Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile en Ceremonia de clausura de la fase experimental de los Cursos de Formación General.

(Transcripción)

Quería simplemente agradecer el trabajo que han realizado y encabezado particularmente Cristina (1) y Roxana (2), que es darle forma a esto que quiero recordar que hace pocos años era todavía un trazado en un papel, un poco increíble, un poco difícil, y muchos dijeron inviable, que es el de tener un sistema hoy día ya más o menos consolidado y en progreso en formación general en la Universidad de Chile. Pienso que los resultados que se han obtenido particularmente desde el punto de vista de lo atractivo que ha significado a nuestros académicos y a los estudiantes augura que este es un proceso que madurará y que nos llevará entonces a la etapa en la cual estamos trabajando y a la cual hemos procurado darle mucho énfasis. Creo que dentro de los cambios en la Universidad, el cambio en la visión formativa de pregrado es fundamental. Fundamental no sólo porque la Comisión lo plantea, muy bien en su documento, no sólo por una demanda de mercado de trabajo que hoy día requiere profesionales distintos, eso es cierto, no se puede desconocer que el abogado que hoy requiere la sociedad chilena es distinto del abogado que probablemente estamos formando con las viejas tecnologías, los viejos enfoques y esta Universidad tan profesionalizante en la que hemos entrado con la contradicción con la universidad más enciclopedista, sino que hay otro deber para la Universidad de Chile y considero que esa es la razón más fundamental para lo que estamos tratando de hacer. Es el deber de poner profesionales en nuestra sociedad que tengan un sentido crítico y amplio y eso es muy diferente a la mera cuestión del mercado del trabajo y las demandas distintas de calificaciones. Eso podría llevarnos sólo a una modificación de las carreras, a poner más cursos electivos, y a darle obviamente una conformación más particular para satisfacer esa demanda de mercado, pero como digo, el problema es más profundo y muy distinto, como muy bien lo plantea la Comisión, en el sentido de que tenemos que ser capaces también de generar profesionales diferentes. Hacer un aporte y hacer un cambio y eso lo logramos sólo en la medida de que tengamos una nueva propuesta de la forma en que nuestros profesionales se entrenan.

Pero además de estas dos razones: la razón de mercado y la razón de misión; añadiría una misión estratégica, porque un cambio como el que se plantea en el esquema de pregrado, que aquí ha resumido el Prof. Oyarzún (3), hay una gran cantidad de trabajo detrás de ello. Ese es un cambio que tiene que ver también con un reposicionamiento de los postgrados, porque en definitiva la especialización que nosotros hemos tratado por años de agregar y de profundizar en nuestras carreras de pregrado y que nos ha llevado tantas veces ha concluir que en muchas carreras tenemos cursos demás, para darle la extensión que se necesita para la validez profesional. Hoy día podemos hacer lo mismo con menos, a lo mejor podemos aprovechar ese espacio para una especialización de postgrado y para un enriquecimiento en formación general a nivel del pregrado.

Por qué digo que esto es estratégico. Es estratégico precisamente porque la ventaja comparativa de esta Institución está en los postgrados y en las ligas de investigación y, por lo tanto, este cambio es muy fundamental desde el punto de vista de nuestro posicionamiento en la producción del pregrado en el mercado como el fortalecimiento estratégico de la Institución. Y además por otra razón, esta Universidad enfrenta una debilidad estructural, mientras no se cambie, como aparentemente no se va a cambiar la estructura del sistema. Un sistema que hoy día permite que cualquiera universidad autónoma cree carreras y que en función del marketing atrae buenos estudiantes y, por ende, es también capaz de atraer buenos instructores, aunque no buenos académicos y eso lo vivimos todos los días con profesores que son "robados" de esta Institución para ir a enseñar algunos de día y otros de noche, pero a otras instituciones de la "competencia". Creo por tanto que una forma en el cual nosotros tenemos que reaccionar estratégicamente frente a esa amenaza, es ser capaces de producir más académicos, tener todavía más académicos jóvenes dispuestos a ir llenando esa demanda que existe en el resto del sistema universitario de educación superior y al mismo tiempo satisfacer nuestras propias demandas para este cambio y para la profundización del trabajo del postgrado y de la investigación.

De manera que vemos en esta tarea que se ha planteado a través de esta Comisión un cambio que es fundamental en la Universidad y no sólo en término de la estructura, sino en términos de un diseño estratégico de Universidad para responder a una realidad y ser consecuente con nuestra misión.

Es evidente y he leído con mucho cuidado el documento que produjo ya la Comisión y que ha sido producto de una larga elaboración, como debe serlo en un trabajo universitario, pero además con las complejidades que tiene esta Universidad después de trabajos de subcomisiones, después del encuentro que tuvimos sobre pregrado hay un filtrado en un documento que, es diría, extraordinariamente potente y que en sus líneas generales los suscribo totalmente.

Pero pienso que ahí hay varias tareas que es muy importante adelantar para que los plazos de aplicación de este sistema de ingreso por áreas estén en práctica no al cabo de cuatro años, sino de cinco, y esto lo digo por tres razones. Primero, porque es factible, si uno examina los componentes de las distintas acciones que están en ese documento uno puede verificar que algunas pueden adelantarse. Pero hay otra segunda que es importante, los lineamientos estratégicos de la Universidad 2000-2005 hablaron de cinco años y es malo que un documento un año más tarde, en la misma Universidad, diga ahora de nuevo que son cinco años, o sea para recuperar alguna consecuencia sería bueno hacer el esfuerzo de ponerlo en eso que ya se suscribió. Y en tercer lugar, porque hay una razón institucional que es muy importante. Este año se elige Rector de la Universidad de Chile y es bueno que el Rector tenga dentro de su mandato la posibilidad de concretar íntegramente este cambio y no dejar una colita para algo que probablemente va a tomar otras y va a proyectar esto posiblemente mucho más allá de los cinco años. Me parece que ese es un tema a abordar, pero además hay otros dos o quizás tres que son muy fundamentales de considerar y los pongo aquí, porque veo que varios integrantes, sino todos, de la Comisión y encargados de subcomisiones están acá.

Un primer tema es el tema de cómo este cambio nos obliga a hacer una transformación en la organización de la Universidad, porque aquí estamos hablando de una estructura distinta a esta estructura tradicional de las Facultades y de los Institutos. Distinta en un sentido de que vamos a tenerlo que hacerlo por lo menos por los dos primeros años por los estudiantes, y si uno aprecia en estos ocho campos, estas ocho áreas que nos ha expuesto el Prof. Oyarzún, solamente cuatro están claramente identificadas con un Campus. Hay otras cuatro que tienen que ver con dos o con tres campus y en consecuencia uno tiene que tener una imaginación para plantear una manera distinta de organizar el trabajo de la Universidad. Claro, en la Comisión Normativa hemos dicho; "perfecto, podemos crear Escuelas de Campus y eso es una solución", pero cuando se trata de actividades que cubren dos o tres Campus, la Escuela de Campus tampoco es una solución estrictamente, entonces creo que hay que emplear un poco de imaginación ahora, para ver que tipo de organización debiéramos cambiar y flexibilizar para que esto sea exitoso desde el punto de vista organizacional.

En segundo lugar, no es menor el tema de las finanzas, porque hoy día es muy claro que los aranceles van a las Facultades, por lo menos en parte, y uno de los propósitos de nuestra administración es que éstos vayan todos a las Facultades y existe un criterio distinto para poder remunerar el trabajo de investigación de las Facultades a través del aporte fiscal directo, proceso que no ha sido fácil, porque significa romper una inercia que lleva ya 20 años. En definitiva eso va a significar entonces que el pago "a las Facultades", va a tener que hacerse con un criterio diferente y, por lo tanto, la presupuestación de esos dos primeros años va a tener también que hacerse con nuevos criterios y es bueno que la Comisión nos ayudara un poco a pensar como vamos a hacer aquello.

A veces me siento muy optimista respecto a estos cambios, me sentí muy optimista en el Encuentro del pregrado que se realizó hace un tiempo atrás por la magnitud, por la relevancia de gente que asistió, por lo que se discutió y los buenos resultados que se sacaron. Hoy día me siento más pesimista, porque veo solamente un Decano que nos acompaña, hay también Vicedecanos, hay Directores de Escuelas y siento por tanto, que esto ya también pasó a una segunda prioridad y realmente me sentiría muy dolido de eso, porque creo que ha a habido un avance tan fundamental en lo que la Comisión ha hecho, en el trabajo que ha hecho toda la gente que ha estado encargada del plan de la formación general, que no sería bueno de que la Institución lo soltara y dijera "bueno esto que siga como pueda". Creo que es muy importante retomar este tema y, por lo tanto, también le voy a pedir a la Comisión que una vez que elaboremos la versión final de este informe tenga la mayor difusión posible, porque eso debe ser socializado y discutido. Aquí en la Universidad de Chile no se pueden tomar por fortuna o por desgracia decisiones que operen por los decretos que se firman en alguna parte. Aquí las cosas operan en la medida que vienen desde abajo hacia arriba, y pienso que este es uno de los casos donde tenemos que ser todavía más fuertes para que esto impregne el trabajo, el sentimiento de la comunidad universitaria especialmente en las Facultades y en los Institutos.

Bueno y cómo cambian los sistemas de ingreso a la Universidad, esa es una cultura en que cualquier padre de familia piensa que su hijo entra a estudiar Medicina o Derecho, pero esto de que entre a la Universidad a una cosa que no es Medicina ni Derecho es algo extraño y ese cambio obviamente que tenemos que empezar a operarlo ya. Sabemos lo que nos ha costado posicionar nuestro Programa de Bachillerato en ese terreno. Porque, qué es lo que es el Bachillerato. No es ni Ingeniería, ni Medicina, ni Derecho, es algo que no está definido y eso por tanto, es una cuestión cultural que hay que cambiar; y en segundo lugar, porque también requerirá repensar la forma en que tendremos que ponderar los distintos resultados de las pruebas de selección.

Ahora hay ahí una oportunidad, no olvidemos que las pruebas de selección a la Universidad estarán cambiando el año 2003 eventualmente y, por lo tanto, nos da una buena ocasión para que cualquier cosa que pensemos respecto al cambio en los sistemas de ingreso en función del rediseño de nuestros programas tenga que ver un poco también con eso. Sostengo que es un tema que tenemos que abordar y que me parece extraordinariamente importante y que no podemos dejarlo residualmente.

Y finalmente, porque a mí me parece muy importante abordar qué es lo que vamos a hacer de aquí a cinco años con el Programa Bachillerato, porque sostengo que la solución que está un poco propuesta; de tener un Bachillerato general y otro Bachillerato por área, no es una solución convincente y en consecuencia tenemos que buscar otras opciones que, naturalmente, vamos discutir para poder hacer de este nuevo sistema una nueva organización sostenible en el largo plazo.

Digamos que todos estos son temas que se abren y son temas que se han ido abriendo sistemáticamente con un trabajo bien llevado y bien organizado y lo agradezco. Se lo agradezco a Pablo Oyarzún, a Carlos Conca, a Irene Truffello, a Ennio Vivaldi, a todos los que están envueltos en este trabajo, que son de esos trabajos que en la Universidad no tienen ningún tipo de remuneración extra, y que significan una gran cantidad de tiempo y muchas veces representan también una gran cantidad de dificultades en una Institución que tiene una organización tan parcelada como esta, en que estas cosas siempre se ven como ataques desde el resto de las parcelas hacia la de uno. Pienso que esto ha estado provocando el cambio en esa cultura y que eso es muy importante, porque va en beneficio de la Universidad, de su misión, y de los jóvenes que entran y entrarán en el futuro a esta Institución.

De manera que les agradezco mucho este esfuerzo que hay que seguir respaldando ya que el programa MECESUP que hoy día está apoyando la formación general y sus programas costó sacarlos en nuestra cultura, porque había que poner una contraparte y significó una discusión fuerte y complicada, porque esas contrapartes hay que sacarlas de otros recursos que van a otras partes, pero ese esfuerzo vale la pena. Me doy cuenta que esto tiene un enorme potencial y comparto el dramatismo con que lo expresó el Prof. Oyarzún, que esta cuestión es decisiva para la Universidad de Chile: a mí de eso no me cabe ninguna duda.

Si seguimos haciendo más de lo mismo vamos a quedarnos pegados en la historia y posiblemente vayamos a hacer de aquí a algunos años superados y reemplazados en lo que se hace de nuevo, de importante y de incidente en nuestra sociedad. Esto es ponernos al día justamente lo que predicamos todos los días de cual es nuestra misión y de por qué nosotros tenemos que tener un tratamiento distinto por parte del Estado. Aquí la prueba está de nuestro lado y por tanto el informe de la Comisión debiera ir a todos los organismos, tenemos que llevarlos al Consejo Universitario y a la Comisión Normativa para discutirlo, pero sobre todo para hacer conciencia de que acá hay un problema y hay un camino, y una propuesta que en mí opinión es sólida, fiable y es digna de respaldo. Creo que eso hay que hacerlo ahora, antes de que nos siga cubriendo el tiempo.

Muchas gracias y sino lo dije, feliz Año Nuevo para todos.

 

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Notas
1. Prof. Cristina Rodríguez: Presidente de la Comisión de Formación General.
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2. Prof. Roxana Pey: Coordinadora de la Comisión de Formación General en Pregrado.
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3. Prof. Pablo Oyarzún: Presidente de la Comisión de Formación Básica.
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