La mayoría de las personas de nuestro país han jugado algún juego de azar, ya sea en los casinos que poco a poco se han instalado como un destino de moda, en las populares máquinas tragamonedas o en las carreras de caballos. Pero ¿cuándo este entretenimiento se transforma en una adicción y por qué algunas personas no pueden controlarla?
Al menos entre un 0,5 y un 2 por ciento de la población general padece ludopatía, una adicción que se manifiesta cuando el afectado pierde el control sobre el juego, tal como explicó el Dr. Carlos Ibáñez, jefe de la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica Universitaria de nuestra institución.
Según el especialista, el juego es una conducta frecuente en la población y la gran mayoría de las personas no se vuelven ludópatas, existiendo factores de riesgo que hacen que algunos sean más proclives a sufrir este trastorno, como por ejemplo los trastornos ansiosos, de ánimo, depresivos, así como el abuso de sustancias como alcohol, tabaco y las drogas, siendo la edad otro elemento a tener en cuenta, ya que "mientras más tempranamente se exponen los adolescentes a situaciones de riesgo más posibilidades tienen de desarrollar una adicción".
Asimismo, el Dr. Ibañez precisa que hay factores de riesgo socioeconómicos que pueden llevar a un jugador a perder el control, como la falta de una familia contenedora. "Una persona cuya única posibilidad de distracción es jugar en las máquinas tragamonedas, consumir alcohol o drogas, tiene más opciones de perder el control que aquella que tiene una familia protectora y que además tiene la posibilidad de hacer actividades culturales y deportivas”, aseguró, lo que se suma a que dinámicas de juego que buscan olvidar una pena, evitar emociones o disminuir la ansiedad pueden generar más fácilmente la adicción.
Señales de la adicción
Una persona se transforma en adicta cuando no es capaz de controlar su dependencia al juego, siendo un proceso paulatino que no se da de un momento a otro y que puede ser frenado.
Entre las señales de alarma se cuentan el quedar con la idea fija de recuperar dinero perdido en el casino, el aumentar las apuestas pensando que se tienen más opciones de ganar, gastar más dinero apostando que el pensado inicialmente, arriesgar la situación financiera familiar, mentir a la hora de abandonar actividades familiares para apostar o tener ideas fantasiosas sobre el control sobre las apuestas.
Según el experto en adicciones, el entorno cercano de la persona afectada es fundamental para evitar cruzar el umbral hacia la ludopatía. "La familia debe manifestar su preocupación porque la conducta con el juego es de riesgo, debe pedirle que se frene, que compartan actividades y contenerlo. No es recomendable enojarse ni tampoco pagarle las deudas de juego porque esto no lo ayudará a frenarse. Lo que no puede ocurrir es que se ignoren o minimicen estas conductas de riesgo”, aseguró Ibáñez.
Sin embargo, cuando la situación ya se ha salido de control, es indispensable tomar medidas que permitan realizar un tratamiento con especialistas, y que el ludópata no se acerque más a un casino, para lo que puede realizarse un trámite de autoexclusión voluntaria ante una notaría que se presenta directamente en los casinos.
“El paciente debe ingresar a un programa especializado en adicciones, el cual cuente con un equipo interdisciplinario, compuesto por psiquiatras, psicólogos y terapeutas ocupacionales. Un programa ambulatorio que incluya psicoterapia individual, intervenciones con la familia y apoyo de grupos de adicciones", explicó Ibáñez, quien remarcó que el objetivo de las terapias es ayudarle a la persona a identificar los factores gatillantes que lo llevan a jugar, y a no recaer.
De todas maneras el profesional es enfático en aclarar que el ludópata no es una persona peligrosa ni tiene más riesgo de cometer un asesinato que cualquier otra persona. "Se ha creado una asociación compleja a propósito de los casos dramáticos y se estigmatiza al ludópata como un individuo muy peligroso que puede significar una amenaza para la sociedad y eso no es correcto. Y es complejo, ya que son personas que lo están pasando mal. La ludopatía es un problema de salud mental que tiene tratamiento y, por lo tanto, las personas y sus familias se pueden sentir francamente mejor”.