Durante los primeros años de vida, el juego se transforma en una actividad crucial que contribuye al pensamiento, desarrollo del lenguaje y habilidades sociales, entre otras habilidades. En esta etapa, el juego suele ser tener más movimiento, donde los niños comienzan a descubrir y explorar la realidad generando y consolidando el impulso epistémico o impulso por aprender.
Pese a su relevancia en el desarrollo de los niños y niñas y a estar consagrado como un derecho fundamental de la infancia, en los últimos años el juego se ha reemplazado en muchos jardines infantiles por actividades que buscan adquirir a temprana edad conocimientos y habilidades cognitivas que debieran aprenderse más tarde, en la enseñanza básica.
Al respecto, la docente e investigadora del área de psicomotricidad del Departamento de Educación de la Facultad de Ciencias Sociales, Carolina Grellet, señaló que hay gran una discordancia entre “lo que podría decirse que es el discurso de los derechos del niño, del respeto por el niño y la realidad, porque si realmente respetásemos a los niños y niñas y respetásemos su derecho al esparcimiento y al juego y respetásemos los ritmos de aprendizaje individuales y los ritmos de desarrollo individuales, no podríamos tener el tipo de educación que tenemos”. Hoy, en los establecimientos infantiles se realizan actividades programadas, reiterativas e individuales lo que “atentaría contra el desarrollo de la identidad de un(a) niño(a)”, comentó Grellet.
En esta estandarización, “los niños y niñas se adaptan, lamentablemente, a permanecer quietos y concentrados durante un tiempo para lo cual ellos tienen que hacer un esfuerzo sobrehumano para prestar atención”, complementó Grellet.
Por el contrario, al jugar, los niños interactúan con su entorno y representan su diario vivir, transformándose en experiencias lúdicas, dinámicas y que provocan el goce en el niño y la niña. Eso, según la investigadora del mismo Departamento, Francisca Moreno, es lo primordial que tiene el juego para la primera infancia. “Que lo pasemos bien. Uno cuando es grande o más adulto recuerda su infancia y qué es lo que recuerda: el juego, como instancia de mucha creatividad, de mucha risa e instancias de errores”, reflexionó la profesora Moreno.
En este juego, se vuelve fundamental el rol de los adultos quienes se vuelven parte de ellos a través de su función observadora, guía y mediadora. “Necesitamos mantener el interés del niño y la niña en ciertos juegos como estrategia de aprendizaje, por tanto los docentes o educadores de párvulos debiesen intencionar o tratar de mantener el interés de los niños en los juegos o la actividad que están haciendo, por medio de preguntas clave. No preguntas cerradas porque sino el juego se acaba y pierden el interés”, explicó la también coordinadora de Seguimiento y Evaluación de Pedagogía en Educación Parvularia de la Casa de Bello.
Retomando el juego en la educación
En medio de una sociedad cada vez más escolarizada, donde a los niños desde edad temprana se les adelantan contenidos y enseñan con estrategias didácticas no aptas para esta etapa de la vida, se inserta el coloquio “¡Tomémonos en Serio el Juego!: los niños y niñas lo necesitan”, que se realizó este lunes 8 de agosto. El coloquio se planteó como una instancia para reflexionar sobre cómo se educa a la primera infancia en la actualidad, y contó con la participación de Patricia Sarlé, miembro del grupo de expertos en Educación Infantil de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) y reconocida investigadora argentina de la Universidad de Buenos Aires.
Respondiendo a la necesidad de respetar a los niños y las niñas como sujetos de derecho, la carrera de Pedagogía en Educación Parvularia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile organizó este coloquio para que la comunidad reconozca el valor que tienen las actividades lúdicas y su relevancia como estrategias didácticas esenciales en los primeros años de vida.
A nivel mundial, se han impulsado distintas acciones para apreciar e incorporar el juego en las prácticas pedagógicas. Como ha señalado anteriormente la impulsora de este tema a nivel internacional, Patricia Sarlé, "no existe libro de pedagogía o didáctica para el Nivel Inicial que no hable del Juego. Desde el momento en que se creó el Jardín de Infantes como institución dedicada a la infancia, el juego se definió como el método para enseñar a los niños”.
En las prácticas cotidianas desarrolladas en la escuela infantil, el juego ocupa un importante lugar en el pensamiento del maestro, “pero tan sólo un pequeño lugar en la concreción o materialización de las propuestas de enseñanza”, comentó Mónica Manhey, jefa de Carrera de Pedagogía en Educación Parvularia de la U. de Chile.
La visita y coloquio de la profesora Sarlé en la Universidad de Chile es posible gracias al proyecto MEC de Conicyt de la Escuela de Pedagogía de la Ponitificia Universidad Católica de Valparaíso (Proyecto MEC- CONICYT 80150048: Repensando el lugar del juego en el aprendizaje. Elementos para la potenciación de la Formación Inicial Docente).
En la siguiente cápsula, académicas del Departamento de Educación de la U. de Chile analizan las consecuencias de la sobre-escolarización: