Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inauguración del 1er Salón del Libro Chileno.

Para la Universidad de Chile es un privilegio darles la bienvenida. La Universidad de Chile ha sido y es por esencia el espacio de la libertad y de la construcción republicana, y la principal de las libertades es la que hoy día se ve más amenazada, la libertad de tener acceso a la cultura, la libertad de tener acceso a la información, la libertad de tener acceso a la diversidad. Y creo que esta actividad lo pone así de manifiesto, y muy bien lo decía el Señor Presidente de la Asociación de Editores (1), esto abre un espacio en un terreno en que los espacios empiezan a cerrarse, por eso para nosotros es un privilegio el acoger acá esta presentación que es tan importante.

Es también muy importante porque, naturalmente, los libros son ideas, los libros significan controversia, los libros significan debates, y una universidad debe promover las ideas, debe proponer el debate, debe poner la contraposición, y ciertamente es cada vez más escaso también ese espacio cuando las cosas en nuestra sociedad vienen tan ordenadas que casi es imposible cuestionarlas: los libros abren de alguna manera esas perspectivas. Y es tan importante para nuestros jóvenes el tener ese acceso, y el acceso al libro es por distintas razones cada vez más limitada, más escasa, menos demandada. De manera que, como el espacio de libertad que es esta Institución desde el punto de vista intelectual, acoger aquí este salón es también un privilegio y una responsabilidad.

Y lo es también por una razón adicional, porque el desarrollo de esta actividad se ha hecho bajo un lema que es muy importante: pensar a Chile, y nosotros creemos que pensar a Chile es una tarea tan importante para nuestros jóvenes, el poder imaginar el Chile del futuro, pero sobre todo, imaginar cuáles son los retos presentes para construir ese futuro, por lo tanto, los paneles, las discusiones, los seminarios que están en el rico programa que acompaña este Salón, cumplen de una manera muy satisfactoria con esta idea de pensar el mañana. Un mañana que nos dicen puede ser tan promisorio, pero que francamente nos asusta cuando uno ve que las bases educacionales y culturales de hoy pueden poner en cuestionamiento importante ese mañana. Es quizás una contradicción que existan ferias de libros internacionales y nacionales, muestras de este tipo, en un país cuya fuerza de trabajo es más de la mitad analfabeto funcional: saben leer pero no pueden descifrar realmente lo que leen. Y esa cifra que a mí me parece tan angustiante, tan reveladora, es también el reto que tenemos que enfrentar justamente para poder construir ese futuro, que muchas veces nos dicen está ahí, a la vuelta de la esquina, hay que construirlo, y nuestros jóvenes deben aprender que construirlo no es solamente estas cosas que tienen que ver con la productividad, con la internacionalización productiva, sino que tienen que ver también con el espíritu, con el humanismo, con la cultura, con el intelecto.

Y es finalmente un privilegio abrir este Salón del Libro hoy día, cuando el día de ayer se cumplieron 138 años de la muerte de don Andrés Bello. Probablemente don Andrés si estuviese acá repetiría lo que siempre dijo: la cultura debe ser la esencia del trabajo de la Universidad y el trabajo de la Universidad debe estar en el espíritu constructivo de servir a Chile y a su pueblo. De manera que para nosotros es una afortunada coincidencia que se junten las fechas de esta efeméride con la partida del Salón, que tiene mucho que ver con la iniciativa de dar un apoyo significativo a nuestras editoriales; porque la situación actual de mercado es tremendamente difícil, es injusta en cierta medida, no sólo competitiva, es tremendamente distorsionada, y me parece a mí que sería realmente una falencia tremenda el que en nuestro país las editoriales estuviesen sujetas solamente a los vaivenes fríos de un mercado que se enfrenta a un mundo que tiene una tecnología y un nivel de costo que es mucho menor, pero que naturalmente para nosotros representa una amenaza mayor desde el punto de vista que no privilegia las cosas que nosotros tenemos que ser capaces de crear e imaginar para Chile.

En consecuencia, en homenaje a él, también les damos la bienvenida a ustedes, inauguramos este Salón y le damos la partida a esta gran iniciativa que me parece importante para el país: el reimpulsar lo que significa nuestra actividad editorial y empujar con fuerza el valor que el libro tiene para nuestros niños, para nuestros jóvenes, para nuestro futuro.

Muchas gracias.

 

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Notas
1. Sr. Paulo Slachevsky, Presidente de la Asociación Gremial de Editores de Chile.
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