Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile en, Cena Aniversario de su Tercer Año de Rectorado.
(Transcripción)
Amigos, amigas, yo soy el más sorprendido esta noche al mirar esta concurrencia, y a tanta gente a la que quiero y aprecio con los cuales he tenido distintos contactos en mi vida universitaria. Al sentir esa fuerza que sale de esos aplausos espontáneos, que sale de ese calor que son los propios de una gran Institución, no puedo esta noche sino concluir que hay Universidad de Chile para mucho rato.
Nunca he estado en la posición que ocupo en la Rectoría para la cual ustedes me eligieron en el objetivo pequeño de lograr solamente satisfacer el ego, o de lograr solamente aquellas cosas que uno mira estrechamente como los objetivos que lo dejan contento a uno. Todos los días agradezco el honor que se me hizo en elegirme Rector de una gran Universidad, porque siento también todos los días la responsabilidad de ser fiel al compromiso que contraje cuando asumí la rectoría.
El ser Rector de la Universidad de Chile es tener un compromiso definitivo con una Universidad nacional, pública, laica y de excelencia académica, y esos cuatro elementos son los que todos los días manejan mi trabajo. Yo no tengo sino que agradecerles a los académicos de la Universidad, ustedes no tienen nada que agradecerme a mí, trato de hacer mi trabajo de la mejor manera posible, y es cierto, hay cosas que funcionan y otras que no funcionan, no hemos experimentado puros éxitos en este aniversario, también ha habido fracasos y estos hay que reconocerlos y saber enfrentarlos y modificar las acciones. También hay cosas que debieron haberse solucionado mucho más rápido, pero a veces la Universidad no es de rapideces, la Universidad muchas veces es de grandes inercias y si no fuese por ello, también la Universidad habría sido destruida.
Hay, yo sé, quienes están deprimidos. Sé que hay quienes sienten que entre los académicos hay una gran ola de decepción. Sé que hay quienes tienen puntos de vista distintos que respeto y valoro, ya que en una Universidad se debe valorar los puntos de vista distintos. Pero esos puntos de vista distintos tienen que tener sustento y lo único que tenemos que exigir como académicos de la Universidad, es que quienes piensan distinto tengan sustentos que no estén esencialmente basados sólo en sentimientos, sino en ideas alternativas. Mientras más ideas seamos capaces de sumar, mejor para esta Universidad.
Yo tengo un año por delante y tengo mucho que hacer, y quienes me han visto en las Facultades, en los Institutos y en mí oficina saben que hay mucho por hacer, mucho trabajo en el cual debo aquí agradecer el respaldo de mis decanos, de los cuales hay muchos presentes acá, porque ellos son efectivamente quienes ejecutan lo que se hace en la Universidad. Aquí no hay nada que el Rector pueda hacer mágicamente, sin los decanos, directores de institutos, los directores de departamento, los vicedecanos, los miembros de la Comisión Normativa de la Universidad: esta es una gran Institución.
Entonces cuando dicen "que las cosas no andan" o casi como que estamos todos un poco arrastrándonos en un mar de incertidumbre, no se acusa al Rector, se acusa a mucha gente, que es injusto, desproporcionado y desleal finalmente con la Institución, porque eso tiene que hacerse, decirse y construirse internamente con buenas ideas, y las puertas de ninguno de nosotros, ni del Rector, ni de sus decanos y directores van a estar cerradas a estas buenas ideas, por el contrario, están abiertas, porque en la Universidad hay que discutirlas, construirlas y llevarlas a cabo.
Les agradezco mucho esta manifestación, porque la entiendo más que como un homenaje y o una celebración, como un compromiso. El compromiso de que tenemos que seguir trabajando en lo que estamos tratando de hacer para tener una Universidad con un gran cambio que tiene que ver con sus estructuras, su normativa, con la forma en que enseñamos los pregrados, en que organizamos los postgrados, con el énfasis que tenemos que tener en investigación. Esos cambios vienen y están y se hacen día a día dentro de las Facultades. Por eso el compromiso que de aquí surge es algo que levanta el ánimo y entusiasma, porque es cierto, yo debo concederle eso a quienes dicen que estamos deprimidos. Hay días que uno en la tarde se va con la sensación de que nada ha funcionado, pero lo importante es creer siempre en los sueños, y siempre bajo las estrellas aparece una fuerza nueva y renovada. Una vez Alfredo Jadresic me lo dijo "lo más importante es como tú duermes" y el Rector de la Universidad de Chile duerme muy bien... créanme, con la conciencia tranquila y en el ánimo de seguir construyendo lo que hay que hacer todos los días siguientes.
La sorpresa que me ha dado la gente por un lado e Italo Braghetto y Sergio Torres por otro, es realmente de proporciones. Sepan ustedes que esa medalla que me acaban de entregar ha estado perdida de la Universidad, diría que por alrededor de unos 20 años. Perdida porque fue sustraída y ahora me doy cuenta que ha sido encontrada y que los rumores que yo había escuchado de que un anticuario por ahí la tenía en Londres eran ciertos y qué bueno que vuelva a la Universidad, porque eso debe volver, tal como el alma mater, debemos volver todos con el compromiso de entregar, y como lo dijo Mario Toral "a la Universidad se entra para recibir" y eso es muy importante, sin embargo de la Universidad se sale a dar.
Nosotros tenemos que volver a suscribir ese compromiso, por Chile, por el futuro de Chile, seguir dando, seguir construyendo Universidad de Chile: ese es el compromiso que voy a mantener incólume hasta el último día en que esté en la rectoría. Voy a seguir respondiendo por mis acciones, por mis ideas, por mis propuestas y por mis resultados, con la cara y las manos limpias, en alto, porque esa es la que se merece don Andrés Bello, don Juvenal Hernández y todos los que me precedieron construyendo esta gran Universidad que tenemos en nuestras manos... vamos a salir adelante.
Muchas gracias.