El programa de Radio Universidad de Chile “Quiero ser científico”, se transformó de forma inédita en el espacio “Quiero educación pública”, iniciativa organizada por la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones, las facultades de Filosofía y Humanidades, Ciencias, Ciencias Sociales, CIAE, DEP, Centro de Modelamiento Matemático, Programa Transversal de Educación y Programa de Educación Continua. El debate, transmitido por radio, streaming y vía redes sociales, respecto al proyecto de ley que reforma la Educación Superior en Chile y que el pasado 5 de julio el gobierno entregó al Congreso, pretende levantarse como un bloque permanente de discusión que incluya a las diversas voces involucradas en el proceso.
La conversación, moderada por la profesora de la Facultad de Ciencias, Hortensia Morales, comenzó con la intervención la presidenta de la FECh, Camila Rojas, quien dio su opinión respecto a las 175 páginas del proyecto de gobierno: “Como estudiantes creemos que esta reforma que se ha ingresado viene a consolidar el negocio en educación y termina beneficiando precisamente a las instituciones privadas, que hoy constituyen el 85 por ciento de la matrícula, por lo tanto lo rechazamos, y estamos trabajando en una contrapropuesta a nivel universitario”.
Junto con advertir que la manera en que se está implementando la reforma ha sido poca clara, y enfatizando en que “Chile tiene uno de los sistemas de educación superior más privatizados del mundo”, Carolina Guzmán de CIAE señaló que “pareciera ser que la gratuidad no es una solución que está derribando este modelo neoliberal y privatizado de educación superior, porque muchos fondos estatales se están yendo a universidades privadas, y algunas de ellas además acusadas de lucro. Por lo tanto, la gratuidad es una medida controversial”.
Para el director del DEP, Ernesto Águila, este proyecto de ley transita “la disyuntiva entre realizar una reforma de tipo regulatoria o bien hacer una reforma estructural. Este es un proyecto que así como está, puede terminar regulando mejor lo existente, o sea, pasar de un modelo subsidiario altamente desregulado a un modelo de educación de mercado mejor controlado.”
Guzmán, en tanto, no dejó espacio a segundas lecturas: “esta reforma no fortalece a las universidades estatales, no solo en términos de financiamiento, sino en que las universidades puedan ofrecer educación de calidad”. En este sentido la investigadora del CIAE afirmó: “Ya hemos visto que el sistema de acreditación no es el más adecuado, se ha comprado la acreditación en muchos casos y para mí una temática que requiere mucha más reflexión, política pública y transformación, es la calidad en educación superior y un acceso a una educación de buena calidad, ese es un derecho fundamental”.
Recogiendo los dichos de la investigadora, Aguila señaló: “Creo que el concepto de calidad hay que ampliarlo, no solamente a ciertos resultados de aprendizaje de los estudiantes, sino también a que exista pluralismo académico, libertad de cátedra, obviamente que exista infraestructura y que exista una carrera académica. Si no hay carrera académica es muy difícil instalar investigación”.
En línea con el tema de la calidad educativa, Camila Rojas problematizó respecto a las débiles regulaciones de calidad a las que se someten las instituciones de educación superior. “Este es un sistema completamente desregulado. Hoy hay instituciones que funcionan sin estar acreditadas, a pesar de lo paupérrima que es la acreditación. A futuro habrá que regular una cantidad enorme de instituciones, y ¿cuál es la solución que se da? Una superintendencia y una agencia de calidad, pero éstas van a llegar a un escenario donde ha habido más de 30 años de negocio educativo, entonces, ¿qué solución van a entregar dos instituciones burocráticas a muchísimos años de negocio educativo? Si bien la regulación es necesaria, hoy no lo viene a ser todo”, afirmó dando espacio a la discusión de nuevas propuestas.
Quiero educación pública
Hacia el final del programa, los invitados fueron consultados por sus anhelos en torno a esta reforma.
Camila Rojas afirmó que “las esperanzas deberían estar puestas en la educación pública". "La educación pública -indicó- puede, en cierta cantidad de años, convertirse en la mitad del sistema de educación superior, hoy tenemos instituciones estatales de alta calidad, la gente confía en estas instituciones, y preferiría estar en ellas, a estar en una institución privada”, .
Ernesto Águila señaló: “Yo apostaría a una universidad pública que crezca mucho, el doble por ejemplo, en el caso de la Universidad de Chile, con sus mismos estándares de calidad. Eso significa que va a entrar una población escolar con mucho menos capital cultural, con mucho más déficit, y eso no es problema de esos estudiantes. Si una universidad quiere ser equitativa, tiene que ser capaz de ofrecer un tipo de docencia que permita, que esos estudiantes, puedan tomar el ritmo de los aprendizajes en una universidad más rigurosa. Ahí hay desafíos para las universidades estatales”.
Finalmente, Carolina Guzmán destacó el hecho de que “la posibilidad de seguir debatiendo y reflexionar acerca de lo que ocurre es una oportunidad para el cambio” y concluyó: “Yo soñaría con una calidad en educación que incluya elementos como investigación de frontera, buena docencia y equidad, o sea, una buena educación para todos”.