Discurso del Rector de la Universidad de Chile, profesor Luis A. Riveros, con motivo de la Ceremonia de Firma de Convenio ACHS-SOFOFA-Universidad de Chile "Caminando Juntos, Cultura y Empresa".

La extensión artística y cultural de la Universidad de Chile se desarrolló allá por los años 40. Reflejaba una visión de Universidad que tenía que ver con la concepción de un ente mucho más que proveedor de profesionales, mucho más que oferente de investigación útil a la formación de profesionales. Se trataba de una visión de universidad capaz de enriquecer el crecimiento del país, por medio de su mensaje humanista que lograra proyectar el arte y la cultura en todos. Eso fue esencialmente el origen de lo que es hoy la Orquesta Sinfónica de Chile, nuestro Coro Sinfónico, nuestro Ballet Nacional, nuestro Teatro Nacional, actividades que han cumplido en el tiempo, en distintas etapas y en distintas condiciones con ese gran objetivo: el de convertirse en un mensaje universitario para llevar arte y cultura al país.

La misión de la Universidad de Chile es contribuir con la creación y la diseminación del conocimiento para el desarrollo del país. Pero el conocimiento tiene en nuestra concepción un sentido amplio; se trata de incorporar también los valores del humanismo, los valores de la construcción ética, de una sociedad que mejorando en lo material no puede descuidar aquello que es tan importante, como es mejorar la calidad del ser humano. Y nuestra intención artística tiene por destino, por fundamento, el enriquecer esa dimensión de nuestra sociedad.

En consecuencia y a pesar que los tiempos han cambiado, a pesar que el concepto de financiamiento de la Universidad es hoy muy distinto de aquel que prevalecía en los 40 o en los 60, nosotros no renunciamos a la tarea de una Universidad nacional y pública que, en gran medida, tiene que ver con llevar además de la formación profesional de excelencia, además de la formación de post grado, además de la investigación básica y aplicada, el arte y la cultura a todos los rincones del país. Y las condiciones muchas veces son difíciles porque en nuestro país gastamos poco en cultura; en nuestro país también gastamos poco en investigación científica y tecnológica y eso es probablemente un reflejo de una realidad que no podemos olvidar. Somos un país pobre. Pero, sin duda, enriquecer a este país pobre que requiere hoy de condiciones para que la empresa se desarrolle apropiadamente en las condiciones prevaleciente en los mercados internos en el sector externo. Del mismo modo, requiere también un elemento que es fundamental, como es el aumento de la productividad, objetivo que requiere un fuerte compromiso de los trabajadores con la empresa. Nosotros estamos convencidos que el aumento de la productividad tiene que ver con lo que somos capaces de entregar los trabajadores en las empresas, como un medio de expresar el aprecio por su aporte y su compromiso.

En consecuencia, creo que este acuerdo tiene una serie de dimensiones importantes. Desde luego tiene una que agradecemos. Es un apoyo a este trabajo que la Universidad realiza con esfuerzo, muchas veces con incomprensiones, pero que creemos que es parte fundamental de la tarea universitaria, al cual no estamos dispuestos a renunciar. Pero también tiene la implicancia, como toda buena alianza estratégica, de una contribución de la Universidad para el desempeño productivo de la empresa, para mejorar muchas cosas que, en definitiva, se van a traducir en elementos que tienen que ver con el mejor ambiente laboral, posiblemente y en un sentido amplio, de aumento en la productividad. De manera que creo que esto es una buena demostración, nuevamente, que la alianza entre la empresa y la Universidad constituye una alianza productiva. Tenemos una serie de alianzas con la empresa en distintas dimensiones: en el campo de la investigación, básica y aplicada. Tenemos una serie de convenios con empresas en cuanto al desarrollo de estudios profesionales y la formación de post-grados. Creo que esto, que atiende al mundo del arte y la cultura, es una dimensión esencial e imprescindible.

Quiero agradecer, por tanto, el apoyo que la Asociación Chilena de Seguridad nos ha dado para poder trabajar en construir este acuerdo con la Sociedad de Fomento Fabril. Estamos particularmente agradecidos por la contribución importante que Eugenio Cantuarias y Oscar Heiremans hicieron al desarrollo de este convenio.

Nosotros nos sentimos muy comprometidos con Chile. La Universidad de Chile no fue creada para la Región Metropolitana ni fue creada tampoco en el concepto de formar profesionales, solamente. Es una Universidad que tiene una misión nacional y pública y creemos que este acto ratifica en gran medida esta misma vocación de los años 40, ahora ya en los años 2000. Es la vocación de llevar el conocimiento, el arte y la cultura al país. Para edificar país, para contribuir como podamos a llenar los vacíos que naturalmente tenemos como realidad en desarrollo que somos. Y, en este sentido, este estrechamiento de manos con la empresa a nosotros nos parece un instrumento vital y fundamental en momentos difíciles... para la Universidad, para el país, para la empresa. Creo que esta alianza da un mensaje positivo al Chile que todos esperamos, al Chile que pueda dar el salto que todos creemos puede dar. Pero Chile para poder acceder a eso necesita de muchas precondiciones, y una de ellas es mejorar nuestra estructura de valores, nuestro respeto por el ser humano, nuestro respeto por el medio ambiente y la capacidad de aunar los esfuerzos del conocimiento con la producción y con la organización empresarial para mirar este Chile del futuro.

Pienso que esa es la gran trascendencia de este acuerdo y nos sentimos orgullosos de poder suscribirlo y de echarlo a caminar como un ejemplo de lo que en Chile somos capaces de hacer, uniendo los esfuerzos de los académicos, de los artistas, de los empresarios en el camino de construir juntos el país que soñamos.

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