Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile en, Ceremonia en Homenaje al Prof. Francisco Varela.
(Transcripción)
Hace ya algunos días atrás me llamó Eric Goles, me mandó varios mensajes Juan Carlos Letelier de la Facultad de Ciencias y hablé también con Juan Bacigalupo. La idea era hacer este homenaje, y me pareció una buena idea, lejos de las solemnidades usuales de la Universidad: constituir una reunión de recuerdos, y hoy día me siento muy contento de que esto haya tenido lugar. Tuve mis dudas, un homenaje sin un presidium en el Salón de Honor de la Universidad de Chile, un homenaje en que se ofrecía la palabra y podía venir cualquiera y decir sus sentimientos en el micrófono, parecía algo tan extraño para esta Institución que tiene sus solemnidades, sus reglas y sus modos de vida. Pero creo que hoy día hemos aprendido algo distinto que yo nunca había vivido, por lo menos aquí, y es que también se puede hablar con el corazón, teniendo en la mente el ejemplo de un hombre y de una persona que ha dejado en la Universidad mucho y en todos nosotros: su ejemplo, su palabra y su vida. Un científico que enseñó no sólo profundidad de la ciencia, sino que también sobre la amplitud de la conciencia, pero más que eso, nos ha enseñado sobre el valor de la tolerancia.
La Universidad se construye sobre la base de los aportes que todos tratamos de hacer en nuestras disciplinas, pero se construye además con el ejemplo de vida de alguien que en forma tan trascendental ha dejado un espacio importante en el corazón de tanta gente de esta Institución.
Por eso me siento muy contento, aquí no han presidium, pero está presidiendo Francisco Varela, están presidiendo sus sentimientos, sus historias, sus vivencias, sus toques personales con cada uno de nosotros y con esta Institución, que fue su Casa, su cuna, su origen y de alguna manera su destino. Soy de los que cree que quienes parten se van al oriente eterno, porque desde ahí observan y esperan. Él está observando y esperando, su momento siempre llegará, porque está en el corazón aquí presente de ésta, su Institución.
Muchas gracias a todos ustedes por estar acá, a nombre de la Institución, de sus amigos, de sus colegas, de la ciencia y del humanismo que se cultiva en la Universidad. El homenaje, el sentimiento más cariñoso a su señor padre, a su familia, porque creo que hoy día deben sentir no la tristeza de quien partió, sino el orgullo de todo lo que ha dejado.
Gracias.