Clase Magistral "Retos Económicos para Chile" del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Escuela de Verano.

(Transcripción)

De acuerdo al plan que nosotros planteamos en la primera reunión hoy día vamos a dedicar una parte de la clase a discutir algunos de los retos hacia adelante. Hemos mirado bastante hacia atrás y hemos tratado de aprender un poco de qué es lo que significa, por lo menos en el terreno económico y financiero, esto de las revoluciones económicas que en nuestro caso son efectos de crisis.

Entonces para esto hablaré específicamente del tema de la globalización, y entramos entonces ahora a una nueva era definitivamente, y por lo tanto, uno para pensar hacia adelante tiene que pensar en un país que va a estar incluido en este concepto de globalización que todavía no tiene, yo diría, una definición muy precisa, muy específica, pero que ya más o menos está claro que no es una opción el pensar excluirse de un proceso. No podemos en este momento decir "no nos globalizamos", porque este problema es un fenómeno que ha derivado de procesos tecnológicos, comunicacionales, económicos y, últimamente, también políticos, que han llevado a una mayor integración. De manera que nuestro tema es ahora pensar en el país en términos de ese contexto de globalización.

Respecto a los desafíos que representa la globalización creo que es importante señalar que ya la globalización es mucho más que un tema económico. Creo que hace 10 años atrás era fundamentalmente un tema económico. Era la globalización financiera, era el tema de los flujos de comercio, pero hoy día la globalización ya ha pasado a ser un tema político porque, por ejemplo, todas estas asociaciones de comercio han ido trascendiendo los aspectos puramente comerciales y ya se han adentrado en temas que son más políticos, como es el caso de las relaciones laborales, el tema de las legislaciones de cada país que tienen que, en algunos aspectos, empezar a adaptarse a las realidades de los socios. Pongo, por ejemplo, todo el tema de las patentes y los derechos de propiedad intelectual. Yo diría son temas políticos y pasan a ser también un elemento sobre el cual se discute y se incorpora en acuerdos comerciales, o sea, que cada vez es más cierto que esta interacción creciente va a significar permear culturalmente nuestros países. O sea, las grandes cadenas satelitales ya están ahí y uno hoy día pone un televisor y sabe exactamente lo que está pasando a esta misma hora en todo el mundo y, por lo tanto, eso permea mucho la manera en cómo estamos nosotros apreciándonos y como país apreciando al mundo. Entonces estos son desarrollos que están tocando el tema económico, el político, cultural y el social, naturalmente, implícito en esto. De manera que la globalización es un fenómeno que todavía no sabemos definir en sus contornos exactamente, pero es un escenario del cual no podemos escaparnos, por decirlo de alguna manera, y eso evidentemente es parte de los términos de referencia que el país quiere hacia adelante.

Ahora, todos los esfuerzos regionales, estos acuerdos políticos o económicos regionales, se encaminan a apoyar el proceso de globalización, pero no a globalizarnos regionalmente. No sé si ustedes se recuerdan, hace 10 años atrás, por ejemplo, la discusión era cómo hacer el Mercosur una entidad un poquito autónoma para ponerle aranceles comunes al resto de los países del mundo. Hoy día la discusión en el Mercosur ya no es esa, sino que el Mercosur es una expresión de un proceso de globalización con el resto del mundo y, en consecuencia, el fenómeno regional es hoy día mucho más que antes, y en el futuro va a ser más una manera de apoyar, si quieren ustedes, este proceso de globalización, o sea, es parte del contexto. De manera que la economía chilena cuando hace convenio de todo tipo con México, con Costa Rica, con el Mercosur, con Canadá, no olvidemos, posiblemente con el Nafta, eso no es un tema de cómo la economía chilena puede entonces aislarse un poquito más, teniendo estos socios individuales, sino que es cada vez más la manera cómo la economía chilena se está insertando en este proceso de globalización inescapable.

Ahora, qué es lo que pasa desde el punto de vista de las empresas, porque esto naturalmente representa retos para el Estado obviamente, pero para la empresa, eso tiene mucho que ver con lo que ocurra con todos nosotros: la comunidad de los negocios internacionales en este proceso de globalización intenso no va a distinguir entre países y regiones. Es decir, se invertirá, se tomarán decisiones, dependiendo de la efectividad productiva de cada una de las áreas del mundo, pero no se invertirá en el futuro en Chile porque es Chile y en Argentina porque es Argentina; y Chile podrá ser muy efectivo para producir ciertas cosas y Argentina para producir otras y, por lo tanto, la inversión va a estar guiada fundamentalmente por esos criterios de efectividad, de eficiencia o de rentabilidad como queramos ponerlo. Esto significa una cosa que muchos tratadistas llaman "la desaparición de las fronteras" y efectivamente desde ese punto de vista, las fronteras ya pasan a ser, casi diría yo, en muchos de estos temas, cosas del pasado por lo menos para temas financieros y económicos. Es perfectamente posible pensar, y ya está ocurriendo, que de la producción partes tienen lugar en un país y otras partes en otros países y, en consecuencia, lo que se llama desarrollo del país en términos de una industria pasa a ser un elemento absolutamente complementario a lo que sucede en otros países. Hoy día una de las maneras más eficiente, por ejemplo, de publicar libros, es enviar un diskette a Malasia, país que ha desarrollado grandes ventajas comparativas en ese ámbito. De manera que la industria editorial hoy día tiene una estructura que es bastante curiosa: se escribe en cualquier parte, se edita en otras partes y se imprime en otra y, probablemente, los distribuidores va a estar en otras partes. De manera que aquí hay un proceso de una mucho menor distinción entre países y regiones, una erosión irreal de las fronteras no políticas, naturalmente, sino estas fronteras económicas y financieras.

Esto lleva a un tema que es fundamental. Esto va a lograr elevar la demanda por capital humano y, por lo tanto, va a tender a igualar el capital humano en las distintas realidades por un proceso natural en términos de calidad y en términos, por supuesto, de ventajas productivas. Por lo tanto, creo que un gran desafío, y ese es un elemento que creo que surge de este proceso de globalización, que tiene muchos aspectos negativos, ciertamente, y riesgos, como dicen los analistas de planificación estratégica. Aquí hay una serie de amenazas para un país como el nuestro, pero también hay una serie de oportunidades y uno de ellos es la oportunidad que surge para nuestro sistema de formación de recursos humanos. Creo que es un gran reto del proceso de globalización para hacerlo bien, el tener un sistema de recurso humano al día, moderno, efectivo, productivo, amplio, que no tenemos, pero que es fundamental desarrollarlo.

La globalización levanta desafíos en el aparato productivo, y son múltiples. Yo creo que muchos de ellos tienen que ver con el tema de la modernización en la gestión, con la modernización, particularmente, de la gestión de los recursos humanos. Aquí no puede uno pensar en un país diseñado para ser productor de mano de obra barata, uno tiene que pensar en un país que ya ha hecho una inversión histórica significativa con ventajas comparativas importantes en mano de obra altamente calificada en muchas áreas.

Los elementos que marcan todo este proceso, creo que es importante tenerlo en cuenta, en primer lugar, es un manejo internacional y transnacional en muchos casos; o sea, uno ya no puede hacerse a un lado de eso. Cuando uno, por ejemplo, dirige una Universidad tiene que tener otras universidades del mundo como patrones de referencia. Yo me tengo que fijar en lo que está ocurriendo en las grandes universidades en Estados Unidos y en Europa para poder mirar algunos de los problemas que yo tengo acá. Ya es una cuestión inescapable, y por supuesto ustedes se imaginarán lo inescapable que eso es cuando uno está dirigiendo un Banco, o una empresa productiva, o un servicio público. O sea cuando uno piensa en salud, por ejemplo, evidentemente que también tiene que mirar a la experiencia internacional: qué se ha hecho bien para no tener que replicar cosas que tienen costos de aprendizaje.

El otro elemento importante es que aquí todo se tiende a valorar por resultado, y los resultados dependen esencialmente de un tema que es muy fundamental, que es el manejo de información. Nuestras sociedades están cada vez más orientadas a resultados, ahora uno puede llevarlos a resultados estrechos o a resultados amplios, pero ese es otro tema. Este tema de los convenios de desempeños, por ejemplo, en las áreas públicas, está creciendo fuertemente en todos los países, incluyendo el nuestro. Para mirar resultados "usted tiene un presupuesto, pero muéstreme que ha hecho con esto y cómo podemos mejorarlo". Ese es un elemento muy importante y creciente sobre todo por estos efectos comparativos que son naturales en una globalización como lo que está ocurriendo y en gran parte estos resultados van a depender, en su calidad, del manejo de la información.

Para la empresa privada, por ejemplo, eso es fundamental. Las empresas que manejan mejor la información, que tienen más acceso a información para la toma de decisiones lo van hacer mejor, sin ninguna duda, y eso así ya está ocurriendo. Las empresas que están aisladas de la información, que no saben lo que está pasando con sus mercados, evidentemente que tienen oportunidades bastante disminuida y eso, créanme, también es cierto en todas las áreas de servicios, incluyendo también los servicios públicos que de alguna manera tienen que competir para alcanzar mejores resultados.

Y otro elemento, las acciones buenas o malas que uno pueda tomar tienen resultados que se observan inmediatamente. Antes podían pasar años para darnos cuenta por qué una cosa no había funcionado: la información era deficiente o la comunicación era deficiente; pero hoy día es instantánea. Ustedes se han dado cuenta, por ejemplo, que en todos los países y en el nuestro es seguro que va a empezar a ocurrir, hay una tendencia creciente a tener sistemas de información para preguntarle a los usuarios su grado de satisfacción o de insatisfacción con lo que recibió, y eso es muy bueno y, por lo tanto, si un administrador tomó una mala decisión en el sector público, y los resultados son malos, evidentemente que de forma muy inmediata se tiene información para corregir tal decisión y eso es cada vez más así, porque hoy día los sistemas de información y sobre todo nuestra capacidad para manejar información intelectualmente ha ido mejorando desde un punto de vista conceptual y también desde un punto de vista cualitativo. Entonces aquí hay tres elementos fundamentales a los que nos lleva este proceso. La dinámica de cambio. Antes las cosas cambiaban lento, pero hoy día las cosas están cambiando fundamentalmente rápido en todas las áreas, en todos los ámbitos, en gran parte por este proceso de estar relacionado todos los días con el resto del mundo. Entonces la forma de hacer las cosas en áreas como las universidades están cambiando todo el tiempo, a cada minuto hay una nueva manera de enfrentar ciertos problemas, hay que entonces incorporarlos a los procesos de investigación y de enseñanza, esos cambios están ocurriendo en una forma muy rápida y, por lo tanto, van quedando como quien dice a la saga, van quedando fuera del camino, los que no son capaces de resolver rápidamente esas necesidades.

El otro tema es la movilidad del trabajo. Nosotros estábamos acostumbrados al trabajo de por vida, o sea, uno se formaba como un ingeniero, por ejemplo, entonces la aspiración era tener el trabajo eventualmente en una empresa pública o privada para toda la vida y ustedes se darán cuenta que eso ha ido cambiando sustancialmente, porque hay una movilidad enorme. En primer lugar, una movilidad en el sentido vertical, porque este ingeniero ya no se conforma con ser ingeniero, quiere que le vaya bien en la vida, entonces él está haciendo también un Master en el área de administración o en alguna área tecnológica especializada y, posteriormente, quiere hacer un Doctorado y después quiere volver a hacer un postítulo o un posdoctorado; entonces hay un movimiento en el ámbito vertical que es extremadamente alto, porque además las cosas están todas cambiando y uno sale de la Universidad y ya no se puede quedar con lo que le dio la Universidad. A los dos años cambió todo respecto a lo que uno estudió, o sea, lo que le queda a uno es una formación general para poder seguir adentrándose en el tema, entonces hay una movilidad vertical muy grande. Y también hay una movilidad horizontal muy alta, la gente busca mejores oportunidades. Nuestros jóvenes hoy día están formados un poco más en esa perspectiva de que no hay un trabajo de por vida, sino que hay muchas y distintas oportunidades que pueden utilizar. Así hoy día pueden tomar un trabajo en una empresa de tipo A, mañana de tipo B, y pasado mañana van a estar trabajando en Brasil con otra empresa o en Europa con una tercera. Entonces la movilidad empieza a hacer un fenómeno muy corriente y esto no sólo para los profesionales, sino que en general. Por lo tanto, uno tiene que tener también a este propósito una legislación, un aparato institucional, un marco regulatorio que facilite y que no castigue esta movilidad que es buena para las personas y para el conjunto.

Y finalmente un tercer elemento que tiene que ver con las empresas privadas, el empleo ejecutivo. El empleo ejecutivo va a ser cada vez más segmentado en el empleo internacional y en el empleo local, y sobre todo por esto de las nuevas estructuras de las empresas. El concepto de empresa nacional un poquito va desapareciendo, porque esta empresa tiene oficina en una parte, tiene laboratorios en otra parte y tiene sus distribuidores en otro lugar; en consecuencia, el manejo de esa empresa requiere un staff que es bastante internacional, o sea, este no es un manejo que esté vinculado a un país en particular. Si ustedes piensan en una cosa como el Citibank, el Citibank es una empresa internacional. ¿De dónde es el Citibank? Es de todas partes. ¿Y qué es el staff directivo del Citibank? Es una cosa también un poco de todas partes. Por lo tanto, hay ahí una gran segmentación que se va ir produciendo entre estos empleos o en este tipo de ejecutivo internacional o local, van a ser dos ámbitos diferenciados y evidentemente que tiene que ver mucho con las perspectivas también de organización del mercado laboral.

Bueno, entonces esos son todos los retos que nosotros enfrentamos y yo he querido ahí listarlos como una manera de pensar. Yo naturalmente, sería incapaz de decirle, mire esto es lo que está sucediendo y lo que va a seguir sucediendo, porque la verdad de las cosas es que todavía este proceso está en estación y uno tiene más o menos algunas ideas.

Pero qué pasa entonces con nuestro país desde el punto de vista de sus expectativas de desarrollo. Bueno, si uno piensa solamente para ponerlo en perspectiva, nosotros hemos tenido -con excepción de la última crisis año 99 esencialmente- algo así como 12 ó 13 años de crecimiento al 6% ó 7% y por ahí que es bastante importante. Esto nos ha llevado a un ingreso per cápita diría todavía precrisis, un poco pese a que en el año '98 lo calculábamos en alrededor de 5.500 dólares; claro, con todo el problema del dólar, la crisis ya está un poquito debajo de 5.000 dólares. Pero pensemos en 5.000 dólares per cápita eso sin corregir ninguna cosa. El otro día vi el número de 8.000 dólares, que es corregido por el poder de compra, pero esto resulta si uno toma el producto bruto del país y lo divide por el número de habitantes. Y uno dice perfecto, uno tiene esta perspectiva de mecánica, estos son los últimos 12 años que hemos vivido y ya pasamos a otra etapa y, por lo tanto, como quien dice en 4 ó 5 años más pasamos a ser desarrollados. Pongamos los cálculos sobre la mesa, supongamos que crecimos a un promedio del 5% per cápita al año. Nótese que el crecimiento de la población chilena por año está un poquito por debajo del 2% al año, nuestra población crece bastante lento relativo a la experiencia de otros países. Por lo tanto, fíjense ustedes cuando el país crece un 7% dado que la población crece un 2%, el crecimiento per cápita es de un 5%. Entonces cuando decimos supongamos que el país crece al 5%, estamos diciendo que el país tiene que crecer un 7% al año y esa sabemos que es una meta extremadamente ambiciosa. Si crecemos a esas tasas, entonces la pregunta es: ¿Cuándo llegamos a ser un país del piso del mundo industrial? Piso del mundo industrial hoy día anda por ahí por los 16.000 dólares per cápita. ¿Cuándo alcanzamos ese nivel? A este ritmo se supone crecer al 7%, entonces ese cálculo, que es un cálculo simple, pero es muy ilustrativo, dice que eso pasa el año 2020 aproximadamente. Ahora supongamos que no podemos crecer al 7% y que crecemos al 6%, que también es exigente. Bueno, esto va a ocurrir el año 2026. Ahora si crecemos al 5% ya estamos hablando del año 2033.

Además hay que considerar que esto es crecimiento, pero desarrollo es algo más que puro crecimiento, tiene que ver con otras cosas que también son importantes, que son estas típicas cosas que enseñan los profesores de las cátedras de desarrollo económico. ¿Qué es ser un país desarrollado? Un país desarrollado no es solamente un país que tiene más de 16.000 dólares per cápita, tiene que ver con el desarrollo de muchas cosas, incluyendo los recursos humanos, el ámbito de la cultura, los temas distributivos, una serie de elementos que uno puede incluir en el concepto de desarrollo. Entonces aquí estamos hablando de que las perspectivas de desarrollo de la economía chilena están bastante lejos. Ahora, ¿nos podemos acercar a pasos rápidos?, por supuesto, porque por lo menos estamos hablando de 25 años. 25 años más para que eso ocurra, claro, podríamos estar hablando de 70 años o de nunca también. Bueno, hay una perspectiva naturalmente, pero esto es distinto, a lo que uno muchas veces aprecia en los titulares de los periódicos, de las declaraciones de algunos políticos, o de algunos empresarios que insinúan que ya estamos en ese nivel, y la verdad de las cosas es que, claro, nos hemos acercado naturalmente. Nosotros pasamos a 5.000 dólares a partir de 3.000 dólares con que veníamos a comienzos de los ochenta. Es un salto importante, pero cuando uno dice queremos ser como España, aquí no estamos hablando tampoco de un país que es como Japón, o como Sucia o como Estados Unidos; como España que tiene un nivel de 6.000 dólares per cápita, los países de piso del mundo industrial, bueno, eso nos toma por los menos 25 años sin considerar que además hay que hacer otras cosas para referirnos a nosotros como un país desarrollado.

O sea que la perspectiva evidentemente es de largo aliento. Este es un trabajo para las generaciones venideras, es importante tenerlo en cuenta no para nuestra generación. Si esto pasa en 25 años más, quizás los hijos de ustedes y mis nietos probablemente van a tomar el efecto real de vivir es un país desarrollado. Nosotros por supuesto vamos a vivir la aventura de estar en ese proceso, esperamos de este proceso de verdadero desarrollo económico, que habrá que hacer muchas cosas bien y habrá que corregir las cosas que se hacen mal, en fin, pero todo esto es un tema de índole socio-político.

¿Por qué es un tema de índole socio-político? Por un tema fundamental en economía que tiene costos y beneficios intergeneracionales. Nosotros tenemos que hacer una inversión y tenemos que hacer un sacrificio para alcanzar eso, tal como se ha hecho en los últimos 20 ó 30 años. Si ustedes quieren también, un sacrificio para estar donde estamos. Si uno dice, no vale la pena y mira hacia atrás con desazón lo que se ha perdido a veces no se mira lo que se ha ganado; pero en la perspectiva de índole socio-político, o sea, yo tomé la decisión eventualmente de que voy a seguir sacrificando bienestar, porque tengo que hacerlo, significa que tenemos que tener más ahorro y eso significa medidas forzosas de ahorro de alguna manera, previsión entre otros, y más inversión y tener que invertir mucho más en mí mismo para poder hacerlo mejor, porque de alguna manera uno está contribuyendo, y los beneficios de esto se los llevan mis nietos. Es una decisión de índole socio-política, pero también es cierto que en el pasado hemos tenido una gran tendencia a comernos la torta y a dejar un poquito de la torta en el refrigerador para mañana. Es un país con bajas tasas de ahorro, eso es una manera de graficar lo que estoy diciendo. Hoy día tal vez pasa un poquito lo mismo, pero creo que menos que antes, pero evidentemente que si el país quiere que esto dure 25 años no más y no 50, hay que acelerar la tasa de ahorro, y eso significa promover mucho menos de esto que nos gusta tanto que es gastarnos rápidamente lo que tenemos. De nuevo, es una decisión de índole socio-política y estas decisiones no pueden ser verticales, o sea, aquí nadie puede decidir por nosotros, y si aumenta la tasa de ahorro obligatoriamente esas cosas no funcionan así y evidentemente es un tema social, es un tema de propuesta, es un tema de liderazgo político además, que va mucho más allá de los ámbitos de discusión de este curso. Lo que yo he querido poner aquí en perspectiva, es una historia larga con muchas frustraciones, con muchas desazones, con grandes ambiciones, naturalmente, pero pocas veces materializadas, y hoy día hay una oportunidad, es de esperar que el país no la pierda, pero es una oportunidad no para 5 años, por los menos para 25 años.

Todo esto evidentemente que tiene que ser un reto para las empresas, y vuelvo a decir, cuando hablo de empresas, hablo en un sentido muy general de instituciones. Desde luego las empresas privadas y los Bancos y todos los sectores productivos, pero también las instituciones públicas, las empresas públicas, los servicios de salud, las entidades educacionales en un concepto global. Qué tenemos que hacer para promover este proceso. Desde luego promover productividad. Si somos más productivos, el crecimiento per cápita puede ser mayor, hay estimaciones responsables de los economistas que nunca son escuchadas y nunca aparecen espectacularmente en el diario criticando algo, pero es la gente que realmente está pensando en los temas. Hay coincidencia entre estos economistas que la tasa potencial de crecimiento chilena es de un 8% al año potencial, pero el potencial hay que alcanzarlo por la vía de una mejor organización de la producción, mejores decisiones, mejores reglas políticas, mejores regulaciones, mejor que todo, eso significa mejorar la productividad. Mejor recurso humano, estamos bastante atrás en eso, ese es un problema en un país que nos enorgullecíamos de eso hace 20 años atrás. Bueno, nos hemos ido quedando atrás, malas decisiones, malas instituciones, malas regulaciones, eso hay que corregirlo evidentemente, ahí hay un tema de productividad.

Segundo. Hay un tema de equidad, porque evidentemente aquí hemos aprendido otra cosa importante de la economía: la productividad de las personas depende de los estímulos que reciben las personas y, en consecuencia, en una empresa donde hay más equidad, el estímulo para ser más productivo es mayor. Eso está demostrado, va contra todo lo que sabíamos en economía antes de los años ochenta, en que la productividad era una cosa casi exógena. Entonces si usted era productivo yo le pagaba de acuerdo a esa productividad que yo era capaz de medir. Pero ahora nos dimos cuenta que esto funciona al revés, porque su productividad es una variable endógena y va a depender fundamentalmente de los estímulos que yo sea capaz de entregarle en términos monetarios, pero también en términos de calidad de vida, en el desempeño laboral. Entonces promover equidad también es un elemento importante junto con productividad. Productividad sola no va ser todo el cambio, y equidad sola tampoco va hacer todo el cambio, es una mezcla de ambos elementos y para eso es necesario crear un medio participativo. Fíjense que las empresas, cada vez más, han aprendido a escuchar a sus trabajadores, porque saben como están ocurriendo los problemas. Ha eso le hemos llamado en administración "reingeniería", acercar las decisiones donde están ocurriendo los problemas y evitar estas estructuras tan piramidales en que el presidente de la empresa no tiene la menor idea de lo que está ocurriendo por acá abajo, o donde el Rector de la Universidad está por allá arriba y no sabe lo que está pasando en el Departamento de Mecánica con sus problemas, con sus estudiantes, con sus decisiones. Entonces hay que achatar estas estructuras y eso requiere más participación, así de simple, y es por eso que en las propias universidades debe haber más participación, porque eso ayuda a tomar mejores decisiones en todos los ámbitos. Hay que alentar una gerencia moderna que esté al día en los temas, no este señor gerente de las tiras cómicas que está con un puro echado para atrás y que trabaja muy poco. La gerencia moderna es otra cosa.

¿Qué es lo que creo yo que es fundamental para nuestro país como proyecto? Evitar una segunda frustración de nuestro desarrollo económico, y aquí retomo un aspecto que yo planteé en la primera reunión que tuvimos. A fines del siglo XIX el país tuvo una oportunidad parecida a esta, por supuesto, en esta otra perspectiva histórica; y ese proceso de desarrollo se frustró, se frustró a comienzos de este siglo y terminó de estrellarse contra una realidad distinta de los años 20 y el país entonces entró en unos altos y bajos, que es la historia que nosotros conocemos más directamente. ¿Qué pasó? Según todos sabemos, el país no fue capaz de compatibilizar un gran desequilibrio entre los temas sociales, políticos, culturales y los temas económicos. Según la interpretación brillante, en mí opinión, de Aníbal Pinto, Premio Nacional de Ciencias Sociales, el país venía con un gran desarrollo, con un alto desarrollo, una gran dinámica en la parte cultural, política, social; pero ese desarrollo no encontraba una respuesta en lo económico que fuera compatible, había una gran brecha que fuimos incapaz de cerrar. Habría que haber elevado productividad, más inversión, otro tipo de esquema de organización, no sucedió y, por lo tanto, esa brecha nos llevó a una contradicción que se arrastró durante todo este siglo.

El libro de Aníbal Pinto que se llama "Chile, un Caso de Desarrollo Frustrado", se publicó en el año '58, y en una de las primeras páginas señala que esa gran contradicción existente en la sociedad chilena en estas dos tendencias, en esta gran brecha, que no se había cerrado, iba a llevar posiblemente a un rompimiento institucional en el año '58. Y es bueno releerlo cuando dice que los economistas muchas veces no tienen perspectivas de los desarrollos de largo plazo. Ahí hubo una descripción concreta de un desarrollo histórico de 70 años aproximadamente.

Entonces yo creo que hoy día hay que evitar una segunda frustración, porque si ustedes lo miran, por lo menos es mi visión, esta brecha está ahí presente, pero un poco invertida. Nuestro país tiene un gran desarrollo en el aspecto económico, es una economía moderna y dinámica y estamos hablando con facilidades de crecimiento del 5% o el 6% del 7%. Pero ¿qué sucede con el desarrollo del otro ámbito en nuestra sociedad, con el ámbito cultural, con el ámbito social, con el ámbito político? Ahí evidentemente que hay un gran deterioro y, por lo tanto, hay una gran brecha que puede ser la fuente de un nuevo proceso de frustración del desarrollo económico, por estas grandes contradicciones, que evidentemente levantan, yo creo, una luz amarilla para nuestro estilo de conducción política y económica.

Hay un reto para el Estado en todo esto. Con esto yo quiero rescatar la idea del Estado para este proceso. Yo creo que quienes piensan que hay que eliminar el Estado no han pensado en las implicancias que tiene la ausencia de un conductor y de un organizador. Un sistema no puede funcionar autónomamente a través simplemente del rol de los mercados. El Estado debe dar señales claras sobre los ámbitos y los estilos de la política pública donde interviene, o no y en qué condiciones, eso es muy importante; porque tampoco queremos un Estado interventor en todo, pero sí queremos un Estado regulador. El Estado debe realizar una inversión en las condicionantes para ese proceso de desarrollo. Educación, naturalmente, es una de ellas. Los que creen que con mercados se soluciona el problema de educación no han visto, como ya comentábamos en reuniones anteriores, la experiencia internacional. El medio ambiente hoy día es un tema; es un insumo productivo y un condicionante en el proceso de desarrollo económico, no podemos ser un país desarrollado con las condiciones ambientales que en general tiene nuestro país. El mejor ejemplo es Santiago: no es la capital de un país desarrollado ni va a serlo cuando tenemos 25 años para arreglar este problemita y eso requiere obviamente un papel activo del Estado, porque eso no lo soluciona el mercado, requiere regulación para complementar el trabajo de los mercados, no para sustituirlo, pero regulación y de eso tenemos que aprender, hay que regular mejor la salud, la educación, el mercado del trabajo, el mercado financiero. Muchos se asustan, para algunos regular significa que el Estado va a meter las manos, va a distorsionar. Yo creo que la regulación no tiene por qué ser contradictoria con el buen desempeño de los mercado, muy por el contrario, y hay miles de experiencias de los países industriales en que uno puede aprender mucho de una buena regulación. Y desde luego la conducción internacional de las políticas de Estado que evidentemente están en manos del Gobierno, que es la cabeza del Estado, en todo este proceso de globalización, es de mucha importancia.

Todo esto representa un reto para el país. Si a uno le preguntaran o a mí me preguntaran ¿qué país ve usted hacia adelante y cómo esto debe hacerse? yo veo hacia adelante que el país debiera tener y aspirar a un crecimiento per cápita promedio del 5,5% por año. Eso requiere un gran esfuerzo de inversión, inversión que hoy día es de un 26% y tiene que crecer un 30% para cumplir esto. Y el ahorro que hoy día es de un 23% tiene que subir a un 30% para cumplir esto, pero si esa es la aspiración, obviamente siempre crecerá menos. Yo creo que una inflación de un 4% por año, es una meta razonable, para qué queremos una inflación de un 0% o de un 1%. La inflación internacional es de 2 coma algo, de manera que a veces estamos haciendo muchos esfuerzos para ser, como se dice jocosamente, "más Papitas que el Papa" y esos esfuerzos nos cuestan muy caros, porque lograr menos inflación muchas veces significa restricciones en la capacidad de expansión que son tremendamente costosas desde el punto de vista político. Yo creo que es bueno lograr equilibrios fiscales con ahorro, tener superávit en la balanza de pagos que es una forma de ahorro externo, aspirar a un índice de pobreza de un 8% ya que en el país no hay indigencia y que el país se oriente hacia el desarrollo de los servicios, a la manufactura liviana que es la segunda etapa exportadora. Naturalmente que el país no puede cumplir con esos grandes objetivos exportando manzanas y cobre en barra, eso está fuera de discusión. Entonces tenemos que dar un salto, y ahí está la inversión, ahí está el mejoramiento del recurso humano, en términos de nuestra capacidad exportadora de calidad y la idea buena, creo yo, es que el país se convierta en un centro también de intermediación financiera. Tenemos las condiciones para hacerlo desde el punto de vista de madurez de nuestro sector financiero, tenemos el potencial de nuestros recursos humanos, hay una serie de condiciones importantes con respecto a nuestro posicionamiento internacional. Podemos ser un centro de intermediación financiera, particularmente, para el resto de la región latinoamericana. O sea, eso debiera ser parte de nuestro plan estratégico y posicionarnos en este contexto.

Ahora otros podrán tener otra idea de país en el ámbito económico ciertamente, pero creo que esta es una idea de país razonable que puede alcanzar su perspectiva de desarrollo en forma más o menos integral en una generación más, aproximadamente, no antes que eso. Por lo tanto, lo que se requiere es un proyecto país. Un proyecto país que convoque, en el que estamos de acuerdo, no que alguien diga "este es un proyecto país y tenemos que hacerlo porque lo dijo alguien". Debe estar basado en el desarrollo del recurso humano con inversión y creación tecnológica que permee los beneficios ampliamente, incluyendo el tema distributivo, con incentivo al ahorro y la inversión y, por lo tanto, incentivo al crecimiento.

Ahora no sé si es sólo un sueño, pero el país ha hecho un esfuerzo y vale la pena continuarlo, y estos esfuerzos obviamente siempre están teñidos de nubarrones de todos tipos, pero creo que el país tiene que tener decisión para enfrentar un futuro que es interesante en muchas perspectivas.

Estas son mis ideas, yo las propongo, y como esta en la última reunión vamos a tener tiempo para preguntas, preguntas que vamos a recoger acá y desde luego en nuestras salas remotas. Preguntas que muchas de ellas yo no voy a poder contestar, naturalmente, pero este es un curso que tenía por propósito el plantear la agenda, o sea, más o menos dónde estamos, cuáles son los retos y las implicancias de las revoluciones, y lo he organizado en esa perspectiva.

Muchas gracias.

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