Profesor de matemáticas y doctorado en educación de la Universidad de Birmingham (Reino Unido), Farsani está viviendo hace un año en Chile. Especialista en comunicación no verbal, está permanentemente analizando el lenguaje corporal, incluyendo a políticos y figuras de televisión. De hecho, ya ha asesorado a parlamentarios, como Giorgio Jackson; y basta un par de minutos de conversación con él para que analice el estado de ánimo y hasta la inclinación política de su interlocutor.
"Hay tres categorías de comunicación: verbal, vocal y visual. La comunicación verbal –que incluye la escritura y las palabras que usas cuando das un discurso oral- tiene 7 por ciento de impacto; la comunicación vocal –cómo lo dices, lo que incluye, por ejemplo, la entonación- tiene un impacto de 38 por ciento, y la comunicación visual –es decir, los gestos, el manejo del espacio-, tiene un 55 por ciento de impacto", dice. Y añade un ejemplo concreto: cómo la entonación y el manejo del espacio físico pueden cambiar una frase como 'te amo'. Si el que la pronuncia, se arrodilla y usa un tono romántico, tendrá mucho mayor impacto que aquel que la pronuncia sin mover un solo músculo y usando un tono plano.
Pero, ¿por qué llevar la comunicación no verbal a las aulas? Para Farsani, la comunicación no verbal puede ser una poderosa herramienta para ayudar a los docentes y directivos de escuela a mejorar el clima del aula, las prácticas docentes y ser líderes pedagógicos.
En el caso de la prácticas pedagógicas, explica, puede ser de ayuda, sobre todo ante el fenómeno de la inmigración que vive el país. "Con la llegada de los niños haitianos, hay todo un desafío multi-lingüístico para la educación. Los niños que no hablan español deben aprender en la escuela no sólo los contenidos de las diversas asignaturas, sino también el idioma español. Los profesores no necesariamente están preparados para abordar ese desafío. El lenguaje corporal puede ser un poderoso aliado", dice. Y coloca un ejemplo concreto, aunque en inglés: un triángulo isósceles –aisoseles, en su pronunciación en inglés-, tiene dos ángulos y dos lados iguales. "El profesor puede mostrar los ojos –eyes-, que son dos e idénticos, cada vez que habla de este triángulo isósceles. El niño asociará los dos ojos, similares, con las características del triángulo y nunca más se le olvidará", dice.
El lenguaje corporal y la autoridad
El lenguaje corporal es tan clave que personajes políticos han pasado a la historia por su utilización, como aquel episodio del programa televisivo de Canal 13 "De Cara al País", cuando en los días previos al plebiscito de octubre de 1988, el fundador del PPD, Ricardo Lagos, le habló directamente al general Pinochet, señalándolo con el dedo y con un tono fuerte, pero tranquilo: "No comprendo cómo puede haber una persona con tanta ambición de poder"... "Hablo por 15 años de silencio", fueron algunas de las frases que, por primera vez, un líder de la oposición pronunciaba en vivo y en directo por televisión. El episodio pasó a la historia como "el dedo de Lagos".
Según Danyal Farsani, un líder se toma el espacio físico. Por ejemplo, tiene la oficina más grande, tiene un tono de voz fuerte, pero lento y claro. "Piñera ha sido entrenado para usar el lenguaje no verbal: usa el espacio físico, en señal de autoridad, y se arremanga levemente los puños de la camisa en señal de que está listo para trabajar, de que es eficiente", explica.
Un docente y un directivo también pueden usar la comunicación no verbal para imponer autoridad legítima y, así, mejorar el clima del aula. "Antes de comenzar la clase, muchos profesores esperan parados al frente o sentados en su silla. Yo les recomiendo pararse en la puerta, frente a la puerta abierta, para adueñarse del espacio físico, de manera que cada vez que un niño entra, se produce un orden de inmediato: no pueden entrar dos niños al mismo tiempo", explica.
En un proyecto con el CIAE, Farsani y el equipo del profesor Roberto Araya, han analizado más de 400 gigas de videos grabados a profesores en las aulas, encontrando, entre otras cosas, que cada niño demora 3 o más minutos en llegar a su asiento y abrir su cuaderno. "Cuando el profesor se para frente a la puerta y la cierra en señal de que está comenzando la clase, el proceso de sentarse y abrir el cuaderno se reduce a 30 segundos. Esa técnica no verbal que demuestra quién es el jefe, quién tiene la autoridad", dice. Además, el gesto permite al profesor empoderarse de su liderazgo. En los años 80, una famosa investigación encontró, por ejemplo, que cuando alguien colocaba cara de felicidad, aunque no lo estuviera, se sentía realmente feliz al cabo de algunos minutos. "Si alguien se coloca en postura de autoridad, en pocos minutos se empoderará", explica.
-¿Y cuál sería una postura de autoridad?
Usar el espacio físico con las manos y los pies. Por ejemplo, si una mujer habla con tono fuerte, en un país machista, pueden criticarla, pero una buena manera de demostrar autoridad es parándose con los pies levemente separados. Cualquier gesto del pie es preciso y confiable.
Farsani explica que el 90 por ciento de los gestos ocurren entre el tronco y la cabeza y que los gestos del pie casi siempre son involuntarios y demuestran el real estado de las personas. Asimismo, todo gesto hacia arriba, que desafía la gravedad, indica felicidad. Por eso, la gente celebra levantando los brazos. "Como los gestos de los pies son involuntarios, la próxima vez que veas a una persona hablando por teléfono en la calle, con la punta del pie levantada, es señal de una profunda felicidad. Puedes pedirle dinero para el taxi y si tiene, seguro te da", dice.
Otra forma de mejorar el clima del aula es nunca darles la espalda a los niños cuando el profesor está escribiendo. "Cuando yo era profesor de matemáticas y enseñaba a niños de 11 a 18 años de edad, siempre cuando escribía en la pizarra, dejaba un ángulo de mi tronco que mirara a los niños. Nunca les di completamente la espalda. Si ellos sabían que no los estaba mirando, se peleaban, se podían tirar cosas, etc.", dice.
-¿Por qué es importante la comunicación no verbal en clases?
Cuando tu papá o mamá tenía seis años de edad, iban a la escuela para aprender a leer y escribir. ¿Pero sabías que en promedio, una persona gasta el 4 por ciento de su tiempo escribiendo? Si eres periodista o escritor, gastas más, pero en promedio es el 4 por ciento. El 11 por ciento del tiempo promedio de una persona se destina a leer. En el 35 por ciento del tiempo escuchamos, y por su puesto gastamos el 50 por ciento hablando. Destinamos mucho más tiempo hablando y escuchando que escribiendo.