Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración Biblioteca Facultad de Odontología.

Para el Rector siempre es muy grato inaugurar cosas, porque a uno le da la sensación de que la universidad se mueve, camina, que crece y que responde a los retos que prevalecen y que todos los días surgen en nuestras sociedades y en el mundo exterior respecto a las tareas de la universidad. Pero es particularmente grato participar en la inauguración sobre mejoramiento o creación de bibliotecas, porque, como nuestro Decano nos ha sugerido con su erudita intervención, las bibliotecas están en el corazón de las universidades. Creo que la biblioteca, virtual o real, es esencialmente el corazón que permite la transmisión de los flujos del conocimiento a través del cuerpo universitario y es precisamente lo sano de ese corazón lo que permite que el cuerpo universitario también crezca y se desarrolle vigorosamente. Por lo tanto, creo que es muy justo lo que el Decano ha dicho: cuán importante es para el hombre, para el ser humano en general, la biblioteca como el centro donde se recogen las ideas y el conocimiento, pero también considerarla, creo yo, como una parte esencial de nuestro trabajo inevitable e indispensable. Solamente el día de ayer inaugurábamos también otra nueva y hermosa biblioteca en nuestra Facultad de Ciencias Sociales, dotada también de todos los mecanismos e instrumentos comunicacionales que ya a nuestra generación le van quedando un poco lejos, pero que hoy día son esencialmente el mecanismo por el cual uno puede captar los libros desde el aire y traerlos a una pantalla o a una impresora y, por lo tanto, multiplicar tremendamente su capacidad de diseminación. Y, ciertamente no hace mucho, estuvimos inaugurando esa fantástica biblioteca de nuestra Facultad de Medicina, que es en realidad la biblioteca del Campus Norte de nuestra universidad y la biblioteca de la Facultad de Ciencias Químicas, aquí al lado, que también con esfuerzo se hizo para ponerse a disposición de nuestros estudiantes y eso se suma a esa enorme renovación que significó la biblioteca de la Escuela de Derecho, renovada después de varias décadas y de la biblioteca de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, que fue la primera en hacer una tremenda inversión en modernización además de su gestión. Es decir, la universidad está haciendo un esfuerzo muy importante en mejorar su corazón, en mantenerlo saludable, en mantenerlo al día con las nuevas técnicas y eso es muy indispensable. Porque no es sólo el resto de las cosas que se hacen en planta física, como esta misma facultad, como lo mismo que ha ocurrido en Medicina, que está ocurriendo en Economía con su nuevo edificio, en la Escuela de Periodismo con su nuevo edificio, en Bachillerato, en el Departamento de Biología en la Facultad de Ciencias, etc., eso no tendría todo el valor que efectivamente tiene, si no estuviese complementado por el desarrollo de este instrumento tan poderoso que es la biblioteca para el trabajo universitario.

De manera que es siempre satisfactorio venir a estas inauguraciones, porque permiten ver que la universidad se mantiene saludable y que está cuidando su salud a través del trabajo académico, docente especialmente, por la disponibilidad de material bibliográfico y de las nuevas tecnologías que permiten que avancemos mucho más. Pero, estimados colegas, creo que eso no es todo. Nosotros sabemos de las experiencias de aquellas instituciones que muestran hermosos edificios, mucho vidrio, generalmente muy impresionantes, pero vacíos por dentro. La esencia de la universidad está en la inteligencia y en la búsqueda, no está, necesariamente, en tener hermosos salones como estos, en buenas instalaciones y laboratorios, si ello no va complementado con un trabajo académico de calidad, y me parece que es allí donde tenemos que centrar los esfuerzos. Hemos sabido nuevamente, los decepcionantes resultados respecto de la calidad de nuestra educación media y entonces uno se pregunta: bueno, cómo es eso posible si el presupuesto en educación se ha más que duplicado en los últimos 12 años; y cómo es eso posible si efectivamente se hizo allí un tremendo esfuerzo en materia de bibliotecas, en materia de recursos computacionales, en materia de ampliación de los edificios, en la extensión de la jornada. Entonces uno dice cómo es posible que eso suceda, que no mejore nada y al contrario, haya una decadencia en materia de la calidad de educación si ha ocurrido todo aquello. Eso pone de relieve el tema docente o el tema académico, no se ha mejorado lo esencial, que es la calidad de los profesores, no se ha hecho ese esfuerzo, porque ese esfuerzo se percibe lentamente en el tiempo, ese esfuerzo no da para fotografías que tienen impacto publicitario en los periódicos como los edificios, como las nuevas instalaciones, pero ése es el esfuerzo más vital y si le preguntamos a cualquier educador informado va a decir que ése debió haber sido el esfuerzo principal, porque allí es donde radica el poder para el desarrollo de la educación y para el mejoramiento de su calidad y es eso en lo que estamos fundamentalmente atrasados, en la formación docente, en la capacitación docente. Cuando uno lleva esto al ámbito universitario, creo que el diagnóstico no es distinto. Se aprecia un enorme crecimiento de las universidades, ayer mismo en el Senado de la República tuve la oportunidad de exponer respecto al tema de la acreditación y destaqué que la educación superior chilena había crecido de 100 mil a 500 mil estudiantes y eso como proporción de la población de 18 a 24 años es un salto enorme. Pero la pregunta es: ¿qué estamos haciendo con esos 400 mil estudiantes adicionales?, y la impresión que queda es que la calidad de lo que estamos haciendo con ellos no es satisfactoria, a pesar de los hermosos edificios, de las buenas instalaciones, de los cientos o miles de computadores que están allí, porque no hemos puesto el acento en la formación académica; y cuando uno mira respecto a esa enorme tasa de crecimiento de los estudiantes, ¿cuánto ha sido la tasa de inversión en mejoramiento académico?, o sea cuántos doctores más tenemos en el país que son capaces de enseñar y de conducir investigación, ¿cuántos más graduados en universidades de otras partes del mundo han vuelto al país a desempeñarse en el trabajo universitario? ¿Cuánta más investigación publicada en el país hay, comparativamente, a este enorme crecimiento en la matrícula? La respuesta es que no tiene absolutamente ningún parangón este crecimiento cuantitativo, importante y bien venido, pero que no tiene ninguna relación con el crecimiento académico del país con el potencial. Entonces sucede lo que todos sabemos, y ustedes lo saben mejor que otros, que en muchas partes se enseña, bueno, con cualquier persona que está en disposición de algunas horas para hacer unas clases y que, en general, nuestras universidades, particularmente algunas que tienen nombre pero no esencia, repiten conocimiento. Es decir, utilizan esas bibliotecas para mirar hacia atrás y para poner eso en la mente de sus alumnos, cuando el trabajo universitario de hoy debe radicar en crear y diseminar conocimiento; entonces el país está en pañales también en su sistema universitario y estamos atrasados. Hoy día alguien me decía, un Ministro, que a él le parecía fuerte lo que yo había escrito ayer en un periódico de Santiago, cuando dije que tenemos una educación mediocre y que lo único que podemos esperar con eso es un futuro mediocre. Yo le manifesté que creía que había sido demasiado gentil, porque además esa mediocridad se asocia a la impasividad que tenemos los que queremos cambiar las cosas respecto a la pasividad que perciben las propias autoridades educacionales cuyos incentivos están desgraciadamente en otras cosas. Entonces es bueno que nosotros meditemos esto, porque no tenemos que olvidar, colegas, que aquí tenemos tareas pendientes en el trabajo académico de la Institución. Yo creo que la Institución ha progresado en una serie de materias, creo que hemos logrado estabilizar el funcionamiento de la Institución, la Institución está mejorando, porque están estas inversiones y todas estas cosas que nos hacen sentir a todos muy felices, pero francamente no hay que irse con la felicidad de que hemos cumplido con la tarea, porque tenemos que hacer un esfuerzo todavía mucho mayor en el trabajo académico y este año hemos llamado a poner énfasis en ese tema, en el tema de la reforma del pregrado. Hemos hecho un esfuerzo importantísimo en posgrado, hemos sido capaces de crear 24 programas nuevos en los últimos 4 o 5 años; no hay ninguna universidad en el país que tenga eso, no hay ninguna universidad que haya acreditado el porcentaje de doctorados que nosotros hemos logrado acreditar, no hay ninguna universidad en el país que tenga ni cercanamente siquiera la cantidad de becas que hay para nuestros estudiantes de doctorados, no hay comparación posible. O sea, la Chile está simplemente en otra categoría y así se le reconoce internacionalmente en su investigación y en sus postgrados. Pero en el pregrado tenemos, colegas, tareas pendientes, porque nosotros tenemos que ser los líderes de la reforma del pregrado en el país. Nosotros no podemos seguir formando profesionales con la racionalidad vigente en los años 60 o 70. Estamos enfrentando un mundo distinto y no podemos permitir que nuestros estudiantes salgan de la clase y se encuentren en la vida real con cosas distintas y mucho más allá de la clase. Nosotros tenemos que hacer el esfuerzo por traer este espíritu de reforma del pregrado, que tiene mucho que ver con la esencia de compartir conocimiento entre facultades, a nuestro trabajo diario. Tenemos que hacer una reforma en nuestro trabajo académico, ésa es una tarea pendiente, es una tarea fundamental, es una tarea que yo he estado reclamando en todas las facultades, porque no podemos esperar que el tiempo solucione muchos problemas que tenemos que solucionar nosotros. Yo he estado en estas últimas 4 o 5 semanas en muchas facultades, por no decir en todas las facultades, y he estado repitiendo este mensaje. Yo creo que llegó este año la hora de examinar cuáles son las acciones que tenemos que adoptar ya para mejorar nuestro trabajo académico, inducir la reforma de pregrado y liderar el cambio que si no otros van a hacer y nosotros tendremos que seguir y la universidad no está para eso, la Universidad de Chile no está para seguir a otros, la Universidad de Chile es la líder del sistema universitario nacional sin ninguna duda y eso hay que mantenerlo sobre la base de nuestro esfuerzo y de nuestro trabajo. Y, por lo tanto, que esta biblioteca a la cual le sacaremos tanto partido, sea parte justamente de ese esfuerzo en la reforma, en el repensar y en el reformular nuestro pregrado para que la biblioteca no sea simplemente el depósito de ideas viejas, sino que la biblioteca sea la inspiración de las nuevas preguntas y las nuevas soluciones que es lo que tenemos que inspirar a nuestros estudiantes. Nosotros aquí no estamos formando odontólogos para que vayan a ponerse a la cola en el mercado, nosotros estamos formando -y debemos hacerlo- a los odontólogos que lideren las cosas en el mercado tal como tenemos que hacerlo en ingeniería, en medicina, en derecho en todas partes, porque ésa es la forma de preservar, con la responsabilidad que tiene nuestra generación, el rol de la Universidad de Chile en el país. Por lo tanto, qué bueno que tengamos esta nueva biblioteca, vayamos a inaugurarla, apreciemos el esfuerzo que hay ahí, aprendamos, no es cierto, que ese esfuerzo hay que seguirlo replicando en la universidad. Pero no olvidemos que eso es sólo una parte de un esfuerzo mayor que tiene que comprometernos, definitivamente, para preservar vigorosamente el liderazgo de la Universidad de Chile para Chile. Muchas gracias.

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