Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración Campus Clínico Oriente Decano Hernán Alessandri.

Yo quisiera resaltar simplemente tres cosas. La primera, que esta iniciativa muestra, al contrario de lo que generalmente se sugiere, que el sector público puede hacer cosas importantes, mostrando voluntad, pero también mostrando capacidad de ejecutar cosas. De alguna manera nos hemos impregnado en el país en el convencimiento de que lo público siempre es malo y siempre pierde. Yo creo que esta iniciativa muestra que lo público puede ganar cuando existen las decisiones, cuando existen las orientaciones de políticas y cuando existen los ejecutores como el doctor Arancibia (1), el doctor Las Heras (2), que empujaron este proyecto con claridad, con decisión y aquí está. Para quienes no lo creían, yo fui testigo de esas discusiones preliminares, para quienes creían que la venta de Condell era simplemente enterrar la facultad, iba a significar simplemente lapidar los recursos, hoy día esto es un testimonio de que las decisiones bien tomadas y bien resguardadas pueden hacer que el sector público lo haga muy bien si hay decisión, como lo digo, y capacidad de ejecución. Y capacidad de ejecución de más, como es el doctor Arancibia -yo no estoy seguro si sería bueno tener más doctores Arancibia-, pero por lo menos uno ha sido un buen motor y un motor importante para la realización de este proyecto. Lo segundo que quisiera decir, es que esta iniciativa realmente representa un salto importante para la facultad y nos representa porque la facultad ahora se vincula a una parte de Santiago que esta creciendo, como una parte nueva. Por lo tanto eso deja de lado otro mito, que la Universidad de Chile estaba durmiendo en los laureles, que estaba preocupada no más de mirar la historia y no de mirar al futuro. Yo creo que este edificio pone de relieve que estamos mirando al futuro. Ésta es la parte de Santiago que crece, ésta es la parte de la región metropolitana que está mostrando más dinámica del punto de vista de crecimiento poblacional, de crecimiento económico y, por lo tanto, aquí está nuestra facultad y estará en donde en el futuro haya que estar, para poner la presencia de la Universidad de Chile con su vocación pública, en donde justamente tengan retos para la política pública. Y finalmente lo tercero que me gustaría decir, es que yo tuve oportunidad de conocer el viejo edificio en mis tiempos de estudiante de economía, y recorriendo éste me doy cuenta de la ganancia sustantiva que ha ocurrido desde muchos puntos de vista, particularmente del bienestar que tendrán quienes se desempeñen aquí, versus haberse desempeñado en ese viejo edificio. Y rescato lo que dice el Decano Las Heras, muchas veces en la Universidad somos demasiados conservadores y vemos que estos cambios implican riesgos y por lo tanto las opciones para adoptar cambios son bastantes restringidas, cuando en realidad los cambios son tan favorables como en este caso se está viendo, porque a mi no me cabe ninguna duda que el valor patrimonial de la Universidad ha crecido con esto. De manera que creo que la ganancia es muy importante y quería decirlo, porque me parece a mí que es un justo homenaje, además de cumplir con un justo compromiso, el que este edificio todavía conserve el nombre de Hernán Alessandri, porque también dentro de las cosas que se dijeron en todos estos debates por la venta de esta vieja casona en Condell, es que se iba a dejar el nombre de una persona tan importante para la facultad y para la universidad, y esto pone de relieve que, pese a que estamos en esta innovación, estamos en este sentimiento de las cosas que tienen que ir cambiando y que estamos en esta idea de vincularnos al país que se expande y que tiene una dinámica en la que la Universidad de Chile debe estar ahí, eso no nos hace olvidar la tradición; y la tradición en gran medida está con el decano Hernán Alessandri, que se inscribe dentro de los decanos más importantes de la facultad en toda su ya larga historia de 170 años, de manera que creo que él estará muy contento de ver hoy día que tiene su nombre en un edificio reposado, que estará lleno de vida, lleno de estudiantes, lleno de nuevas ideas, lleno de crecimiento, lleno de expansión, lleno de capacidad creativa, que es lo que esperamos que se produzca, como siempre se ha producido en nuestra facultad y en la Universidad de Chile. Yo quiero agradecerles a todos los que hayan participado en este acto, porque es un acto sencillo, es un acto muy simple, pero para nosotros muy significativo y muy lleno de emoción por lo que significa este esfuerzo y por lo que este esfuerzo implica para la Universidad de Chile y nuestra facultad.

Muchas gracias.

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