Historia
La Cineteca de la Universidad de Chile nace en 1961, constituyéndose en uno de los primeros lugares en nuestro país abocados a la conservación y difusión del patrimonio audiovisual.
Los antecedentes de este archivo datan de décadas anteriores, cuando la Universidad de Chile vislumbra las posibilidades académicas que propicia el cine, creando en la década del treinta el Instituto de Cinematografía Educativa, ICE, dirigido por Armando Rojas Castro, cineasta que había estudiado en Alemania en pleno auge del expresionismo.
Si bien han desaparecido casi todas las películas de aquél periodo, aún conservamos algunos breves noticieros que hablan del quehacer de la Universidad en aquellos años.
Lo mismo ocurre a comienzos de los años sesenta, cuando Edmundo Urrutia recopila en el documental "Recordando", una serie de filmaciones de comienzos de siglo, las cuales fueron posibles de duplicar con el financiamiento de la Universidad. El mismo Urrutia había filmado en los años 20 un cortometraje llamado "El corazón de una nación", y que posteriormente sería una de las primeras películas que se exhibiría en la primera transmisión de Televisión del entonces Canal Universitario.
A fines de los años cincuenta la Universidad realiza un gran aporte al rescate de la memoria de nuestro país al recuperar la película muda "El Húsar de la muerte" realizada en 1925 por Pedro Sienna. Esta película, que se encontraba perdida, fue restaurada por Sergio Bravo y que posteriormente sería musicalizada por Sergio Ortega.
La Cineteca se conforma como tal en la década de los sesenta, cuando el Secretario General de la Universidad de Chile, don Álvaro Bunster, formaliza la creación del Departamento de Cine y luego la Cineteca de la Universidad.
El acervo continuaría aumentando con películas que no llegaban a las salas comerciales. Es así que gracias a la Cineteca y al Cine Club Universitario se pudieron ver por primera vez en nuestro país películas de Pabst, Bergman, Buñuel, Chaplin, Lang, Gance, Ivens o Eisenstein, así como de cineastas latinoamericanos como Raymundo Glayzer, Jorge Sanjinés, Santiago Álvarez o Lautaro Murúa.
Otro hito fue la visita a nuestra Universidad de Henri Langlois, quien pudo departir con cineastas y académicos en un diálogo inédito.
En la década de los setenta, el artista plástico Santos Chávez crearía el famoso logo de la institución, graficando con un sol y una luna la luz y la sombra representativa de la cinematografía.
La Cineteca a su vez fue el primer organismo dedicado a la conservación de patrimonio audiovisual chileno. Además de "El Húsar de la muerte", el archivo se preocupó de conservar las primeras películas de Patricio Kaulen, Emilio Taulis, Armando Rojas Castro, Miguel Frank y Pablo Petrowitsch, valiosos documentos del cine nacional de los años 40 y 50.
Junto a esto convivían con películas de cineastas contemporáneos como Miguel Littín, Helvio Soto o Raúl Ruiz, que comenzarían filmando al alero de Cine Experimental sus primeros documentales y cortometrajes.
Sin embargo, el 11 de Septiembre de 1973 las nuevas autoridades militares expulsan a todos los trabajadores del departamento de cine de la Universidad, y unos años después se decretaría el cierre del archivo, acabandose la primera etapa de la Cineteca, al menos de manera pública.
Tras años de intensas negociaciones, proyectos y movilizaciones por lograr el objetivo, las autoridades del ICEI junto a las de la Facultad de Artes logran en el año 2004 crear un protocolo de colaboración que permitió nuevamente la puesta en marcha de la Cineteca de la Universidad de Chile.
Iniciado este proceso, la Cineteca no sólo ha realizado labores de conservación, recuperación y catalogación de su archivo fílmico, sino que visionando el futuro de la filmografía nacional, al igual que en sus inicios, está generando vínculos con el cine nuevo de nuestro país a través de la difusión del cine del pasado y del cine contemporáneo