Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de lanzamiento de la Revista "Nutrición XXI".

(Transcripción)

Quiero felicitar al Inta (1) por esta iniciativa, por este resultado, por esto que todos esperamos que tenga larga vida y sea sostenible; y lo quiero hacer porque desde mi perspectiva, de Rector de la Universidad, con esto se está contribuyendo a la construcción de esta Universidad. Ésta -y lo hemos repetido, y lo voy a repetir nuevamente- es a diferencia de tantas otras una Universidad nacional; y es nacional porque tiene responsabilidades sobre temas de país que no necesariamente constituyen un negocio que produce utilidades, y que por lo tanto lo hace atractivo para la participación de cualquiera. Nosotros nos comprometemos con aquellos temas que tienen, de acuerdo a nuestra capacidad de ver el mundo, importancia para el desarrollo del país; y la misión de la Universidad de Chile desde su fundación, desde el discurso inaugural de Bello, es la misión de crear y diseminar conocimiento para el desarrollo del país en su sentido más amplio.

En consecuencia, esta revista no es para preguntarse si nos va a dejar alguna utilidad o no nos va a dejar alguna utilidad al fin del período. Una Universidad no se evalúa en función de las utilidades financieras, se evalúa en función del impacto de su trabajo académico, y en nuestro caso, del impacto sobre los temas que importan al país para su desarrollo, para sus objetivos económicos, sociales y más trascendentes. Por consiguiente, yo creo que esta revista, "Nutrición XXI", se inserta claramente en esa perspectiva. Aquí se abordan temas que tienen que ver con cosas que nos deben preocupar particularmente a los educadores, cómo educamos a nuestro pueblo sobre la forma más correcta de alimentarse, y eso tiene un impacto tan importante, no sólo a nivel privado, sino a nivel social por la consecuencia que regímenes de alimentación equivocados, distorsionados, -perdónenme ustedes- como deban llamarse, tienen al final un costo para el país, un costo directo e indirecto de extrema importancia que hoy día podemos empezar a prevenir. Cómo no indicar la importancia que tiene el problema de la obesidad en los niños, y eventualmente no sólo sus costos en términos de salud, sino también sus costos en términos de aprendizaje, de educación, de sus posibilidades de acceder a la carrera escolar que hoy día queremos comprometer para todos los niños chilenos, y sin ninguna duda en algunas de estas revistas en adelante se aventurará en este tema, el rendimiento escolar y la manera en cómo los niños se alimentan o se nutren, y es evidente que ese es un tema también de país. Quién más podría preocuparse, sino una Universidad como ésta, de un tema que no tiene la importancia de probar las bondades de marketing de una cierta rama de la producción alimenticia, sino de mirar los problemas que afectan al desarrollo nacional en su sentido más amplio. El tema de la vejez saludable en algunos países, como dice el Dr. Uauy. Han aumentado las esperanzas de vida de una manera significativa, y proyectado en términos de calidad de vida ese aumento en números de años no tiene una adecuada interrelación, y nuestro escenario de ver viejos no solamente pobres, sino además viejos poco saludables, evidentemente que es un escenario de tremenda preocupación para un país que necesita integrar y hacer disfrutar de su crecimiento a todos los sectores, a todos los segmentos. Creo que es un tema importantísimo, como todos los otros que se mencionan, incluyendo la importancia y las técnicas de producción de los alimentos transgénicos para todos quienes no sabemos realmente qué comemos, y que necesitamos educarnos un poco más en el particular, que hoy día ha pasado a ser un tema mucho más importante del cuánto comemos, pese a que algunos no pueden hacer todavía una separación cuidadosa y aplicada sobre ese tema. Son temas, por lo tanto, de relevancia nacional, son temas de país, y son temas que esta Universidad aborda desde el punto de vista de la investigación. Entonces yo quiero aquí de nuevo insistir en el asunto que va unido a éste. ¿Por qué las autoridades de este país, el Estado nacional, piensa que esta Universidad es lo mismo que otras universidades? Yo quiero ver entonces dónde en aquellas universidades que privilegian el negocio está la producción que aborde este tipo de preguntas, y las aborde sin el interés de ganarse un 10% o un 20% ¿Cuál será la tasa de rentabilidad de una revista privada a través de la publicación? Aquí hacemos el esfuerzo, además, financiando nosotros a partir de los auspicios privados este esfuerzo de investigación y este esfuerzo comunicacional. Bueno, y qué va a pasar cuando nuestra investigación entre en conflicto con los intereses privados, y quiero decir que aquí nos ha pasado en esta Universidad más de alguna vez, en que el auspiciador o el cliente siente que sus intereses están siendo tocados por el producto de nuestra investigación y, en consecuencia, hay una presión para que no digamos aquello, para que suprimamos esta línea de investigación y para que nos vayamos a poner solamente en los lugares convenientes y con las perspectivas convenientes. Por lo tanto, de alguna manera cuando hacemos este esfuerzo -que evidentemente nos corresponde, porque eso es parte del trabajo de esta Universidad- en muchas oportunidades ese objetivo de investigar y de comunicar entra en contradicción con la forma de financiamiento, extrañas muchas veces, inexplicables otras, que tiene el Estado con respecto a una Universidad de este nivel, de esta complejidad, y de este tipo de trabajo. Uno de los grandes debates en la Universidad que existieron en la década de los 60, fue justamente el debate para vincular más la investigación con los problemas reales del país. Yo me recuerdo de las primeras declaraciones de los estudiantes de la Universidad Católica, de la época en que hablaban que mientras el país tenía severos problemas de salud pública como el tifus y la hepatitis, la investigación versaba sobre temas que estaban muy alejados de los problemas reales. Los alegatos de los estudiantes de la época eran el vincular más aquella torre de cristal que era la investigación con los problemas reales de la gente, del país, de las preguntas que había que resolver. Hoy día estamos cumpliendo con ese trabajo en el Inta y en nuestras facultades de una manera muy natural, porque hemos ido aprendiendo que la misión real de una Universidad como ésta es comprometerse con los problemas de la gente, con los problemas del país, no sólo porque nuestro presupuesto depende en parte, yo diría mínima y no mayoritaria, de los aportes directos que realiza el Estado, porque en forma mayoritaria depende de las cosas como ésta que tenemos que hacer y también de los aranceles de nuestros estudiantes, sino porque a pesar de ello sentimos la responsabilidad mucho más allá de los esquemas de financiamiento vigentes con vincular nuestra investigación con temas de verdad, con temas de la gente. La investigación básica ciertamente es importante en la Universidad, pero al final del día requerimos una investigación que produzca resultados que tengan que ver con preguntas del mundo de hoy. Para nosotros es una dificultad todo esto, porque mucha gente a veces no entiende que cuando se presentan resultados de investigación como éste, o tantos libros que yo tengo el tremendo placer de estar presente cuando se hacen sus lanzamientos, detrás de eso hay una cantidad de investigación que es importante, que es inversión de años en investigación básica. Yo me imagino que para que el Dr. Uauy nos haya hablado sobre los alimentos transgénicos, o para que la Dra. Burrows nos haya podido hablar de la infelicidad de los niños gordos, esta no es una cuestión que haya comenzado el programa de investigación en el mes de enero, esta es una investigación que lleva años, y muchas veces de líneas de investigación que en el camino han ido fracasando. Bueno, y la pregunta entonces es cómo financiamos ese tipo de investigación, porque también existe la preconcepción de quienes hacen la política, de que la investigación es como una especie de fábrica de zapatos, se meten al comienzo en una máquina cosas (los insumos) y al final sale un zapato. La investigación no funciona así, la investigación envuelve un alto grado de incertidumbre, la investigación envuelve tiempo, y muchas veces, como ocurre, los resultados son muy rápidos, pero muchas veces los resultados también son muy lentos. Yo quiero nuevamente llamar la atención sobre esa materia porque creo que no es justo que se conciba a las universidades solamente como un lugar donde se hacen clases, que es lo que existe en el espíritu de la política de la Educación Superior vigente, ni tampoco lo es que se conciba a la investigación como una mera fábrica de conocimiento, que funciona con tiempos y con tecnologías de producción predefinidas, porque eso también es lo que inspira la política de investigación científica y tecnológica del país. La investigación envuelve equipos de trabajo, por lo tanto la investigación financiada con estrechos límites temporales, y sobre la base de individuos, es una investigación que tampoco tiene el vuelo, la importancia, la significancia que debe envolver un trabajo de creación de conocimiento de esta naturaleza. Es un debate de país que envuelve, desde luego, bastante poco debate, pocas propuestas y pocas ideas, pero nosotros como Universidad estamos haciendo un gran esfuerzo para poder plantear a quienes toman decisiones estas materias, que son de extrema urgencia para que la investigación en este país no muera bajo dos preceptos: el precepto de que el mercado nos va a arreglar este problema, y el precepto de que la investigación finalmente se compra en cualquier parte. Esos son dos graves errores conceptuales que, de alguna manera, han permeado a una política de investigación científica y tecnológica; que en el pasado fue una política brillante y permitió entre otras cosas en este país terminar con la desnutrición infantil. Creo que aquí hay un trabajo de excelencia, y la excelencia académica es importante para crear y para comunicar. Yo sé que muchas veces la excelencia académica se puede incluso utilizar para justificar errores, y para justificar conductas reñidas con la moral universitaria, pero la excelencia es lo que debe estar detrás de la calidad de la producción y del impacto que esas cosas deben tener en el bien público nacional. Yo realmente lamento, lamento sinceramente que los periodistas allá afuera estén preocupados de una noticia que tiene que ver con un hecho negativo, tremendamente negativo y vergonzoso para la Universidad de Chile, y que esto no sea una noticia, a menos que pongamos ahí un ataque a alguien, una denuncia sobre algo, o hagamos un escándalo sobre algún tema que nos parezca favorable para la difusión y la venta de la revista. Pero nosotros también queremos cambiar la perspectiva en cómo el país utiliza el agente, utiliza la información, y seguiremos haciendo todos los esfuerzos, porque detrás de estos trabajos de investigación publicada debe estar también el mensaje educativo a un país que tiene que empezar a apreciar las noticias de una manera distinta, tiene que empezar a buscar la información de una manera distinta, y nosotros como Universidad tenemos que hacer también el esfuerzo para aportar a ese mejoramiento en la calidad de país que tenemos.

Creo que de este esfuerzo surgen una gran cantidad de desafíos; desde luego está el desafío de mantener esta revista, y tenemos que hacerlo con mucho esfuerzo, no sólo el esfuerzo de investigación, que por cierto está, pero por sobre todo, mucho esfuerzo material, el esfuerzo real de hacerla, de publicarla, de distribuirla. Creo que es muy importante que se asegure la sostenibilidad de una revista que, por todo lo que he dicho y por todo lo que he leído y apreciado, tiene una importancia enorme para el país y para muchos de nuestros problemas urgentes. Ahora quedan, yo diría, dos retos simultáneos: uno que se aborda en esta revista con mucha claridad, que es el tema de mejorar la calidad, la calidad de gente que somos capaces de desarrollar ahora con mayor cantidad en términos de años de vida esperada; pero creo que mejorar la calidad tiene que ver con un reto que es fundamental para el país, y que no se desvincula a estos resultados, que es la educación. En esta Universidad estamos haciendo un esfuerzo por reposicionar el tema de la educación como una prioridad número uno en un país donde ha pasado a ser una prioridad secundaria, y creemos que la educación tiene mucho que ver con la nutrición de nuestros niños. Por lo tanto, aquí se levanta un reto importante de construcción de conocimiento: qué es lo que tenemos que hacer para lograr un uso más eficiente del conocimiento que se entrega a los niños en el aula, a través de los distintos medios de los cuales hoy día disponemos para lo que queremos hacerles llegar en su formación escolar. Creo que allí hay un reto importantísimo, hay algo que podemos hacer para, al mismo tiempo de que hemos terminado por lo menos en parte sustancial con el esfuerzo de mejorar en términos de cantidad de vida, mejorar la calidad de vida en términos del tipo de alumnos, del tipo de jóvenes y del tipo de adultos que en el futuro queramos tener en el país. Yo creo que allí hay un reto importante que, naturalmente, como todos los retos que se enfrentan es interdisciplinario en gran medida. Yo creo que el rol de ustedes, investigadores en el área de la salud; el rol de los educadores; el rol de los antropólogos, el rol de los sociólogos en este tipo de materia es tremendamente importante, y quizás sería la oportunidad que de aquí a uno o dos años podamos decir qué resultados hemos aprendido respecto de las conductas, y respecto, también, de nuestras recomendaciones para mejorar la eficiencia, la calidad y la equidad por este camino de nuestra educación.

Yo quiero reiterar mis felicitaciones al Inta, sobre todo porque con esto cumple con su misión, con la misión de nuestra Universidad de Chile, y quiero agradecer a todos quienes han participado aquí, especialmente a los periodistas, a nuestros periodistas de la Dirección de Comunicaciones de la Universidad, por el apoyo que le han brindado a esta iniciativa y pedirles que sigamos redoblando los esfuerzos por apoyarla. Todos debemos hacerlo, porque esto es importante para nuestra Universidad y, ciertamente, para el país.

Muchas gracias.

 

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Nota
1. Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos.
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