Discurso del Prof. Luis A. Riveros, Rector de la Universidad de Chile, en Ceremonia de Inicio del Año Académico del Programa Bachillerato.

(Transcripción)

Quiero muy brevemente decirles a ustedes que ingresan o que ya están, que ésta es una gran Universidad. Lo digo no sólo por el hecho y el mérito que nos corresponde a todos de hablar bien de nuestra Institución, sino porque hoy día no existe en nuestra sociedad total claridad de lo que es o debe ser una universidad.

Hoy día, una universidad se caracteriza por poner páginas en colores en los periódicos, con fotografías bonitas y diseños caros. Una universidad se caracteriza también por participar en esta especie de supermercado de carreras donde uno puede elegir dependiendo de los recursos que uno tenga, como si fuera a comprar, independientemente de los aspectos motivacionales o vocacionales. Hoy día, una universidad es la que utiliza los propios recursos del Estado para hacer propaganda en la televisión; pero la cuestión más de fondo es que una universidad debe caracterizarse por algunos elementos que son importantes, y que en esta Casa de Estudios ustedes van a encontrar.

En primer lugar, porque en una universidad debe hacerse docencia y porque hay que formar profesionales, pero en forma no independiente de la investigación y de la extensión. Ustedes no quieren que los profesores que van a tener, les vengan a repetir las cosas que se venían diciendo el año pasado o hace cinco años atrás o con los textos de hace diez años, cuando los respectivos profesores se formaron en sus disciplinas. Ustedes quieren profesores que estén en la línea de frente, en donde están ocurriendo los cambios de la disciplina, en donde se está investigando. Ustedes quieren que les estén enseñando las personas que están pensando en los respectivos temas. Entonces uno concluye que en una universidad, en el sentido de lo que ella significa, se tienen que formar profesionales para que constituyan liderazgo más tarde, y deben ser formados con un componente muy importante de investigación. Y todos estos profesores que ustedes tienen o van a tener, salen de su oficina donde estaban escribiendo su último trabajo, o del laboratorio donde estaban produciendo la última experiencia, para ir a contarles a ustedes eso. Y no me vengan ustedes a decir que estas universidades que producen avisos tan bonitos y tan impresos y tan caros, constituyen lo mismo que una Universidad como ésta, donde nuestros profesores realizan investigación permanentemente y nos preocupamos de tener la mejor excelencia académica para servir a los estudiantes, no sólo en la parte de la formación docente, que es estrictamente necesaria, sino también en el avance del conocimiento nuevo que estamos todos preocupados de producir.

En segundo lugar, porque una universidad debe tener tradición, y ésta la tiene. Es una Universidad que ha producido el liderazgo de este país por muchos años, y estamos todos trabajando para que siga produciendo el liderazgo del país muchos años hacia adelante.

En tercer lugar, porque esta Universidad, y en general una universidad, debe dar también formación valórica. Aquí no se trata de producir ingenieros como si esto fuese una fábrica de zapatos, en que se introducen jóvenes egresados de la enseñanza media, se les adicionan cosas en la cabeza y al final de la línea sale un ingeniero. Aquí queremos formar también seres humanos, personas con valores, sentimientos; personas con una responsabilidad. Esta es una Universidad que se debe al país. Esta Universidad no constituye un negocio de nadie, no está aquí para ganar dinero, que es un objetivo razonable, pero no es el objetivo de esta Universidad.

Esta Universidad fue creada y está aquí para servir al país con su investigación, extensión y docencia. Es decir, la formación de sus profesionales significa formar seres útiles al país, no sólo desde el punto de vista de sus destrezas y de sus conocimientos, sino también de sus valores. Ese es un aspecto importante.

Por lo tanto, de aquí surge otro elemento que es también crucial y decisivo del trabajo universitario, que es la diversidad. No podemos tener Universidad si todos somos iguales, todos pensamos igual, todos creemos en lo mismo. Tenemos que tener, y nos preocupamos de tenerlo, diversidad de muchos puntos de vista, porque esa es la forma de difundir valores. Cuando la diversidad se une al respeto. Cuando la diversidad se une también a la necesidad de entender a los otros y de desarrollar un espíritu de tolerancia. Es por eso que ustedes van a tener profesores que sienten muy distinto respecto de temas valóricos, de temas religiosos, de temas políticos, y es razonable que así sea, porque la sociedad así es. Es por eso que nos enorgullece tanto recibir alumnos diversos, que vienen de Lo Barnechea o de Las Condes, pero también de Quinta Normal y de San Miguel; o vienen de colegios públicos, pero también de privados, y vienen de colegios religiosos, pero también laicos. Nos interesa la diversidad porque es un capital de una Universidad de veras, donde el destino fundamental de nuestro trabajo está en buscar la verdad. Y la verdad no la tiene ninguno de nosotros, y posiblemente tampoco la van a encontrar al final de sus carreras, pero es un camino en el cual tenemos que trabajar con excelencia académica, responsabilidad de país, profundidad y diversidad. Ustedes están en una gran Universidad, una Universidad que no está exenta de enemigos y de problemas. Pero es una Universidad a la que todos queremos y en los momentos más decisivos siempre hemos defendido y, por lo tanto, mis mejores palabras de bienvenida a los nuevos estudiantes. Decirles que a esta Universidad se entra a aprender, pero también se entra a quererla, porque es la Universidad que marca nuestra vida de aquí en adelante. El Prof. Merino acaba de decir que hoy día lo marca, posiblemente, de la manera más decisiva. La formación de cualquier tipo de profesional es que siempre van a estar volviendo a la Universidad. Porque las preguntas son todos los días distintas y porque necesitamos ampliar nuestros horizontes. Lateralmente situarnos en el medio de la plaza, no mirar esta calle estrecha que nos dan nuestras respectivas formaciones profesionales. Ustedes van a tener que volver siempre con nosotros; por lo tanto, querer a esta Universidad significa también tener un compromiso con ella; como lo tenemos todos nosotros: sus hijos. Por eso mi bienvenida es no sólo para que les vaya bien -de lo que estoy seguro-, no sólo para que pongan el mejor esfuerzo por ser los mejores, porque ese es el compromiso que tenemos como Universidad hacia el país, sino para que aprendan el compromiso de querer a esta Institución, de defenderla y de convertirse como todos nosotros en hijos dignos de ella.

Buena suerte y bienvenidos.

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