Hace poco más de un año, en el marco del aniversario N° 50 de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, la comunidad universitaria de la Casa de Bello rindió homenaje en vida al profesor, doctor Mario Luxoro Mariani, por su gran contribución al desarrollo de la formación e investigación en ciencias en nuestro país. Hoy, martes 27 de diciembre, la Universidad de Chile, la colectividad científica y el país lamentan su partida a los 90 años.
La noticia sobre el fallecimiento, de quien fuese uno de los fundadores de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, fue recibida con gran pesar en la comunidad universitaria. El decano de la Facultad de Ciencias, Víctor Cifuentes, evocó su etapa como alumno del profesor Luxoro y relevó la dedicación de éste a la formación de varias generaciones de estudiantes, mucho de los cuales se han convertido en destacados investigadores a nivel nacional e internacional. En este sentido, destacó “su concepción de la educación, como un instrumento de libertad", que reflejó su compromiso social. Luxoro, indicó, "Asoció a la educación con el futuro y la relacionó con la capacidad de superarse día a día, planteando también que el avance de la ciencia debiera estar estrechamente ligado a la base de la educación”.
El legado del maestro
En su trayectoria como académico e investigador, el doctor Luxoro se tituló primero de Ingeniero Civil Químico en 1948 en la Universidad Técnica Federico Santa María. Luego, motivado por su interés en las ciencias biológicas, ingresó a la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile. Continuó sus estudios en esta área como estudiante becado del doctorado en Biología Cuantitativa del Massachusetts Institute of Technology (MIT) de los Estados Unidos. En dicha institución alcanzó el grado de doctor en el año 1957, convirtiéndose así en el primer chileno en doctorarse fuera del país.
De vuelta en Chile, se incorporó como académico a la Cátedra de Física Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile e impulsó la creación de la Facultad de Ciencias de la Casa de Bello, unidad en la que fue decano entre 1968 y 1972. También fue gestor del Laboratorio de Fisiología Celular de Montemar, en Viña del Mar, y de la Escuela de Biofísica en Chile. El año 2000, en tanto, fue distinguido con el Premio Nacional de Ciencias Naturales. En este período, además, se desempeñó como director de la Escuela de Postgrado de nuestra Casa de Estudios, entre 1996 y 2002.
En el ámbito de la investigación, en tanto, fue autor de importantes y numerosas publicaciones científicas. Uno de sus más grandes aportes en esta materia fue la identificación de la relevancia de las proteínas en el impulso nervioso.