Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Clausura del Ciclo de Talleres de Investigación.

Soy yo el que tiene que agradecerles a ustedes este trabajo, este esfuerzo que realmente nos entusiasma el ver un día viernes de enero, a estas horas de la tarde, una reunión tan multitudinaria de los mejores académicos del país para concluir una jornada de trabajo que tiene que ver con las prioridades de investigación y los proyectos de futuro, que es algo que no sólo debe agradecerse, sino que resaltarse. Esta reunión simboliza mucho una transformación importante que está ocurriendo en la Universidad, que es justamente que haya discusión, que haya trabajo compartido, que haya interacción entre los distintos ámbitos de una Universidad tan diversa y con tanta riqueza contenida que necesita colaborar, contrastarse, ligarse con lo que existe en otros ámbitos. Me satisface particularmente el hecho de que aquí veo rostros que identifico de prácticamente todas las Facultades de la Universidad, lo cual también es una señal muy importante. Esto no es sólo las ciencias duras, ni las aplicadas, ni las básicas, aquí también hay gente de Artes, gente de Arquitectura, gente de Ciencias Sociales, de Humanidades, y eso representa muy bien la Universidad que queremos, una Universidad integrada y muy fortalecida en un ámbito que es tan crucial para nosotros.

Considero que hay cuatro elementos que son los principales problemas de la Universidad de Chile. Sin destacar orden de prioridades, dentro de los primeros están las amenazas que representa el medio externo y el sistema, no una amenaza que nos ponga en peligro para un año más o para éste, pero sí evidente para los próximos 10 años o 15 años de la vida de esta Universidad. Esa amenaza tiene que ver con la existencia de un sistema absolutamente desordenado, desregulado, que se llama Sistema de Educación Superior y que con el paso del tiempo será crecientemente un sistema desacreditado en sus perspectivas, en su profundización; y desde luego en su calidad. Eso nos insatisface, no por lo que muchas veces la prensa interesada cree, que es proteger un monopolio eventual de las universidades tradicionales y particularmente de ésta, sino porque es un riesgo para el país y hemos insistido en la necesidad de normar adecuadamente lo que deben ser universidades respecto de otras entidades que deben ser clasificadas con otros criterios, pero como sabemos, hay compromisos políticos cruzados y complejos que hacen que el sistema funcione mejor así, pero que en definitiva constituyen entonces una amenaza muy importante para la Institución.

Y en consecuencia la respuesta estratégica de ésta debe ser en mí opinión acelerar y profundizar su trabajo en dos ámbitos: primero, el tratar de promover y fundamentar aún más sus ventajas comparativas en el sistema, que son investigación y postgrado, ahí radica nuestras ventajas reales, de esas ventajas reales se desprenden aquellas que tienen que ver con la formación de pregrado de calidad y de excelencia que entregamos. Pero es muy importante que la Universidad ponga todo su empeño, todo el énfasis en su programa de desarrollo estratégico en fortalecer estas dos áreas, por eso esta reunión encuentro que es tan relevante.

La segunda área estratégica, es que nuestra respuesta frente al desarrollo de ese sistema es producir más académicos y, por lo tanto, poner gran énfasis en los académicos jóvenes, porque es cierto, no vamos a poder competir de uno a uno con un sector que se desarrolla de la manera como hemos visto en Escuelas de Medicina, en Escuelas de Odontología, en Escuelas de todo con gran superficialidad y con muchos recursos. Esta Universidad sin embargo ni este año, ni en 5, ni en 10 estará en condiciones de competir de esa manera con nuestros propios recursos académicos, pero entonces el esfuerzo tiene que estar en diversificar todavía más nuestro trabajo de producción de académicos, en sofisticar más nuestro trabajo de preparación de la gente joven, esa es creo yo, la respuesta estratégica a esa amenaza que está allá afuera y que requiere obviamente profundizar en los trabajos de los postgrados y de investigación.

Pero un segundo problema, también estructural que enfrenta esta Institución, es su segmentación y una de las primeras cosas que uno enseña en administración de empresas, es que las empresas menos exitosas son aquellas que tienen más disgregadas su estructura. Esta es una empresa enorme que tiene una gran disgregación cultural, que viene de 20, de 30 o quizás 40 años, pero que no se incapacita para reaccionar en muchas áreas y de muchas maneras frente a estas amenazas externas. Por lo tanto, es muy importante que la Institución se consolide, que empiece a comprender que los problemas son transversales y no son de grupos de Facultades, ni de Facultades individuales. Ese es un cambio en la cultura, un cambio que no se provoca por la buena voluntad de un Rector o un grupo de Decanos, ni por la simple firma de un Decreto, o la aprobación de un acuerdo, se provoca en el trabajo diario, en la disposición de los académicos a que exista esa voluntad de transversalizar el trabajo y obviamente de provocar una mayor colaboración, un mayor acercamiento entre unidades que han estado tradicionalmente disgregadas.

Desde luego que el énfasis que se ha puesto en esta Institución en eso, en la consolidación de los Campus y el énfasis que se está poniendo en transformar la enseñanza del pregrado precisamente como un instrumento para integrar más el trabajo académico, me parece que son elementos fundamentales de nuevo para reaccionar frente a esta debilidad institucional, que combinado con la amenaza externa, se constituyen en dos elementos detonantes de problemas muy significativos para la Universidad hacia el futuro.

El tercero ciertamente es el problema de la inversión, una Universidad que tiene un atraso de inversión significativo, que no son culpas que haya que distribuir, sino que son problemas que se han ido acumulando y generando en el tiempo. A fines del año 98, estimamos que los déficit de inversión en la Universidad, en laboratorios, en planta física, en aulas estaba arriba de 40 mil millones de pesos, y eso es bastante más que el presupuesto anual que nos entrega el Estado. Hay que recuperar terreno en eso, porque no hay manera de desarrollar proyectos académicos si lo estamos haciendo en aulas inexistentes, en aulas anticuadas, en laboratorios que no sirven o con equipos que son completamente atrasados respecto a las necesidades actuales. Hemos estado haciendo una inversión en eso, pero queda muchísimo por hacer y eso requiere tener claridad en un proyecto institucional, en que también seamos capaces de compartir porque no podemos seguir duplicando o triplicando muchas veces nuestros esfuerzos.

Y el cuarto elemento es el tema presupuestario, sobre el cual hemos dicho más de alguna vez públicamente en los debates de todo tipo, es que esta Universidad no puede seguir siendo una Universidad nacional y pública en circunstancias que el 75% de sus financiamientos son privados, es decir ahí, hay una tensión permanente que no puede responder a nuestros diseños estratégicos, ni puede responder a la necesidad de mirar hacia el futuro como debe hacerlo la Institución para poder planificar sus 5 y sus 10 próximos años.

Hay voces en la Universidad que lo sostienen, uno podría perfectamente privatizarnos aún más, es decir vender más servicio, elevar aún más nuestros aranceles y en consecuencia suplir mucho de los déficit presupuestarios sobre la base de una estrategia distinta de la que hasta ahora se ha venido adoptando. Eso naturalmente cambia el rostro de la Universidad y es una decisión peligrosa, porque evidentemente, en esa perspectiva de tiempo, creo al igual que la mayoría de los académicos de la Institución, ésta es y debe seguir siendo una Institución nacional y pública de excelencia y que el tema correctamente puesto es que el Estado debe reasumir una función que ha estado eludiendo. En mí opinión y responsablemente, porque entonces deja libre el juego del mercado, el abordar temas como los que se han discutido en este encuentro que tienen que ver más bien con una política del Estado que con una reacción autónoma o de mercado por parte del sector privado.

De manera que en este ámbito de temas que hemos estado enfrentando y sobre el cual hemos tenido muchas discusiones en todas las instancias; en la Comisión Normativa, en el Consejo Universitario, por ejemplo, frente a las cuales están los lineamientos estratégicos de la Universidad con los cuales estamos trabajando, a mí me parece que en ese contexto esta discusión de los Talleres de Investigación es extraordinariamente refrescante y estimulante.

En primer lugar porque aquí se ha enfatizado como uno de los objetivos, la vinculación entre el trabajo de investigación y los postgrados y eso es refrendar exactamente lo que nuestros lineamientos estratégicos han dicho que es esencial desde el punto de vista del posicionamiento de la Universidad de Chile. Naturalmente que muchas veces es difícil definir los específicos de esa colaboración, de esa interacción; pero tendremos que seguir trabajando como ustedes lo han hecho en sus propuestas respecto a la manera en cómo debiéramos profundizar todavía más la calidad de nuestros postgrados. Habrá una reunión justamente para abordar este tema el día 23, en que decidiremos algunas políticas y orientaciones respecto a lo que estamos haciendo en postgrados. La Universidad ha sido muy exitosa en sus programas de doctorados, ha creado 12 programas en los últimos dos años, el año pasado acreditamos el 100% de los programas que se presentaron a CONICYT y llevamos la delantera en estudiantes y en becas de doctorados. Es cierto, hay una buena cantidad de indicadores que nos hace sentirnos satisfechos, pero al mismo tiempo todavía preocupados, porque creo que es muy importante hacer más y obviamente hay que aprovechar una ventaja política importante: el Presidente de la República ha declarado que los postgrados deben tener mayor énfasis, más recursos y que se propone doblar los recursos que se asignan a investigación científica y tecnológica.

Es fundamental entonces tener esta batería de proyectos, esta batería de ideas para cobrar la palabra en cuestiones que nos parecen a nosotros que son esenciales para el país que piensa dar el salto al desarrollo en 20 años probablemente, pero que quizás no va a poder nunca hacerlo gastando un 0,7 o un 0,8% en investigación científica y tecnológica. Pero es evidente también que hacer crecer en 5 años como se ha propuesto la investigación científica y tecnológica al doble en recursos del producto interno, requiere algunas condiciones como lo son el desarrollo del capital humano y de la inversión para poder hacerlo, o sea, lo que no queremos, es la propuesta que muchas veces circula de que hagamos distintos "fonditos", fondos para las universidades tradicionales, otros para las universidades regionales, otros para las universidades privadas, porque todos alegan que hacen investigación de calidad. Nosotros hemos defendido el principio de que las competencias deben ser transparentes, claras y en términos de financiar proyectos y programas con objetivos de país. Le hemos hecho llegar también al Presidente de la República una propuesta para que se financien de una manera distinta a las llamadas "universidades complejas", es decir aquellas universidades con mayor énfasis en investigación y postgrados. Esa propuesta está en estudio en el Gobierno y esperamos que se tomen decisiones en ese marco, porque financiar universidades complejas supone precisamente poner más recursos en overhead de proyectos y en becas y otras ayudas a los programas de doctorado. Por lo tanto, la línea que aquí se ha explorado en estos Talleres en términos de objetivos, es asociar mayormente la investigación a los programas de postgrados, es la línea correcta y no sólo desde un punto de vista de como entendemos nosotros los lineamientos estratégicos de esta Institución para su desarrollo a futuro, sino que también es correcta desde el punto de vista de las prioridades nacionales y políticas sobre las cuales tenemos que seguir ejerciendo la presión para que existan cambios en una materia que es prioritaria para el país.

Pero al mismo tiempo ustedes han enfatizado otro tema en los objetivos, que es el tema multidisciplinario y probablemente yo diría interdisciplinario y seguramente alguien me agregaría que debería ser también transdisciplinario. Es muy importante aquello, porque ese enfoque es el que va a permitir ir superando esta segmentación destructiva de la Universidad, esta segmentación que nos crea ineficiencia y que nos hace mala propaganda en el exterior cuando se sabe que hacemos programas en paralelo, que hay unidades académicas que disputan por los diarios, su predominio en algunas de las disciplinas y que no contribuyen con eso a dar la imagen de efectividad, de organización que tiene que tener esta Institución. A mí me parece que la idea de tener un conjunto de anteproyectos concebido con ese carácter multidisciplinario ayuda mucho a los esfuerzos que estamos haciendo, en el cual el Campus Sur ha estado protagonizando esta necesidad de tener una mayor cohesión en el trabajo académico. Eso hay que apoyarlo y generalizarlo a los otros Campus, a las otras Facultades, a las otras culturas también de la Universidad; y por lo tanto, esta generación de proyectos que ustedes han hecho en ese ámbito, en esa perspectiva, creo que es una ayuda muy importante en la gestión de estos temas y por el objetivo de promover la formación de equipos de investigadores.

Algo que no le ha hecho bien al desarrollo de la investigación en el país, es ese gran énfasis que se puso en la individualidad de la investigación y que se promovió por los recursos, por el tipo de proyecto, por la evaluación que se hacía de lo que era buena y mala investigación. Esa ha sido una mala orientación, sobre todo cuando esa se constituye en la manera exclusiva de financiar prácticamente durante muchos años la investigación. Por eso me parece que es una buena idea la de tener investigación en equipos que sean múltiples desde el punto de vista disciplinario, pero también múltiples desde el punto de vista etario. Es bueno tener a los investigadores jóvenes al lado de quienes no somos ya tan jóvenes, para traspasar la experiencia, ideas, para imbuirlos de esa energía con la cual necesitan no sólo aprender mejor lo que hacen, sino también hacerlo con una camiseta azul mucho más marcada de lo que a veces observo en el trabajo de las Facultades.

Pero también a mí me parece que el tercer elemento que se ha destacado acá en los Talleres de Investigación es posicionar a la Universidad de Chile como un referente nacional. Esto no debe ser estimados colegas solamente un discurso en que siempre decimos, "somos la Universidad nacional", tenemos que practicar el ser una Universidad nacional cuando tomamos decisiones diariamente respecto a qué es lo que hacemos y el énfasis en nuestro trabajo debe estar en las temáticas de tipo nacional. Me sentí tremendamente orgulloso cuando al ir a defender el presupuesto de la Corporación hicimos un estudio y descubrimos que esta Universidad realiza más de 500 proyectos en la actualidad con impacto nacional y/o regional, más de 500 proyectos cuya lista tenemos y la hicimos llegar a los señores parlamentarios, porque no hay ninguna institución que tenga esta dotación de académicos y que dedique este gran esfuerzo a los temas nacionales y en muchos casos a los temas regionales de todo el país, con una presencia activa y muy viva.

Entonces enfatizar esto en términos de este listado de temáticas que yo he leído, tienen que ver con prioridades nacionales como lo es la educación. Hoy día mismo entregábamos los resultados de la Prueba de Aptitud Académica, clasificados por estratos de ingreso, resultado: los estudiantes pobres del país, los de la clasificación de pobres de acuerdo a la encuesta Casen, tienen un 50% de fracaso, esto es la mitad de ellos no alcanza los 450 puntos en la Prueba de Aptitud y sus equivalentes ricos son gente que tiene tasa de fracasos que no va más allá de un 8%. Entonces la pregunta es, cómo nosotros, Universidad de Chile tomamos este tema nacional, que tiene que ver con problemas sociales, educativos, de gestión, de organización política, de incentivo... como ése no va a transformarse en un tema nacional que debemos abordar con prioridad. Como ése, por cierto, hay muchos otros que probablemente ignoro, pero que tienen la misma importancia desde el punto de vista de una Institución de excelencia como ésta que le pone al Estado propuestas para abordar y que deben ser prioridad.

De manera estimados colegas que a mí me parece que esta no ha sido una reunión más donde aquí se comparten ideas, se discute que puede o no puede ser interesante. Los resultados del Primer Encuentro de Investigación fueron tremendamente importantes, fueron formidables contribuciones a un debate que tiene que seguir ocurriendo en la Universidad respecto a lo que tenemos que hacer en este ámbito de trabajo que va en la línea de los proyectos prioritarios, de los proyectos integrados y multidisciplinarios. Por eso se los agradezco, porque este es un insumo para seguir empujando con todas las ganas lo que hay que hacer por la Institución que es ponerle frente a las narices del Estado de que aquí está perdiendo una oportunidad y que eso constituye no sólo un mal pensamiento estratégico, sino que también, un esfuerzo sustentado en término lo que es cuidar en el largo plazo de Chile.

Muchas gracias a todos ustedes.

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