Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile en, Premio Condecoración Amanda Labarca a la Académica Nelly Chang Hernández.

(Transcripción)

Amanda Labarca fue una académica campeona del trabajo universitario, fue su recorrido tan productivo y tan significativo en la Universidad que sería muy difícil describir la historia de la Universidad del siglo XX sin que el nombre de Amanda Labarca figure en varios de los capítulos de ese recorrido. Su influencia importante en su Facultad, en el desarrollo de los estudios de educación, pero más aún en la expansión que la Universidad tuvo hacia Chile, una etapa señera, en que la Universidad empezó a sembrar semillas a lo largo del país y que crecieron las Escuelas de Temporadas, en que se crearon los Colegios Regionales y luego las sedes. Amanda Labarca tuvo allí una labor de primera línea, con su capacidad de crear, con su personalidad arrolladora, con su enorme voluntad de mujer y su profunda inspiración académica.

Nos reunimos una vez al año, y creo que es importante decirlo que en ese sentido también esta Universidad es pionera para hacer un homenaje a la mujer universitaria. Pero diría, que no es este un homenaje que surja como la discriminación positiva que se ha puesto tan de moda en los últimos años, sino que se trata de dar una mirada a una cuestión que yo siento que es fundamental.

La Universidad es femenina y se dedica a tareas que tienen que ver con "la" docencia, "la" investigación y "la" extensión y quizás si uno meditara del por qué de esta extraña coincidencia uno debiera concluir que esto se asocia a la tarea fundamental de una institución universitaria que es la creación. No hay nada esencialmente que pueda distinguir a la Universidad de otras entidades que pueden ser, por ejemplo, "los" institutos o "los" colegios, es que en "la" Universidad hay creación y pienso, por lo tanto, que es tan central en el desarrollo, en el concepto de la vida universitaria esta presencia indisoluble de lo femenino. Y porque además la Universidad debe por esencia desarrollar seres humanos, no se trata de una entidad que como en una fábrica de profesionales mantiene una correa de producción en que simplemente se adicionan insumos para que al final exista un profesional o un graduado. Se trata además de entregarle a ese graduado que queremos que sea además el mensaje humanista de la Universidad hacia la sociedad, entregarles valores, entregarles sentimientos, entregarle una formación que lo comprometa con el servicio a la sociedad.

Por eso creo, que más que ser este el homenaje a la mujer universitaria es en realidad un recordatorio anual de lo que debe ser una Universidad: creación, formación humanista, formación valórica; sentimientos fundamentales en esta tarea que desarrollamos para poder proyectarnos como una entidad crítica, pensante y viva hacia la sociedad.

Y este año para recordar este evento le hemos dado la medalla a Nelly Chang… y es curioso, se producen entonces estas coincidencias en que para celebrar una vez más este recordatorio de que la Universidad es creación, le damos esta medalla a una matrona y pienso que esto tiene un gran contenido simbólico e importante. Ella como muchas de ustedes son quienes están en esa labor hermosa de traer la vida. Como ella dijo en la presencia del dolor, pero del dolor creador y pienso que entonces este año la entrega de la medalla adquiere un carácter simbólico que es tremendamente especial y que nos permite nuevamente resaltar que la Universidad está viva, piensa y se proyecta. Nada hay mejor que la Universidad, al igual que esta Sala, esté llena de mujeres y siento una gran envidia por el Decano de la Facultad de Medicina pero al mismo tiempo una gran admiración, porque él ha sido capaz de construir un equipo en que fundamentalmente tiene mujeres a su lado.

Mí experiencia es que con la mujer en la Universidad uno obtiene más entrega, más compromiso y más proyección, porque a la mujer aquí como en muchas partes, le cuesta más. Estamos en una sociedad que no está tan cercana en la historia de ese relato mapuche como a hecho Nelly, pero que todavía presenta barreras valóricas tradicionales que son muchas veces insalvables e injustas para la mujer. Pero eso cambia hoy día cuando la mitad de los estudiantes de la Universidad de Chile son mujeres y en el futuro, porque no, habrán más decanas y una rectora de la Universidad de Chile. Creo que eso debe ser la proyección y la demostración de una fuerza que reside en la mujer universitaria que es como digo el reflejo de esta noción de la creación que es parte indispensable de nuestro ser y de nuestro trabajo.

Por ello la entrega de este premio a Nelly adquiere este significado tan especial que tiene mucho que ver con este recordatorio de que debemos abrir todavía más los espacios para la participación de la mujer en la vida universitaria y en el trabajo universitario y académico.

Quiero finalmente expresar en lo personal lo grato que es entregarle y rendirle este homenaje a Nelly Chang, una persona que está caracterizada por una impresionante humildad, pero que detrás de esa humildad hay una fuerza que es indetenible. A la mujer que vino del norte que es hija de un inmigrante y que fue como tantos otros, hija de la Universidad de Chile, porque la Universidad de Chile era entonces una entidad del Estado chileno que permitía que una humilde hija de un chino, un inmigrante del norte, pudiese estudiar acá. Hoy día cuando una Nelly Chang probablemente a lo mejor ni siquiera tendría crédito universitario para ser estudiante de la Universidad, pero ella lo hizo y está con nosotros, vino del norte, se quedó con nosotros y ha hecho un aporte sustantivo al desarrollo de la docencia que es uno de los aspectos más importantes del trabajo universitario en su proyección.

Por eso a Nelly este abrazo muy sincero a nombre de la Universidad con el cariño que a ella le debemos y, por supuesto que le debemos a esta mujer universitaria que significa tanto por nuestros principios, nuestro ser y nuestro futuro.

Muchas gracias.

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