Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de entrega del Premio Bicentenario 2002 al Senador don Gabriel Valdés S.

(Transcripción)

Creo que no es casual que una celebración de este tipo tenga lugar en este Salón. Este Salón significa mucho para la historia de la cultura, de la ciencia, del arte en nuestro país. Fue aquí donde Diego Barros Arana como Rector firmó el decreto que dio origen a la creación del fondo Andrés Bello que todavía es protegido por nuestra Institución. Fue también aquí donde el Rector Valentín Letelier pronunció por primera vez un concepto que dominó la política pública durante muchos años: "gobernar es educar". Fue también aquí donde el Rector Juvenal Hernández dio vida oficial a la Orquesta Sinfónica de Chile y al Ballet Nacional. Fue también aquí, atrás, en el cuarto de las escobas de este Salón de Honor, donde un grupo de jóvenes dio origen al Teatro Nacional Chileno. Fue aquí en el tercer piso donde por primera vez hubo una emisión radial en Chile en transmisión directa con el diario El Mercurio demostrando que no siempre hay disociación entre esta Universidad y El Mercurio. Ésta ha sido siempre una Casa donde por los más de 130 años de vida ha estado dedicada a la cultura, al arte y a las ciencias; por lo tanto, entregar este reconocimiento a Gabriel Valdés, como ya lo hemos hecho anteriormente a don Eugenio Heiremans y a Nicanor Parra, constituye, en la celebración de nuestro Bicentenario, algo que tiene un enorme sentido histórico, una enorme trascendencia y una gran significancia para el país.

Este homenaje a Gabriel Valdés es por cierto merecido y justo. Creo que hay poco que agregar a lo que ya se ha dicho, pero quisiera agregar dos aspectos que a mí me parecen tremendamente importantes de lo que significa Gabriel Valdés para esta Casa.

Gabriel Valdés no ha sido ni egresado, ni ha sido profesor de esta Universidad... nadie es perfecto, pero nosotros -y lo expongo acá- hemos declarado de hecho a Gabriel Valdés como hijo de esta Casa por lo que ha hecho por la cultura y la educación en este país. Porque ha logrado con sus ideas, con su empuje, con su porfía, sacar adelante cosas que son importantes para esta Universidad y por ende son importantes para Chile y para la educación chilena.

Con Gabriel Valdés no hemos tenido siempre acuerdos, muchas veces hemos debatido sobre temas de financiamiento del arte y la cultura. Muchas veces hemos tenido visiones distintas respecto de lo que hay que hacer: yo en la natural defensa de los intereses de esta Institución y él por cierto, con la visión del legislador experimentado. Pero debo decir que Gabriel Valdés es una persona con un extraordinario nivel para mirar los problemas, con una enorme trascendencia y nunca los ha mirado en chico. Por lo tanto, a mí me parece que eso debe ser reconocido, y hace poco cuando en otro Salón de esta Casa le entregamos la Medalla Rectoral precisamente por su contribución al desarrollo y al financiamiento de la cultura en Chile, lo declaramos también el campeón en la defensa de la cultura. De manera que Gabriel Valdés haya venido de donde haya venido es hijo de esta Casa, y creo que es también justo decir que -como todos nosotros- tiene su corazón azul, que es el azul que proyecta al futuro de Chile.

Creo que se han dicho muchas cosas que casi a uno le dan la idea de que Gabriel Valdés se ha ido, pero yo creo felizmente que tenemos Gabriel Valdés para rato, y me gustaría entonces indicarle a Gabriel con mucho cariño que creo que hay una tarea pendiente, una tarea pendiente que tiene que ver con los retos que tiene Chile. Hoy día estamos en un mundo que se globaliza, hoy día estamos en un país integrado al mundo cada vez más férreamente en lo económico, en lo financiero y también, porque no decirlo, muy luego en lo cultural. Pero en Chile hace falta financiar la investigación científica y tecnológica de una manera que sea razonable para mirar ese futuro de forma más auspiciosa, para poder tener los fundamentos con los cuales incorporarnos al mundo en el cual queremos competir y donde queremos ganar para poder ambicionar este gran proyecto de llegar a ser un país desarrollado donde predomine el crecimiento y la equidad; pero por sobre todo donde seamos un país competitivo en donde tenemos que competir, en nuestra productividad.

Por lo tanto, y por qué no, pensemos en una ley Valdés para la ciencia y la tecnología. En una ley Valdés que permita que la empresa decida donde poner sus recursos y apueste por realizar la investigación que el país necesita para dar el salto que todos queremos. Yo creo que eso es una tarea Senador, creo que es una tarea pendiente que hoy día Chile necesita urgentemente y pienso que como tendremos Gabriel Valdés para rato, una de las tareas que hay que dejarle y pedirle, y yo así lo hago, es que esto sea una ambición que todos empujemos por Chile, por nuestros jóvenes, por nuestros científicos, por nuestros tecnólogos y por todo lo que necesitamos crear para hacer a este país mejor.

Muchas gracias a todos ustedes por estar acá.

Compartir:
https://uchile.cl/u5951
Copiar