Columna de Opinión del Senador Universitario Matías Flores:

"La Universidad de Chile será motor de un nuevo Sistema Nacional de Educación Pública"

"La U. de Chile será motor de un nuevo Sistema Nac. de Educ. Pública"
El Senador Universitario Matías Flores es estudiante de la Facultad de Ciencias Sociales.
El Senador Universitario Matías Flores es estudiante de la Facultad de Ciencias Sociales.

Estamos viviendo y siendo parte activa de la encrucijada de la educación chilena. Desde el 2011 el modelo de educación mercantil de autofinanciamiento y lucro desenfrenado ha sido puesto en duda por la sociedad chilena. El problema está planteado y las tareas se orientan a reconstruir una educación pública comprometida con las necesidades del país y entendida como un derecho.

Pero atribuir el posicionamiento de estas tareas sólo al 2011 es un error. Dentro de la Universidad de Chile la necesidad de volver a construir la educación pública es parte de nuestro ethos, mucho antes de esas movilizaciones. Desde el Golpe de Estado y las reformas privatizadoras de los años ochenta, existe un justo romanticismo con el estatus de la Universidad antes del despojo de las sedes nacionales y el Instituto Pedagógico, antes de vernos obligados al autofinanciamiento, lo que motivaba a estudiantes, académicos y funcionarios a denunciar la necesidad de un nuevo trato del Estado con la Uchile. Lamentablemente, esa denuncia quedaba solamente como un testimonio cuando en lo concreto se mantenían y profundizaban las lógicas mercantiles y de competencia. No lográbamos avanzar a transformaciones reales.

Entonces, ¿cuál es la encrucijada?. ¿Qué ha cambiado en el escenario?, ¿qué hace al momento actual algo tan importante y a la vez difuso?.

Lo importante está en que antes en la Universidad de Chile no lográbamos superar las meras manifestaciones de descontento y de recordar cómo el tiempo pasado fue mejor, pero ahora pasamos vertiginosamente del idealismo al escenario de posibilidad, de materialidad, de transformaciones reales. Las movilizaciones por la educación han repercutido en que hoy se ve una posibilidad real de instalar un nuevo Sistema Nacional de Educación Pública en el que la Universidad de Chile, evidentemente, debe jugar un rol fundamental.

Lo difuso y poco claro se debe a que éste es un cambio brusco y no es evidente a primera vista qué significa realmente avanzar en estas históricas demandas, sobre todo para quienes llevan más años en la Universidad. Si aplicamos agudeza en el análisis y revisamos con perspectiva lo que está sucediendo, no cabe duda que estamos ad portas de un resurgimiento de la Universidad de Chile por lo que su comunidad debe ser un referente y responder al desafío con la implementación de estas transformaciones necesarias.

Como un actor más en este escenario, el Senado Universitario debe cumplir un rol dinamizador, activo, propositivo sobre cómo queremos construir Universidad. Esto traerá costos naturales de cualquier debate, un ejemplo son las múltiples reacciones que han salido en prensa sobre la modificación a los Estatutos e, internamente, el nuevo Reglamento de Remuneraciones. Si bien debemos cuidar el espacio de diálogo y pluralismo, la centralidad de quienes participamos de la comunidad universitaria debe estar puesta en los grandes desafíos de construir una Universidad de Chile pública, igualitaria, democrática, de excelencia y orientada a las necesidades del país.

No hay que perderse, acá no existen enemigos internos, ni en los órganos de la institucionalidad ni en los estamentos, pues se necesita toda la comunidad universitaria para una universidad igualitaria. Tampoco existe una intención de perder "categoría y relevancia", sino al contrario, se busca ser referentes de un proceso de transformación nacional del sistema educativo donde la excelencia es un piso mínimo. Tampoco se trata de una "politización de la universidad" o de ser "bastión de grupos políticos", pues el país y el Estado nos asignó una misión que hoy no estamos cumpliendo por estar atados por el autofinanciamiento.

Hoy los ojos están puestos en el Senado, en la Universidad de Chile y estos costos debemos sobrellevarlos de forma colectiva. Tenemos la oportunidad de volver a incidir en la resolución de la encrucijada nacional de la educación. Lo más importante es superar la visión de "feudos", analizar con altura de miras, pensando en el desarrollo equitativo de todas las unidades académicas y estamentos y reconocer que en los momentos álgidos cuesta tomar definiciones, pero si tenemos claro que nuestro horizonte es retomar el legado histórico de nuestra Universidad y que estos son tiempos de reforma y cambio, podremos sobrellevar el proceso de forma unida y responsable. Los Senadores Universitarios debemos entendernos en este contexto y ver que todas las propuestas que pasan por este órgano tendrán repercusiones para todo el país. El trabajo es gigante pero no abrumador, hay que estar resueltos a legislar con principios claros y avanzar a ser referente de un nuevo Sistema Nacional de Educación Pública.