Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile en, Ceremonia Aniversario de los 165 Años de la Fundación de la Escuela de Obstetricia.
(Transcripción)
Es para mí muy grato estar en esta ceremonia y he hecho un alto en un importante Seminario, en que todo el Consejo Universitario está trabajando sobre políticas universitarias, para estar aquí y expresarles lo importante que esta Escuela es para la Institución. Esta Escuela es más antigua que la Universidad de Chile y por lo tanto, en cierta manera constituye parte de los orígenes de nuestra Universidad. Una Escuela creada primero al amparo del Ministerio del Interior, posteriormente bajo la tuición del Ministerio de Educación -cuando éste se llamaba todavía Ministerio de Educación Pública- y después a fines del siglo pasado, integrada plenamente a la Universidad de Chile.
Es un proceso que en mí opinión representa la generación y el crecimiento de la vocación de servicio público de esta Escuela, vocación que es parte de la esencia de esta Universidad y que constituyó desde sus orígenes el postulado que dio origen a la Escuela y que más tarde dio origen a la Universidad de Chile. Por eso es importante recordarlo hoy día, porque permanentemente existe el olvido intencionado de pensar que esta Universidad es una universidad que tiene por tarea solamente formar profesionales y, en consecuencia, ser sólo y simplemente una máquina productora de personas que posteriormente van al mercado: nosotros creemos que la Universidad de Chile es más que eso.
Desde luego que formamos profesionales y creemos que formamos de los buenos y de los mejores, pero nuestra Universidad también es por definición, por creación y por misión: una Universidad Nacional; y esto significa que está preocupada por los temas del país, una Universidad donde se piensan los temas de la nación y que, por lo tanto, debe ser un centro de reflexión, de investigación y de creación en torno a los temas del país. Hemos defendido y seguiremos defendiendo ese concepto de universidad, no simplemente por una cuestión de tradición de que así ha sido nuestra historia y que tenemos que insertarnos en ella, sino por una cuestión de necesidad.
En este país, sin ninguna duda, la disminución de la tasa de mortalidad infantil está asociada en forma históricamente indisoluble a la Universidad de Chile por el trabajo de esta Escuela. Fue la labor que encabezó en su tiempo el Dr. Monckeberg, producto de un concurso para un proyecto de investigación de un año, la tarea que nos impuso el Estado y que hemos cumplido, porque esta Universidad tiene responsabilidad con él y, por lo tanto, reclamamos un tratamiento también consonante con esas responsabilidades que no son producto de nuestra imaginación o de nuestros deseos meramente, sino que es el resultado de nuestro compromiso como Institución con los destinos del país.
En consecuencia, recordar este trabajo que surgió antes de que surgiera la Universidad de Chile, es muy importante, porque vuelve a subrayar nuestros sentidos de misión. Esta Escuela como esta Universidad privatizadas en cierta manera, directa o indirectamente, no serán nunca la misma Escuela y la misma Universidad, ni tendrán nunca la responsabilidad de cumplimiento de las tareas que hoy día desarrollamos con mucho orgullo y que debemos desarrollar mucho mejor.
Pero hay otra razón más de porque esto sea importante. Ésta es una Universidad humanista y debe serlo y comprometerse en su tarea esencialmente con la concepción del hombre como objetivo final del desarrollo social, de la tecnología y del progreso del conocimiento. Entender al hombre como un medio de ese proceso, es deshumanizar a nuestra sociedad y a la acción universitaria, el ser de la Universidad es el humanismo. Encuentro que ustedes, que han estado preocupados académicamente y profesionalmente de dar vida y de tener como el objetivo esencial de su trabajo, de su desarrollo académico, de su docencia, de su investigación y de su extensión; entienden cabalmente el concepto humanista. Creo que constituyen en esta Institución probablemente uno de los rincones donde el humanismo surge con mayor fuerza y donde históricamente se ha desarrollado con mayor profundidad. De manera que recordar ese rol importante en torno al humanismo como una esencia fundamental de su trabajo a mí me parece que corresponde de una forma muy estricta lo que es esta Escuela y lo que debe seguir siendo.
Pero hay tareas hacia adelante, tareas que tienen primero que ver con la obligación que todos tenemos de defender este rol y esta presencia de la Universidad de Chile en el país. Esto no es una frase, ni es una palabra que tiene simplemente por propósito rellenar un discurso. Defender a la Universidad de Chile es una cuestión actual, es una cuestión real de hoy, porque las instituciones del Estado en general, pertenecientes al mundo de la educación pública están en riesgo permanente. En nuestro país se ha creado una brecha enorme e insensata entre la calidad de la educación privada y la calidad de la educación pública, lo cual se observa diariamente con todos los indicadores disponibles y nosotros no podemos permitir que eso en el futuro pase a esta Universidad y con las restantes universidades del Estado... ahí hay una tarea.
La segunda, que es vinculada a lo mismo, es la tarea de renovar nuestro compromiso académico, porque esta Universidad va a seguir siendo la gran Universidad no sólo porque logremos cambiar orientaciones de políticas, sino también porque tenemos que profundizar la calidad de nuestro trabajo y hacer crecer nuestra excelencia académica para hacer más fuertes los lazos académicos con la Institución.
Y lo tercero, es que nosotros debemos fortalecer el espíritu de servicio público en nuestros estudiantes. Nosotros debemos formar muy buenos profesionales, pero también servidores del país, porque para eso estamos como Institución y por eso somos una Institución nacional y humanista. Creo que hay tarea hacia adelante, la Escuela mira hacia su pasado con orgullo muy justificadamente, pero los invito a mirar hacia el futuro con preocupación, pero también con el espíritu constructivo de que necesitamos hacer un esfuerzo como en la Facultad de Medicina y en muchas otras áreas donde se están haciendo enormes progresos para poder materializar estas aspiraciones. Miremos ese futuro con preocupación, pero también con la voluntad intransable de que esta siga siendo la gran Universidad de Chile. Feliz cumpleaños a la Escuela.
Muchas gracias.