Discurso del Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Entrega de la Medalla al Mérito Académico "Valentín Letelier", en el marco de las celebraciones del 161º Aniversario de la U. de Chile.

(Transcripción)

Una universidad como ésta, que cumple una cantidad respetable de años en funcionamiento como la Universidad de la República de Chile, tiene sin duda el deber de mirar hacia su historia. Una historia noble, grande, profunda, de enorme impacto y significación, y aprender cada vez que podamos de ella. Y es por eso que también mirando la historia y a quienes han construido la historia de esta Institución que se hace por hombres, por personas, hemos tenido también la obligación de reconocer a quienes han contribuido de modo significativo a nuestro trabajo académico. Porque ciertamente, y es bueno recordarlo en estos días, el verdadero corazón de la actividad universitaria es el trabajo académico. El crear y diseminar conocimiento es el fundamento del trabajo universitario. Hoy día quizás sean otros los parámetros para muchos (los parámetros financieros, el parámetro de la adscripción ideológica), y entonces hay una grave distorsión de lo que es la esencia universitaria y el trabajo de la enseñanza y de la reflexión creativa para enseñar.

Por eso mirar hacia la historia nos convence aún más de lo que hemos sido capaces de hacer y de construir como Universidad en un esfuerzo permanente que hemos hecho a lo largo de la historia de 161 años; una historia llena de sacrificios, de altos y bajos. Es cada vez más vivo el convencimiento de que ésta debe seguir siendo la Universidad del Estado de Chile, la Universidad con el compromiso nacional y público que ha mantenido en toda su historia con Chile y la Universidad que justifica su hacer, precisamente, en mirar a Chile, en formar a su juventud, a lo mejor de su juventud, y en pensar al país desde aquí dentro. Y todos estos distinguidos académicos a quienes premiamos hoy día han dedicado toda su vida a esta Institución, toda su vida a hacer el trabajo a veces difícil, a veces agradable, pero a veces también duro de ser un académico y tomar responsabilidades como tal. Ellos han construido Universidad, la han construido también en tiempos muy difíciles, en años que, como se ha recordado acá, no sólo hubo intervención, sino también persecución, se segregó el pensamiento académico, se acabó con la libertad de poder pensar, escribir, soñar; pero esos momentos, con la fortaleza de muchos de ustedes, de muchos de todos nosotros, se superaron y es, por lo tanto, hoy día una Universidad distinta que vuelve a mirar a su pasado no en los últimos pocos años, sino en los 161 años que hemos marcado al país. Y es también cierto que probablemente nunca seremos capaces en esta Institución noble, pero también del Estado, de compensar todo el esfuerzo, el trabajo, el empeño de nuestros académicos.

Y es por eso tan importante entonces en algún momento decir gracias, porque ustedes han contribuido mucho más allá de lo que nosotros probablemente hemos sido capaces de retribuir. Aquí hay por lo menos cuatro ex decanos y otros que han tomado grandes responsabilidades como directores de escuelas, directores de departamentos, de comisiones de todo tipo, y nunca ese sacrificio, ese tiempo, ese esfuerzo puede probablemente ser recompensado adecuadamente, sino en gran medida con el amor que devuelve esta Institución al amor que ustedes le han dedicado a ella.

Pero no es esta ceremonia, ni es esta Universidad un acto o una institución que miran hacia atrás solamente, es bueno mirar hacia atrás, es bueno porque uno se pone en perspectiva. Muchas veces en esa oficina donde hay que tomar decisiones difíciles y enfrentar momentos complicados, una de mis fórmulas de escape es pensar qué es lo que habría hecho don Valentín Letelier o qué habría dicho don Juvenal, y mirar a esa perspectiva histórica a uno lo fortalece y lo pone en sus decisiones y en sus responsabilidades la perspectiva de lo que es esta Institución: de la historia se aprende, la historia da enormes lecciones y ustedes han dejado esa estela en esta historia que naturalmente se recordará en algunos años más. No es sólo mirar al pasado, hay que mirar al futuro y nosotros hacemos un esfuerzo y lo estamos haciendo para mirar al futuro de la Universidad de Chile, la Universidad de Chile del siglo XXI que debe tener el mismo peso, trascendencia e impacto nacional que la Universidad de Chile del siglo XIX y del siglo XX: ese es un compromiso. Es un compromiso en que los queremos ver también a ustedes actuando, porque ustedes todavía tienen ese liderazgo, tienen esa capacidad de dar ejemplo, tienen esa capacidad de convencer a nuestros nuevos académicos, a las nuevas generaciones, a nuestros posgraduados, a quienes están todavía pensando si vale o no la pena estar aquí o allá, tienen la obligación de dejarles ejemplos y convencimientos, esa fuerza, esa convicción que ustedes han mostrado por esta Universidad. Ustedes de aquí no se van. Ustedes de aquí no se van a ir nunca, porque los grandes espíritus quedan siempre, los ejemplos quedan siempre ya que nos fortalecen.

Eso queremos decirles al entregarles este reconocimiento. Es el reconocimiento con un gracias, pero también es un reconocimiento porque todavía esperamos de ustedes que nos dejen enrielados en el sistema para poder seguir creciendo, soñando y haciendo a Chile desde la Universidad de Chile. Hoy día que es tan difícil, hoy día en que un académico se define, por parte de algunos, como una persona que hace clases y que tiene mucha habilidad para poder manejar un sistema de taxi que lo pueda llevar de un lado a otro. En los días en que los proyectos universitarios son proyectos financieros y se definen por la capacidad de inversión de grupos nacionales o internacionales, generalmente adscritos a ciertas ideologías o ciertas formas de ver el mundo. Hoy día en que una institución universitaria se mide fundamentalmente por los metros cuadrados y la cantidad de vidrios que tienen colocados dentro de ellos. Hoy día es más importante que nunca saber que nosotros somos Universidad, porque hemos aprendido a ser Universidad desde hace 161 años hasta ahora, porque lo hemos hecho con fuerza y con relevancia, porque nadie puede negar que somos los primeros y porque nadie puede negar que seguiremos siendo los primeros por 161 años más con el ejemplo de ustedes. Esta Universidad seguirá adelante creciendo y expandiéndose, aunque a muchos no les guste, aunque muchos no crean en estas cosas que estamos haciendo, aunque no aparezca en ningún periódico, sino solamente aquella porquería que siempre andan buscando para reflejar que esta Universidad probablemente ya está un poquito pasada de moda, aunque a esos no les guste, somos y seguiremos siendo la primera Universidad del país y ustedes nos han dado ese ejemplo, muchas gracias por eso.

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