Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Bienvenida a los Alumnos de Bachillerato.

(Transcripción)

Sean mis primeras palabras para darles la bienvenida a la Universidad. Me da mucho gusto hacerlo en este Salón que tiene aquí 130 años, cuando se terminó de construir y empezó a funcionar como la sala principal de reuniones académicas de la Universidad de Chile. No alcanzó a conocerlo don Andrés, lo inauguró don Ignacio Domeyko, pero es, en definitiva, éste el corazón de la Universidad, donde está lo más fuerte de su tradición y donde han ocurrido, desde hace mucho, probablemente los procesos más decisivos y más importantes de la Universidad y también para el país.

Por lo tanto, darles a ustedes la bienvenida a la Universidad en este Salón, es evidentemente un acto que tiene, de por sí, mucha significancia. Porque aquí hay un peso histórico, hay una corriente, hay una fuerza en el tiempo de lo que esta Institución ha hecho por el país y que se simboliza en este espacio. Pero también hay otro hecho, que es el que ustedes ingresen a la Universidad y pasan a constituir, entonces, parte de este flujo sanguíneo que es el producir de la Universidad de Chile. Ustedes son las células nuevas que se incorporan y a las cuales les decimos bienvenidos con todos nosotros. Ustedes representan, además, la innovación que hemos escuchado de boca de la Vicerrectora Académica (1), de lo que aquí está ocurriendo. Nosotros estamos cambiando la Universidad y el concepto de universidad que hoy existe en el país. En el futuro esperamos que nadie diga: "ingresé a Periodismo, o a Ingeniería Comercial, o a Derecho"; sino que diga: "ingresé a la Universidad". Porque en la Universidad durante los años voy a obtener una formación general sólida que me va a permitir construir la formación más especializada que yo quiero para mi futuro. Una Universidad que me va a dar la información para poder elegir desde adentro carreras y especializaciones que serán cada vez más diversificadas.

Hace diez años atrás, nadie sabía lo que era Ingeniería Ambiental. Hoy hay pocos, todavía, que saben lo que es Ingeniería Ambiental. En el futuro sabrán más de eso, pero mucho menos de las cosas nuevas que -yo se los apuesto- se van a producir también en esta Universidad: las nuevas carreras, las nuevas especialidades, las nuevas líneas de investigación, los nuevos posgrados, las nuevas demandas de nuestra sociedad por conocimiento. Eso evidentemente que habrá de edificarse sobre fundamentos distintos. Eso ha sido para nosotros el Bachillerato: el inicio de ese fundamento distinto que la nueva Universidad necesita para poder hacer ese aporte en conocimiento al país.

Nosotros, jóvenes, estamos acá como Universidad hace 160 años porque tenemos como propósito contribuir al país. Ésta es una Universidad nacional y una Universidad pública. Eso significa que antes que cualquier cosa, nosotros tenemos una responsabilidad por el país, cosa que aparece siempre en los discursos, siempre leemos, los políticos dicen esas cosas, todos lo dicen: "la preocupación por el país". Pero aquí se ha vivido esa preocupación por el país. Estamos 160 años en un trabajo de producir para el país y la industria. Ésta, produce conocimiento, produce valores, produce personas, produce formaciones para las necesidades que están allá afuera. Aquí no hay reparto de utilidades al final del año. Aquí los profesores no son accionistas. Aquí el Rector de la Universidad no es el empleado de un directorio. Aquí hay una Institución pública que funciona con vocación pública. Por lo tanto, sentimos la responsabilidad de innovar para responder a esas necesidades que vemos para el país en los próximos cinco, en los próximos diez, en los próximos quince años: esa es nuestra obligación. No es manejar solamente el día a día, es manejar pensando en el futuro. Y estos cambios de los que estamos hablando hoy en la mañana, son cambios para el futuro, son cambios para el país. Cambios de los cuales ustedes serán depositarios y de los cuales, obviamente, tendremos -ustedes y nosotros- que responder también ante el futuro.

¿Qué es lo que demandamos de ustedes? Demandamos de ustedes, en primer lugar, que nunca dejen de imaginar, de soñar, de pensar, de creer, que no sientan miedo. Ésta es una Universidad amplia. Ésta es una Universidad tolerante. Ésta es una Universidad que acepta las ideas y el respeto por las ideas. Por lo tanto, la primera obligación de ustedes es, justamente, expresar sus ideas, expresar sus sueños, y hay miles de maneras de hacerlo, evidentemente en la construcción de lo que estamos haciendo, que es formar profesionales para el futuro.

La segunda tarea, es la tarea de formarse como lo que nosotros queremos que ustedes sean: líderes. Nosotros, jóvenes, no estamos aquí como Institución para producir una montonera de gente, si me permiten la expresión, para el mercado. Eso se lo dejamos a otras instituciones que están por acá diseminadas en todas partes en Santiago. Nosotros, ciertamente, queremos seguir produciendo los mejores. En esa competencia y en ese compromiso estamos todos nosotros. Por lo tanto, exigimos de ustedes que se preparen para ser los mejores. Los mejores en sus campos, los mejores en su desempeño profesional, los mejores en su desarrollo como personas, los mejores en su desarrollo vocacional... los mejores. Este país, que necesita construirse permanentemente para poder progresar, necesita gente que lo conduzca desde todos los ámbitos. Tradicionalmente ese ha sido el rol de la Universidad de Chile. Hoy y en el futuro debe seguir siendo el rol de la Universidad de Chile; por lo tanto, ustedes tienen la obligación de prepararse para producir ese liderazgo, esa capacidad. Nosotros no nos imponemos acá por decretos o porque alguien dice que "la Chile" es la mejor porque tiene más años de vida. Aquí nosotros nos imponemos -y esto hay que decirlo con arrogancia- por la calidad de nuestra gente. Nosotros estamos seguros que tenemos los mejores académicos. Nosotros estamos seguros que tenemos los mejores investigadores y los mejores estudiantes. Por lo tanto, estamos asegurando un futuro de liderazgo para la Institución que le ha provisto de liderazgo al país durante 160 años de existencia. Esa es una responsabilidad para ustedes.

También hay una tarea muy importante y que tiene que ver mucho con esta formación que ustedes van a obtener. Aquí, es cierto, nosotros nos formamos acá como médicos, como ingenieros, como periodistas, y ciertamente que en esto -y sobre todo en los días que corren- hay, obviamente, un objetivo personal: todos queremos mejorar nuestro estándar de vida, todos queremos entregarle lo mejor a nuestra familia, pero no se olviden nunca, y en esta Institución procuramos que no se nos olvide nunca, siempre debe haber un componente de vocación de servicio público para todo. Nosotros no fomentamos el salir con hábitos a la calle y que seamos todos monjes y monjas buscando como servir al prójimo. Pero lo que sí es muy importante, es que en el desempeño de lo que hacemos, haya un espacio importante para servir a los demás. Ese es el sello que pone esta Institución. Eso, también, nos hace tan distintos de los cientos -y en algunos casos miles- de profesionales que salen de "escuelitas" bien pintadas, con buenos avisos en los diarios, pero que, en definitiva, son, simplemente, eso: "escuelitas". Que proporcionan clases y que se permiten, incluso, como hoy día lo escuche, hacer programas innovativos, posgrados executive, que significa que la gente va a clases un día a la semana y con eso al final del día obtiene un "cartón". Con eso se tienen que enfrentar ustedes mañana. Y la fuerza para enfrentarse con eso, es su formación, su liderazgo y su servicio a los demás, su capacidad, su vocación al servicio público.

Y quizás, una cuarta tarea que es muy importante que hay que siempre reseñarla, es querer a esta Institución. Porque aquí uno no viene a comprar un servicio. Mire, para todos nosotros, la Universidad no es solamente el espacio donde hay que venir a trabajar ocho horas al día. Nosotros hemos hecho una vida, una vocación, un compromiso con la Universidad. Eso lo exigimos de nuestros académicos, y muy sinceramente, porque esto es más que un lugar de trabajo. Ésta es la Institución a la que le hemos dedicado nuestra vida y, por lo tanto, hemos aprendido a quererla, y demandamos de los demás lo mismo. Esta Institución hay que quererla y uno, por lo tanto, acá, jóvenes, no viene solamente a aprender, a estudiar, a usar las bibliotecas, a tener clases, a recibir un título. También en el fondo uno tiñe su alma de azul, que es muy importante porque esa es la esencia de la Institución. Gente capaz, gente con liderazgo, gente con vocación de servicio público y gente que respeta y quiere a su Institución y está siempre dispuesta a defenderla porque dependemos de ella.

Jóvenes, bienvenidos a esta Universidad que significa tanto para Chile y naturalmente tanto para nosotros y para el futuro. Y quizás una manera, también, de expresar lo que significamos como Institución, sea que este acto de inauguración del año académico del Bachillerato, esta bienvenida a los nuevos estudiantes, sea también -y ojalá en alguna parte se escuche- un acto para decir que la Universidad, como la sede de la inteligencia, del saber, es también la sede de la paz, y que, por lo tanto, esta Universidad se opone férreamente a todo acto que signifique guerra, a todo acto que signifique destrucción, a todo acto que signifique violencia, a todo acto que haga que un ser humano atente contra otro ser humano. Creo que es muy importante decirlo, porque nosotros tenemos una responsabilidad más allá de las clases, más allá de darnos la bienvenida, más allá de inaugurar. Hay una responsabilidad también respecto de nuestra sociedad, y desde esta Institución, también, debe surgir con fuerza esa oposición a la destrucción, como una manera racional eventualmente de hacer las cosas.

Bienvenidos jóvenes a la Universidad de Chile.

Muchas gracias.

 

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Notas
1. Prof. Dra. Cecilia Sepúlveda. Vicerrectora de Asuntos Académicos.
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