En febrero del 2016 se estrenó en Alemania la película “Colonia” del director Florian Gallenberger, cinta que denuncia la participación de autoridades alemanas en la red de protección de Colonia Dignidad y que dio un impulso y visibilidad al trabajo que diversas organizaciones de víctimas, tanto en Chile como en Alemania, han realizado hace más de 30 años, denunciando las violaciones a los Derechos Humanos acontecidas en dicho asentamiento, ubicado en la Región del Maule y encabezado por Paul Schäfer.
Fue así como en abril del 2016, el Ministro de Relaciones Exteriores de Alemania emitió una declaración en la cual reconoció la actitud de indiferencia y complicidad del cuerpo diplomático de su país, a lo que se suma la visita que un grupo de parlamentarios alemanes realizó recientemente a la actual Villa Baviera, de lo cual emanó una propuesta para enfrentar el tema, y que recientemente han presentado al parlamento alemán. La iniciativa cuenta con el respaldo de más de 90 congresistas y actualmente está en discusión de comisión, y se encuentran a la espera de los aportes de la Democracia Cristiana y la Socialdemocracia de dicho país.
La propuesta –que se presentó hoy en la Casa Central de la U. de Chile- interpela a los Estados chileno y alemán para conformar una comisión bilateral que esté a cargo de realizar investigaciones históricas y jurídicas de los hechos acontecidos en Colonia Dignidad y de las sociedades anónimas y empresas vinculadas a ésta, ofrecer apoyo a los ex–habitantes del enclave para precisar su situación legal, social y económica, la construcción de un espacio de memoria, entre otras.
Para Margarita Romero, presidenta de la Asociación por la Memoria y los Derechos Humanos Colonia Dignidad, la propuesta de los parlamentarios alemanes “representa un avance significativo para alcanzar más verdad, justicia, memoria y reparación. Los puntos señalados en ella son por los cuales las agrupaciones y organizaciones de Derechos Humanos llevan años interpelando el Estado chileno. El escenario actual insta a nuestra sociedad -organismos de la sociedad civil y autoridades gubernamentales-, a ser capaces de dialogar con la propuesta alemana y a la vez definir un camino a seguir considerando la participación de las distintas partes involucradas”.
Faride Zeran, vicerrectora de Extensión y Comunicaciones de la U. de Chile, manifestó sus expectativas de que esta propuesta “logre materializarse y tener los alcances necesarios para dar respuesta a la gran deuda que tenemos, tanto con las víctimas de Colonia Dignidad y sus familias, como con la sociedad completa que aún espera acabar con este manto de impunidad que ha durado mucho más de lo que en algún momento llamamos transición a la democracia”. Es por ello que, agregó, "como U. de Chile no estamos ausentes de esa realidad de deudas que nos legó la dictadura y por eso hemos asumido un activo compromiso para avanzar en materia de memoria y verdad".
“Colonia Dignidad sigue siendo una herida en las relaciones binacionales” de Chile y Alemania, manifestó Ingrid Wehr, de la Fundación Heinrich Böll, quien espera que esta iniciativa “abra el camino para un proceso binacional de verdad, justicia y memoria”.
“El problema no terminó con la muerte de Schäfer”
Para Magdalena Garcés, abogada de las víctimas chilenas, esta instancia constituye una esperanza, ya que es “la oportunidad de que se tomen por fin medidas que esperamos que cooperen y ayuden a las víctimas y no a los victimarios”. Así, agregó Garcés, este paso “es una oportunidad para que el Estado de Chile cumpla con sus obligaciones”, dado que “hay un deber pendiente que no es sólo es sólo del poder judicial: es del poder ejecutivo, legislativo y también del poder judicial”.
Por su parte, Winfried Hempel, abogado de las víctimas alemanas expresó también su visión respecto a este proceso. “Por primera vez el Estado alemán se hace cargo de estos hechos sucedidos fuera del territorio nacional y eso es muy importante porque ha habido un conflicto de competencias (…) y siempre ha dicho que es un tema de soberanía nacional”. Es así como, explicó, “en Alemania hay una Ley de reparación a víctimas de crímenes violentos que hace responsable al Estado por las graves violaciones a los Derechos Humanos que cometen alemanes y esa ley se ha extendido a hechos ocurridos fuera del territorio nacional desde el año 2009 y es una de las pocas leyes que rige retroactivamente”.
Hempel agregó que, en definitiva, “el problema no terminó con la muerte de Schäfer”.
Participó también de este encuentro el director Académico de la Cátedra de Derechos Humanos de la U. de Chile, Claudio Nash, para quien, como universidad, "no sólo debemos ponernos al servicio de este proceso sino que también llamar la atención de que aquí hay un déficit en nuestro país en materia de políticas públicas en memoria".
Lorena Fríes, subsecretaria de Derechos Humanos, manifestó que hoy en Chile hay que “hacer en materia de verdad y de memoria, no necesariamente de verdad judicial, pero sí de verdad histórica y de memoria que no tiene la fuerza que debiera tener en un país como el nuestro”.
Desde el mundo parlamentario, participaron de este encuentro los diputados Sergio Aguiló y Tucapel Jiménez. Este último, integrante de la Comisión de DDHH y Pueblos Originarios, señaló que hay nuevos tiempos en Chile. "Lamentablemente llegaron tarde los nuevos tiempos, pero llegaron, y por lo tanto creo que esta es una propuesta que hace mucha justicia y por lo tanto podemos apoyarla por el camino que sea".
Instalada desde principios de los '60 y liderada por Paul Schäfer, Colonia Dignidad vivió bajo un régimen de aislamiento y autonomía que se ha expresado como la existencia de un Estado dentro de otro Estado, evadiendo todo tipo de fiscalizaciones a las actividades realizadas al interior del recinto, entre las que se encuentran el secuestro y maltrato de colonos que intentaron abandonar el enclave alemán, adopciones ilegales y abusos sexuales cometidos por Schäfer contra niños alemanes y chilenos residentes en la Colonia y chilenos que asistían a actividades al interior de ella. Durante la dictadura cívico-militar, Colonia Dignidad intensificó su participación en la vida nacional colaborando activamente en la comisión de crímenes de lesa humanidad, como secuestro, tortura, asesinato y desaparición de prisioneros políticos.