Bajos salarios, infraestructura precaria, y un sistema privado que puede pagar hasta diez veces más de lo que gana un médico trabajando en un hospital, son algunas de las razones que motivan la fuga de profesionales médicos desde el sector público al privado. Según datos obtenidos del MINSAL para 2009 el 66,2 por ciento de los médicos atendía en el sistema de salud privado, mientras solo un 33,8 por ciento lo hacía en la red pública. Situación que no es menor considerando que el 80 por ciento de los chilenos se atiende en el sistema estatal.
Hoy el gremio médico pide un gesto al Gobierno. Son cinco las demandas que estiman urgentes: el aumento del sueldo base para los médicos del sistema público, dar a los becarios el carácter de funcionarios públicos, el reconocimiento del nivel de acreditación en cargos futuros y la disminución progresiva de la compra de servicios externos y estandarización de asignaciones. Las dos primeras demandas son las que mantienen entrampadas las negociaciones entre el gremio y el MINSAL.
“Nunca ha sido nuestra primera opción parar porque sabemos que es muy violento para los pacientes. Pero yo no descartaría ningún tipo de presión. Si el Gobierno tiene oídos sordos, hay muchos médicos que estamos dispuestos a parar”, señala la Dra. Izkia Siches, Presidenta del Regional Santiago del Colegio Médico y residente de Medicina Interna del Servicio de Salud Metropolitano Occidente.
Respecto al tema de las remuneraciones la Dra. Siches explica que uno de los puntos clave del problema es que hoy en virtud de los bajos sueldos del sector público, los médicos renuncian a sus plazas, forman sociedades profesionales, y son contratados por los mismos hospitales –los que faltos del recurso humano invierten en médicos privados – para prestar servicios en calidad de honorarios con remuneraciones sustancialmente mayores a las de sus colegas contratados. “Lo que hemos pedido es que en vez de seguir contratando médicos por fuera intenten institucionalizarlos. Que les paguen lo mismo que se les está pagando a los honorarios, pero a nuestros médicos, a los que se han quedado en el servicio público”, dice la Presidenta del Regional Santiago.
En línea con los dichos de la Dra. Siches, la Dra. Ana María Arriagada, médico internista, funcionaria del Hospital Salvador y académica de la Universidad de Chile, explica lo complejo que se ha vuelto el tema de los dineros que pasan del servicio público al privado. “Como los pacientes necesitan resolver su tema hoy, tú empiezas a comprar servicios a los privados, entonces se produce un círculo muy tremendo en que tú sabes que para atender al paciente pagarás a un tercero y al hacer eso debilitas tu propio hospital”. Según cifras de la Dirección de Presupuesto (DIPRES), desde el 2005 hasta el 2012 el Estado Chileno ha transferido a las clínicas privadas 6.806 millones de dólares, durante el mismo período la inversión en salud pública alcanzó los 2.894 millones de dólares.
Retener al recurso humano
Formadora de médicos, la Dra. Arriagada ve también las dificultades de mantener a los doctores jóvenes en el servicio público: “Hay poca capacidad de retener al recurso humano, uno los capacita y se van a trabajar a otros lugares donde tienen mejores condiciones laborales, entonces empiezas a estresar aún más al personal que permanece”, señala.
Para retener a los médicos en el servicio público, las Dras. Siches y Arriagada estiman que: hay que resolver rápidamente el tema de que los becados sean considerados como funcionarios públicos e inicien su carrera funcionaria; hay que transparentar las asignaciones de los médicos; y hay que lograr que las acreditaciones de los doctores (similares a los grados funcionarios) se transfieran cuando el profesional migra a otro hospital.
A todo lo anterior las profesionales suman una medida clave: se deben mejorar los sueldos de los médicos, “y eso hay que hacerlo porque hoy tenemos que favorecer la permanencia de los doctores en el sistema público y no es posible hacerlo si seguimos en esta competencia tan desleal con las clínicas”, afirma la Dra. Arriagada al tiempo que la Dra. Siches grafica con números las situación actual: “Cuando yo me quiero traer a alguien de planta, por ejemplo a un especialista de una clínica, le ofrezco 400 mil pesos por media jornada, eso para el estándar de remuneraciones del gremio es bastante bajo. Ahí el hospital compite con las clínicas que pagan diez veces más por el mismo horario, entonces es bastante difícil hacer que los médicos se queden en el servicio”.
Solución a largo plazo
Sin desconocer que las condiciones de los médicos que trabajan en el sistema público son precarias, el Dr. Óscar Arteaga, Director de la Escuela de Salud Pública de la U. de Chile, ofrece otro análisis de la crisis que vive la salud en nuestro país.
Arteaga pone en el centro del conflicto la severa falta de médicos, profesionales y técnicos de la salud que actualmente tiene nuestro país. En Chile hay 1.6 médicos por cada mil habitantes y en promedio en los países de la OCDE la cifra es de 3.2. “Estamos hablando de un déficit que nos debiera llevar a duplicar el número de médicos que debiéramos tener en el país”, refiere el Director de la Escuela de Salud Pública quien advierte que “cualquier análisis que se haga respecto al movimiento del personal médico del sector público al privado, incremento de remuneraciones, o condiciones de trabajo hay que verlo en el contexto del déficit de profesionales, porque cualquier solución que se dé hoy va a ser absolutamente insuficiente”.
Según el Dr. Arteaga lo que se requiere son políticas de largo plazo, que permitan llegar a contar con una mayor cantidad de profesionales médicos y de otras profesiones para el sistema de salud. “Aunque todos los profesionales médicos se fueran a trabajar del sistema privado al público, igual sería insuficiente porque la brecha que tenemos es mayor”, dice.
Una intervención importante del Estado en términos de mejorar la capacidad formadora de profesionales médicos, que los profesionales extranjeros cumplan con los estándares de servicios para poder incorporarse a los establecimientos asistenciales, y que se cubra con los médicos que están en proceso de formación los lugares en donde existen un mayor déficit de personal, son algunas medidas planteadas por Arteaga para hacer frente a la crisis existente.
En línea con el Director de la Escuela de Salud Pública, la Presidenta del Regional Santiago está cierta que el problema es bastante más complejo y requiere una solución a largo plazo, “nuestro motor de movilización no se acaba acá, nuestro horizonte es mucho más amplio”. Sin embargo, Siches es tajante en la importancia de las demandas gremiales de hoy: “Si no hay avance en nuestras peticiones y ni siquiera hay una proyección de que estamos enfocados en institucionalizar y fortalecer el Estado, en realidad no hay nada que conversar y empieza el proceso de movilización”.