Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile en, Ceremonia de Inauguración de las Actividades de Capacitación de la Dirección de Recursos Humanos.

(Transcripción)

Creo que es muy importante decir que la Universidad de Chile está enfrentando y cumpliendo una cantidad muy significativa de desafíos. Esos desafíos tienen que ver, en gran parte, con las concepciones que se han incluido en nuestro plan de desarrollo estratégico. En lo esencial, la pregunta de esta Universidad al final del día o al final del año no es cuánto fueron las utilidades que se lograron generar producto de nuestro trabajo, sino que la pregunta correcta es si hemos cumplido adecuadamente lo que el país espera de nosotros. Ese es el concepto fundamental que diferencia a quienes concebimos a esta Institución como una Universidad nacional y pública y de quienes pueden concebirla como una Universidad y punto.

Nosotros tenemos que ser y lograr ser una entidad que consolide su liderazgo académico para cumplir con su misión nacional y pública y eso es lo que estamos tratando de hacer. Eso es lo que tenemos que tratar de hacer introduciendo una revolución en la concepción de nuestros programas de pregrado para lograr cambiar para el país la forma en que nosotros estamos entrenando y formando profesionales. Hoy día hay retos muy distintos con respecto a los años 50 ó 60, y esa es una transformación que requiere de una Universidad pensante que logre diseñar la formación de sus abogados, de sus ingenieros y de sus médicos de una forma distinta, yo diría muy distinta de la que estamos utilizando en la actualidad. También con nuestros postgrados que tienen que responder menos a los intereses de Facultades o disciplinas particulares, sino a los intereses transversales que tiene en estos momentos nuestra sociedad en los distintos ámbitos. Una Universidad que tiene que profundizar en su investigación, pero sobre todo en aquella investigación que responde a las preguntas que tiene allá fuera el país y la comunidad nacional y que no las va a responder nadie más, sino que esta Institución por su carácter, por su tradición, por su responsabilidad y su excelencia académica. También la responsabilidad de poder consolidar nuestros Campus en una Universidad que ha tenido una tradición desafortunadamente de bastante disgregación, en donde las entidades que la componen se han ido dispersando en el tiempo y de pronto uno encuentra que muchas veces no tenemos qué conversar con colegas de otras Facultades, de otro Departamento, de otro Instituto, de la propia Universidad; casi como que no compartiéramos y eso se ha generado en el tiempo por una serie de reglas que han sido inapropiadas, que vienen de afuera y que no hemos sido capaces nosotros mismos de reorientar. O sea, el cambio que tenemos que hacer hoy día tiene que ver con retos de fundamental naturaleza de lo cual no se exceptúan los cambios fundamentales que tenemos que hacer en materia de nuestra administración financiera para ir en la dirección de una Universidad mucho más transversal y mucho más cohesionada de la que hemos tenido en los últimos 20 ó 30 años.

Todos estos retos evidentemente dependen en gran medida de la respuesta de la propia comunidad de académicos y funcionarios de la Universidad. No hay en esta Institución ni en ninguna otra gran institución, como lo muestra el caso de las grandes empresas, un cambio que se pueda hacer en forma sostenible y en forma creíble si no existe participación, si no es la gente -que es la base de esa institución- la que esté convencida de orientar el cambio. En nuestro caso, consolidar nuestra calidad y nuestra responsabilidad a la que nos invoca nuestra misión.

Por lo tanto, para poder acceder a eso y poder profundizar en esa materia, es que la capacitación es para nosotros tan importante. Importante desde luego en el terreno individual, porque eso nos va a ayudar a aumentar la productividad que necesitamos hacer para mejorar la calidad del servicio, para mejorar la calidad de lo que estamos haciendo para el país y para nuestros estudiantes. Ese es un gran reto y evidentemente que podemos hacer las cosas mejor y me alegra que el Director de Recursos Humanos no esté satisfecho, porque el día que ellos estén satisfechos, quiere decir que las cosas no están funcionando bien. Yo creo que hay que mantener una permanente insatisfacción, pero no la insatisfacción que mira hacia atrás, sino esa insatisfacción que mira hacia adelante y permite construir caminos, opciones y alternativas para hacer las cosas mejor. En eso la capacitación cumple un rol muy importante, pero también en lo colectivo. Yo creo que es muy importante una capacitación que logre aunar a la Institución en torno a objetivos comunes. Que ingeniería no sea una cosa distinta de medicina o distinta de artes o distinta de filosofía, creo que hay muchos ámbitos en los cuales nuestro trabajo debe individualizarse por disciplinas o por entidades, pero muchos y quizás los más, en los cuales tenemos que aunar objetivos para poder avanzar corporativamente y poder consolidar. Es crucial, esta Institución tiene sus grandes ventajas para competir con todas aquellas que creen competir con nosotros en nuestra diversidad, en la calidad de lo que hacemos; pero la diversidad y la calidad de lo que hacemos tiene que ver con nuestra disposición a poder integrar los esfuerzos para poder hacerlo mejor y en eso la capacitación es tan importante. Es tan importante a nivel de la dirección central de la Universidad, como a nivel de la dirección de todos sus organismos, pero también de los que ejecutan las labores en cada una de las unidades durante todos los días en esta Institución. Es muy importante que todos tengamos a final de día la misma pregunta que nos tenemos que hacer como Institución ¿hemos cumplido con el país?, en nuestro caso ¿hemos cumplido con la Institución? Yo creo que eso es lo que nos va a fortalecer para poder hacerlo mejor, poder atraer a los mejores estudiantes, poder seguir haciendo la mejor investigación, poder seguir lanzando una Universidad con ideas, no una Universidad que viene permanentemente repitiendo siempre más de lo mismo, esta Universidad siempre ha salido adelante en sus grandes retos.

Hoy día hay quienes se preocupan acerca de la incorporación de la pedagogía a la Universidad de Chile y se preocupan como si esta Universidad nunca hubiese enfrentado retos ante los cuales ha salido siempre exitosamente adelante, y no son retos impuestos por un capricho de una administración o de alguna idea no debatida, sino que generalmente son retos que surgen de una necesidad del país frente a la cual tenemos que responder por ser un organismo que ha sido diseñado y creado para llenar esas necesidades del país.

Cuando a mediados del siglo pasado don Ignacio Domeyko introduce una gran transformación en esta Institución e incorpora la formación de carreras profesionales en la Universidad de Chile -institución diseñada para ser una universidad de investigación- bueno, esa fue una gran revolución que tuvo en su época un debate inmenso respecto a que la Universidad iba a decaer y que la Universidad se iba a destruir por incorporar formación profesional en lugar de dedicarse solamente a la investigación... la historia le ha dado la razón a don Ignacio.

Del mismo modo, a finales del siglo pasado cuando se decide otro experimento, casi mágico, de traer algunos profesores alemanes para formar un Instituto Pedagógico, fue también al interior de la Institución y hacia fuera, objeto de todo tipo de discusión y de crítica, porque era una apuesta arriesgadísima. ¿Qué podía traer todo eso al país? Nuevamente el tiempo le dio la razón a la Universidad, porque logró constituir un gran Instituto Pedagógico que logró dar base a la educación pública chilena.

En los años 40, el Rector Juvenal Hernández decide otra cosa que fue también objeto de una serie de críticas y de discusiones: la creación de una extensión artística para la Universidad; y ahí estuvieron las voces que dijeron ¿para qué la Universidad de Chile va a tener una Orquesta Sinfónica o va a tener un Teatro Nacional o un Ballet?, dejémosle eso a alguien más, la Universidad se debe dedicar solamente a esto de enseñar y de investigar. Pero he, nuevamente, aquí los resultados, ha sido una experiencia con un impacto nacional de primer nivel que hoy día tenemos claridad que si la Universidad de Chile no lo hubiese iniciado, probablemente nadie más lo hubiese iniciado por ella.

Hoy día, Chile tiene una crisis profunda en la formación de sus profesores, una crisis profunda en las tareas que lleva a cabo la Educación Pública, una crisis profunda que se manifiesta justamente en lo que decía don Daniel Farcas, que más de un 50% de los chilenos somos analfabetos funcionales. Un país no puede despegar en esas condiciones, un país no puede soñar, tener las tasas de crecimiento con las cuales soñamos, las tasas de inversión que creemos que vamos a tener con esa fuerza laboral. El país tiene un gran reto en el ámbito educativo y eso no lo va a llenar ni el sector privado, ni lo va a llenar mágicamente el mercado a través de la acción de alguien que vaya a poner a disposición del país los profesores que el país necesita. Es una tarea para la Universidad de Chile y es por supuesto una apuesta importante, una apuesta riesgosa, pero una apuesta en la cual se compromete nuestra misión y nuestra credibilidad como Institución. En consecuencia, para ser exitosos en esa apuesta necesitamos ciertamente a nuestros académicos y a nuestros funcionarios, porque eso va a funcionar si tenemos las espaldas suficientes para sacar ese proyecto hacia delante. Por eso el capacitar docentes, el capacitar funcionarios para hacerlo mejor, pero sobre todo para tener ese sentido de cohesión que la Institución necesita para seguir adelante con su tarea, es una cosa fundamental. Yo me alegro mucho de que le estemos dando forma con este programa que ha sido extraordinariamente innovativo. Yo tengo que agradecerle mucho a todos quienes participaron en la gestión en el diseño de esto que ha tomado tiempo, pero que ha logrado poner recursos que no habían para una actividad que es muy importante y que la Universidad no había llevado a cabo como corresponde.

Nosotros sentimos como administración un gran respeto por los funcionarios y sentimos también un gran respeto por nuestros académicos y creemos que ésta es una forma también de retribuirles lo que ustedes día a día hacen por la Institución. Queremos que este sea un instrumento que permita crecer a la Institución y que permita fortalecerla, porque en la misma medida que cada funcionario se sienta satisfecho por lo que hace, es la Institución la que está ganando. La capacitación es un fenómeno tremendamente dinámico, nadie se puede dar por capacitado de una vez, hay que volver y volver sobre las cosas que están cambiando permanentemente y esta Universidad necesita dar respuestas dinámicas a los problemas de nuestro país y de nuestra sociedad. En ese compromiso vamos a seguir adelante y lo vamos a seguir fortaleciendo y lo vamos a seguir haciendo, porque también la capacitación es una forma de poner más azul el corazón de todos nosotros.

Muchas gracias.

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