El Alma Dormida

"Nuestra Universidad de Chile tiene su alma dormida. Ayer, era vista por las sociedad como la indispensable reflexión, el aporte forzoso para sopesar opciones y problemas. Hoy, su trascendencia externa, casi su propia libertad para pensar y estructurar las ideas que la evolución de la sociedad necesita, parecen desaparecidas.

Los problemas organizativos y financieros, la pérdida del sentido de cuerpo, la desleal competencia, la concepción errada de que se trata de una universidad más, todo ha llevado a cuestionar su ser, a hacer difusa su misión, a privilegiar el corto plazo, a mantener un silencio cómplice con su alma adormecida.

Es necesario despertarla, con una fuerte voz de alerta, así también despertando el liderazgo interno que le haga mirar fecunda hacia adelante.

El alma de la Universidad de Chile sufrió intentos de asesinato. Se quiso destruir lo mejor de su historia institucional, se desdibujó su perfil, se destruyó parte de su presencia física. No sólo se expropió o su capital, sino también parte de su dignidad. Todo ello sin mejorar en nada los problemas de siempre.

La complicidad de muchos facilitó el adormecimiento del alma institucional. Con o sin conciencia, ayudaron a cavarla fosa final para el alma asesinada. Pero no hay que mirar hacia atrás.

Hoy, el despertar del alma de la Chile es cada vez más un sentimiento que cunde con fuerza arrolladora en busca del liderazgo conductor y firme hacia el siglo que viene.

No sólo una materia de intenciones, sino también la certeza de que en esta era de modernidad y globalización es más que nunca indispensable el rol pensante, crítico, libre de la universidad de veras. Cuando la competencia impregna el desarrollo de la educación, la medida básica, el estándar de los niveles aceptables, tiene que ser dado por la institución de mayor excelencia, nuestra Universidad de Chile.

Cuando existen preguntas sin respuestas sobre temas valóricos y desarrollos futuristas, se hace preponderante el rol de la vieja Casa, que es nueva por la excelencia de los suyos. Cuando el progreso técnico y científico no debe conocer ataduras, cuando la creación artística y literaria debe despegar sin los amarres que levanta el autofinanciamiento, la Casa de Bello sigue siendo crucial alternativa.

Una tarea estratégica para los responsables de conducir el Estado: dotar de instrumentos para que la Universidad de Chile reasuma su rol de liderazgo. Para que marque el progreso que precisa nuestra educación superior

Una tarea para los conductores internos: que el despertar termine con un somnoliento espíritu de progreso y de autoestima, y se creen los espacios de libertad que deben inspirar a Chile, permitiendo el salto permanente hacia el mañana".

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