Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile en, Ceremonia de Premiación y Cuenta Anual de las Actividades del Año 2000 del Ballet Folclórico Antumapu.

(Transcripción)

Esta ha sido una ceremonia que ha estado dominada por la emoción como debe ser, y digo como debe ser porque el trabajo del Ballet es esencialmente una manifestación emocional, de algo que se lleva de la Universidad, por medio de sus jóvenes al país, y siento que eso se aleja tanto a veces de los fenómenos que tenemos que manejar diariamente desde la Institución. Manejar los asuntos materiales, los asuntos de la investigación científica, los temas de la organización y muchas veces, queda tan poco espacio para el corazón.

Formar a un profesional como se ha dicho acá, es mucho más que entregar un conjunto de conocimientos ordenados, que tratamos de hacerlo bien, con excelencia, con suficiencia basado en nuestro trabajo académico que con esfuerzo se lleva adelante. Es más que eso, es formar seres humanos que deben vivir íntegramente su experiencia universitaria, porque nosotros no queremos que nuestros profesionales sean simplemente máquinas productoras, sino que sean personas que contribuyan de una manera rica y amplia a hacer su trabajo. Pero también a construir una sociedad mejor, ese es un gran objetivo de la Universidad de Chile: contribuir al mejoramiento de la sociedad y eso sin duda se hace con conocimiento, con investigación, pero también se hace con el corazón que desde luego de color azul, tratamos de forjar en nuestros estudiantes.

Ustedes son un representativo enormemente valioso de eso, una juventud constructiva que lleva un mensaje transparente como el agua a la gente y la gente lo lee como una manifestación de lo que es y debe ser una Universidad, sobre todo de la Universidad de Chile que es por excelencia la Universidad que debe seguir marcando los pasos en el país respecto a lo que debe ser la educación y la formación integral de las personas, pero por sobre todo de lo que debe ser la construcción y la reconstrucción moral muchas veces de lo que Chile necesita.

Ustedes llevan a nuestro pueblo una cosa que en el país generalmente tiene lugar sólo durante unos días del mes de Septiembre. Llevan nuestros valores, nuestra historia, nuestro folklore y eso tiene mucho que ver con la misión de la Universidad de Chile: construir conocimiento para el desarrollo integral del país. Lo que hacen lleva energía al país y a nuestro corazón, por eso es tan importante que esta ceremonia debe estar teñida de emoción, porque es un reconocimiento además entre pares. Reconocer a Álvaro Cabrera y a Oscar Ramírez en su labor, es reconocer al Ballet. Ellos dicen "no hemos estado con nuestros hijos todo el tiempo que deberíamos haberlo hecho, porque estábamos haciendo esto". Pero cuántos hijos han desarrollado ustedes, cuántos hijos tienen acá en los cuales han imbuido su trabajo, su espíritu, su fuerza, su dedicación, su compromiso con la Universidad. Eso es lo que la Universidad ha querido agradecerles a ustedes, porque es notable que el compromiso de la Universidad se extienda mucho más allá de la pequeña letra del contrato o de los elementos específicos que muchas veces marcan nuestra limitada visión de lo que tenemos que hacer para el trabajo universitario. Ustedes representan en ese sentido lo mejor del compromiso de nuestros académicos con la Institución y poder recobrar el rol que nunca debió perder el país, con personas como ustedes y como este Ballet que lleva esa fuerza que tanto necesitamos para que Chile vuelva a poner la atención y todo lo que debe poner en su Universidad de Chile que es la gran tarea de reconstruir una Institución en su credibilidad hacia fuera, lo cual se hace con amor y con arte, además de hacerlo con conocimiento, creación, investigación y academia.

Los felicito Ballet, estos son 30 años que ustedes llevan ya, vamos a celebrar el cumpleaños naturalmente en el mes de Mayo, pero ya son 30 años de contribuir a enriquecer a un país y de contribuir a una Universidad que se proyecta hacia ese país que le debe tanto, como tanto la Universidad le debe a Chile.

Gracias y felicidades a todos.

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