, diría, de mejoramiento permanente. Entonces, como resultado de eso, hay un enorme desequilibrio en la Universidad, entre áreas relacionadas o no relacionadas, pero que tienen un enorme desarrollo en su instrumental analítico para abordar las preguntas que hoy día son tan pertinentes y conocidas sobre los temas sociales, y aquellas disciplinas que han estado desaventajadas por una serie de eventos durante un buen número de años. Y es por eso que yo creo que la Universidad que ha hecho un esfuerzo por tratar de recuperar y de reflotar el área de ciencias sociales en general. Lo ha hecho con un esfuerzo que no siempre ha sido bien remunerado. En primer lugar, porque las ciencias sociales parten de esta base de desequilibrio que son ciencias que han quedado un poquito atrás, un poquito en el olvido, frente al desarrollo bastante superior que experimentan muchas otras disciplinas que deben tener por lo menos con las ciencias sociales alguna afinidad; pero en segundo lugar, es porque las ciencias sociales tratan de recuperar terreno y tratan de hacer su trabajo más proyectivo y a la vez más dialogante con el resto de las disciplinas en un ambiente de estímulo a la investigación, que es absolutamente inapropiado, inapropiado porque la investigación se hace fundamentalmente en función de objetivos más bien pequeños, más bien aislacionistas y más bien, yo diría, también utilitarios y no tienen ese sentido más amplio, más de búsqueda con gran cantidad de externalidades, como está asociado a la investigación de ciencias sociales en muchas áreas. Yo siempre he echado de menos, eché de menos y lo hago todavía, una relación más activa, entre la antropología, la sociología y la economía, porque ésa fue, de alguna manera, una simbiosis que no alcanzó a producirse plenamente, que adquirió, por así decirlo, cierto tipo de desprestigio y que posteriormente se disolvió en el tiempo. Pero hoy día, aquéllos que hemos hecho investigación en el área de economía, sabemos que al final del día tenemos que volver a las preguntas básicas que tienen que ver con análisis sistémicos, que tienen que ver con los temas fundamentales de la sociología, de la antropología social, de la psicología social. No hay manera relevante en que podamos contestar muchos problemas, abordarlos, en el área de la economía y de la administración en general, si no recurrimos al instrumental, a las preguntas, al material de las ciencias sociales; y creo que en ese diálogo hemos fallado. Hay fallas naturalmente que son estructurales y ahí las observamos en los países desarrollados, pero hay fallas mucho más primarias que están en nuestra realidad de país pobre, todavía, pero de país que además ha tenido esta actitud segregacionista contra ciertas disciplinas que alguna vez se diagnosticaron como peligrosas o insensatas. Yo creo que en la Facultad se ha hecho un enorme esfuerzo, esfuerzo en términos de consolidar los programas de postgrado, y en términos de consolidar la investigación; y yo creo que esos esfuerzos deben continuar, especialmente por la vía de una mayor interacción con las otras disciplinas que tienen que ver con la educación, que tienen que ver con la economía, que tienen que ver con la planificación social, que tienen que ver con la planificación urbana, el medio ambiente y quizás, incluso, con disciplinas tan lejanas para nosotros como las propias neurociencias. De manera que en ese esfuerzo a mi me parece que es muy importante que esté la gente joven, porque nuestra generación ya no va ser capaz de abordar ni siquiera el lenguaje, y menos, la metodología, con las cuales hay que resolver estas preguntas y ganar un terreno que hemos ido perdiendo. Por lo tanto, yo creo que es muy importante el desarrollo de investigadores jóvenes, es muy importante desarrollar ese potencial en cualquier parte del mundo que corresponda para tenerlo aquí, produciendo para nosotros; y tratar de tener entonces una disciplina social, por así llamarlo, más amplia, más constructiva y capaz de entregar las respuestas significativas a un país que necesita respuestas importantes en este ámbito. Yo, en mis últimos años de trabajo académico, me he dedicado a los temas de distribución de ingresos y me doy cuenta cuán inviable es abordar la explicación de los temas distributivos y su evolución, si uno no comprende de manera global los problemas sociales que deben ser interdisciplinarios más que unidisciplinarios; cuando los economistas tratamos de interpretar un problema como la distribución de ingresos o las distintas variables que inciden en el ranqueo del ingreso que uno observa en la realidad, en definitiva, nos estamos dando cuenta de que no somos capaces de explicar más que un porcentaje muy pequeño de una realidad que es mucho más compleja y que tiene que ver con nuestra capacidad para entender este globo gigantesco que es el de la realidad social en conjunto. Por lo tanto, esto a mi me parece que debe ser un esfuerzo continuado, pero yo llamaría a que este esfuerzo sea un diálogo interdisciplinario, más metódico y probablemente más amplio. A mi me gustaría ver en la próxima edición de este libro, que aquí estén sentados economistas, ingenieros industriales, biólogos, planificadores sociales y otros, porque estas discusiones y estas ideas, evidentemente, deben traspasar estas fronteras estrechas que hemos ido construyendo y de las cuales las universidades nos hemos preocupado de preservar tanto las murallas que protegen nuestros respectivos conocimientos, pero que en definitiva no protegen nada; al contrario, desprotegen un desarrollo que debe ser más vital y más potente. Ese trabajo esta en manos de los jóvenes, y los investigadores jóvenes en eso deben tener una fundamental responsabilidad que nosotros empujamos y auspiciamos con todo lo que podemos, porque ahí esta el futuro verdadero del trabajo universitario de verdad en nuestro país. Así que los felicito por este trabajo. Yo creo que es muy importante, pero creo que es más importante dar ese salto para que el diálogo no sea solamente entre nosotros, - y yo me incluyo en ello- sino también con aquéllos que miran estos problemas como lejanos, pero que en verdad no se han dado cuenta todavía de que son parte integrante y necesaria de sus agendas de trabajo. Muchas gracias, muchas gracias a todos ustedes.

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