Discurso del Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Firma de Convenio de Cooperación entre la Universidad de Chile, la Fundación Prodemu y el Servicio Nacional de la Mujer.

(Transcripción)

Yo creo que es particularmente importante la firma de este convenio. Pienso que no es un protocolo más, ni solamente la formalización de una de las tantas cosas que se hacen en la Universidad todos los días. Creo que este convenio está en la convergencia de tres graves e importantes problemas que afectan a nuestro país y a nuestra sociedad. La nuestra, y reconozcámolo, es una sociedad de discriminación, es una sociedad que tiene un grave problema distributivo y es una sociedad y un país que tiene una crisis estructural de su sistema educacional.

Hay discriminación porque todas las evidencias demuestran que a pesar de que existe en la formalidad igualdad de oportunidades para todos los segmentos; particularmente, los segmentos clasificados por género, la evidencia repite insistentemente en que existe discriminación contra la mujer. Los estudios que miran, por ejemplo, las diferenciales de ingreso entre mujeres y hombres de iguales calificaciones para los últimos 20 ó 30 años, señalan que existen, sistemáticamente, diferencias que no se pueden explicar sino por contenidos de discriminación. La existencia de tasas de desempleo para mujeres, que son significativamente mayores que para hombres, indica discriminación; a pesar de que hemos hecho avances para poder permitir una mejor y mayor inserción de la mujer en el sistema educacional, como por ejemplo, en las universidades. En la nuestra, alrededor de la mitad de sus estudiantes son mujeres. Sin embargo, a la salida del sistema, las mujeres enfrentan una situación ocupacional que está bastante disminuida respecto a sus colegas varones. Y yo creo que ese es un tema que tenemos que enfrentar como país. Pienso que el tema no puede seguirse enfrentando solamente a través de proveer mayor igualdad de oportunidades, si no somos capaces, al mismo tiempo, de proveer mayor igualdad de condiciones para que todos enfrenten de la misma manera, y eso significa que hay que crear condiciones para la discriminación positiva en muchas áreas, y en muchas acciones en las cuales tenemos que pensar y desarrollar.

El segundo es el problema distributivo. Yo creo que eso ha ocupado gran tiempo de discusión entre los economistas, entre los políticos, entre los sociólogos en todo el mundo. Pero hay una realidad que es evidente y aplastante; este país es el doble de desigual que aquellos países con los cuales queremos competir económicamente. Nuestra diferencia de ingreso es de uno a 18 entre los decíles más pobres y los decíles más ricos, y esa es, simplemente, una diferencia inaceptable no tanto en el ámbito valórico, sino comparativamente a los países con los cuales nosotros queremos compararnos, con los cuales queremos asociarnos, con los cuales queremos llevar adelante nuestro proyecto de comercio y nuestro proyecto económico. Pero más aún, si uno se da cuenta de otra evidencia que reportan las estadísticas, que es el hecho de que la pobreza se concentra mayormente en aquellos hogares encabezados por mujeres y considera aquellos tipos de hogares; entonces, la diferencia entre los más pobres y los más ricos no es de 1 a 18, sino que de 1 a 23. Eso indica que si uno no hace un objetivo de política este tema de diferencia sustancial en la distribución, es evidente que esta es una sociedad de inestabilidad, de conflictos sociales y político potenciales, y que evidentemente eso tendrá un efecto negativo sobre todos nuestros sueños en términos de desarrollo, de inversión, de crecimiento, especialmente, dado los plazos que tenemos.

Pero además este es un país que, también tenemos que reconocerlo con franqueza, tiene una crisis educacional muy profunda. Todos los días hay indicadores que demuestran eso, que muestran que nuestros niños no aprenden lo suficiente, que nuestra fuerza de trabajo es más de la mitad analfabeta funcional; todos los días hay evidencia de que nuestro sistema educativo está fallando en cuestiones esenciales y, más aún, hay también evidencia de que los más pobres reciben más pobre educación. Por lo tanto, la educación no se ha convertido en un instrumento para provocar mayor movilidad social e igualación de oportunidades y condiciones, sino que más bien es un instrumento para profundizar las dimensiones de distribución perjudicial del ingreso que se origina en las condiciones históricas, productivas y familiares. Yo creo también que este convenio va en esa dirección, porque al entregar cultura, al entregar arte, se está educando, se está sensibilizando y se está creando condiciones distintas para darles más oportunidades a un grupo pequeño de mujeres que esperamos que crezca significativamente. Por lo tanto, pienso que este proyecto no es la idea de hacer algo importante, pero con poca significancia. Yo creo que tiene una alta significancia y tiene especialmente una alta significancia para esta Universidad, porque estamos haciendo aquí un trabajo que no nos va a significar probablemente tener grandes utilidades financieras, cuando las universidades hoy día tienden a pensarse como negocios. Aquí estamos haciendo un esfuerzo porque sentimos una responsabilidad de país y lo vamos a seguir haciendo independientemente si eso tiene buenos o no tiene resultados financieros. A nosotros nos interesa contribuir a que el país supere estos problemas estructurales que están al centro de lo que es la Universidad de Chile. La Universidad de Chile es una entidad creada para preocuparse de los problemas de país, es por eso una Universidad nacional, es por eso que sentimos una responsabilidad en torno a estos temas y es por eso que vamos a seguir contribuyendo -como podamos- desde nuestras facultades, desde nuestros Institutos, con nuestros académicos a que tengamos éxito como país, como sociedad para enfrentar el futuro y poder mirar a la generación siguiente a los ojos y no con la vergüenza de tener nuevamente que dar explicaciones de que no hemos sido capaces de hacerlo.

Yo me siento muy agradado de tener que firmar este convenio, porque creo que significa mucho para lo que todos soñamos como país.

Muchas gracias.

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