Las investigaciones realizadas en torno a la igualdad de género y las prácticas de hostigamiento; la institucionalidad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); y los desafíos en la materia para dicho plantel. Esos fueron los tres ejes que la directora del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG) de esa universidad, Ana Buquet, revisó en su conferencia ante una repleta Sala Eloísa Díaz, como parte de la segunda sesión del Seminario Permanente "Universidades públicas latinoamericanas: Construyendo la educación no sexista".
El encuentro, desarrollado este miércoles 23 de agosto, prosiguió a la primera sesión de este ciclo, en el que la charla magistral estuvo a cargo de la coordinadora del Seguimiento a la Política para la Igualdad y Equidad de Género en la Universidad Nacional de Costa Rica, Carmen Ulate.
Ante el Rector Ennio Vivaldi; la vicerrectora de Extensión y Comunicaciones, Faride Zeran; el vicerrector de Asuntos Estudiantiles y Comunitarios, Juan Cortés; la directora de Igualdad de Género, Carmen Andrade, representantes de otras universidades, estudiantes, académicas y académicos, Buquet ahondó a las diferentes maneras en cómo al interior de la UNAM se expresa la desigualdad de género, como son las jerarquías académicas, la designación de cargos de toma de decisión, y la proporcionalidad de hombres y mujeres según áreas disciplinarias.
Sobre este último punto, la profesora Buquet manifestó que “sabemos que la vocación está muy determinada por el género en muchos aspectos: desde la casa -a partir de las expectativas sobre si la niña va a estudiar ingeniería o si el niño va a estudiar enfermería o pedagogía-, y en la propia convivencia en espacios básicamente masculinos”. Estos escenarios, prosiguió Buquet, “tienen una consecuencia posterior en el mercado laboral: no es lo mismo el salario de una enfermera que el de un ingeniero. Entonces, cuando hablamos de segregación disciplinaria en estudiantes es una preocupación seria que produce desigualdades desde la vocación hasta la salida al mercado”.
A estas desigualdades de género, se suman otras expresiones menos visibles, como prosiguió la académica. Una de ellas es la dimensión familiar y el tiempo dedicado por hombres y mujeres a esta área. Las investigadoras “ocupan 2,2 meses al año en labores que tienen que ver con este ámbito. Si calculamos una trayectoria académica de 10 años, ellas pierden un año y ocho meses, entonces vale la pena preguntarse cómo podemos esperar que haya igualdad de condiciones en la trayectoria académica si las mujeres tienen que restarles ese tiempo para competir con una trayectoria de 10 años completa”.
Todas estas dimensiones –a la que se suma el hostigamiento sexual-, advirtió Buquet, se suman a la situación general de México, donde “tenemos muchos problemas de violencia. Tenemos un fenómeno de femicidios expandidos por todo el país y realmente es un tema que hay que ponerle mucho trabajo, mucha cabeza y mucha política pública para poder terminar con un fenómeno tan lamentable”.
Una amplia institucionalidad
Previo a la Reforma al Estatuto General de la UNAM el 2005 -en donde se establece el principio de igualdad-, “no había datos, no había testimonios, entonces lo primero que empezamos a hacer fue investigación, sobre todo la cuantitativa. Así, hoy las hacemos cada tres años como una forma de monitoreo”. A partir de esta dimensión del trabajo, como relató Buquet, es que la UNAM produce sus modelos de intervención con la comunidad universitaria, materializados en talleres de sensibilización, cursos de formación en género, cursos de capacitación, campañas, programas de radio, entre otros.
Además de esta reforma, se suma la creación de los Lineamientos Generales para la Igualdad de Género en la UNAM, publicados el 2013 por la Comisión Especial de Equidad de Género del Consejo Universitario, creada a su vez el 2010, pieza clave en la estructura institucional contra la desigualdad de género, ya que “tiene la autoridad de emitir reglamentos y lineamientos”.
Otra de las herramientas es el Protocolo para la Atención de Casos de Violencia de Género en la UNAM, del año 2016, instancia que funciona a través de la Oficina de la Abogada General, en unidades jurídicas desplegadas a nivel local y central. También está la Comisión Especial de Equidad de Género, -también desplegada en ambos planos- “que es capaz de deliberar sobre qué tipo de lineamientos necesitamos en la universidad”, a lo que pronto se agregará, con la aprobación del Consejo Universitario de la UNAM, el Documento Básico para el Fortalecimiento de la Política Institucional de Género.
A todo esto se suma el Programa Universitario de Estudios de Género de 1992 y el Centro de Investigaciones y Estudios de Género del 2016, instancias que “si bien tienen competencias académicas y no políticas, buena parte del trabajo lo hacemos desde allí porque no hay una instancia como la Dirección de Igualdad de Género que tienen en la U. de Chile”. Esta institucionalidad de la Casa de Bello, agregó Buquet, “me parece importantísima ya que es un espacio central de este nivel que tiene la autoridad de hablar con el rector, con vicerrectores y directores de unidades académicas y poder pedir cuenta de lo que se está haciendo”.
Además, se cuenta la institucionalidad interuniversitaria, materializada en la Red Nacional de Instituciones de Educación Superior “Caminos para la igualdad de género”, integrada por 54 universidades públicas del país; y el Observatorio Nacional para la Igualdad de Género en Instituciones de Educación Superior.
Entre los desafíos, concluyó la académica, está la diferenciación que las universidades deben hacer entre avanzar en la institucionalización y en la transversalización. La primera refiere a la estructura del plantel, mientras que la segunda al alcance en las distintas unidades académicas. También, Buquet mencionó la incorporación de esta materia en el curriculum universitario de todas las carreras, así como el presupuesto para hacer funcionar, de manera efectiva, a toda esta institucionalidad.
Finalmente, Ana Buquet destacó que estas medidas institucionales han estado impulsadas y peleadas “desde el movimiento feminista. O sea, no ha llegado ninguna autoridad a regalarnos nada ni a decirnos ‘vamos a instalar estas cosas’. Lo estamos peleando siempre desde abajo y cuesta mucho tiempo, y cuesta mucho trabajo. Por ello, la voluntad política se tiene que ver reflejada en la estructura de la institución”.
Intercambio de experiencias
La directora de Igualdad de Género de la Universidad de Chile, Carmen Andrade, valoró la presentación de la experiencia de la UNAM, la “que se da precisamente en un contexto en que las universidades están siendo interpeladas por los movimientos feministas para enfrentar con decisión la violencia de género y el sexismo en la educación”.
Es por ello que este momento, continuó Andrade, constituye una oportunidad dada la “necesidad de conocer las propias dinámicas que reconocen la estructuras de poder dentro de los espacios educativos, porque -aunque resulta paradojal-, tal como lo recuerda la profesora Buquet, las universidades han generado conocimiento y han tenido una mirada crítica acerca de las desigualdades en las que se insertan. Sin embargo, no han hecho lo mismo respecto a sus propias estructuras y culturas institucionales”.
Es en ese contexto que “la influencia cultural y el liderazgo que ha tenido la Universidad de Chile en el desarrollo del país -ratificado en el reciente proceso de debate acerca de la educación pública- le impone un nuevo desafío: contribuir activa y consistentemente a instalar una mirada que cuestione la discriminación, la desigualdad, el sexismo en la educación y en el país”
Luego del espacio de preguntas, el Rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi, cerró el encuentro destacando los insumos y la información presentada por la profesora Buquet, materiales que deben servir para instalar el objetivo de la igualdad de género “no como algo que sea una conquista de la mujer de acceder al nivel del hombre, sino que revertir algo que se les ha quitado injustamente por siglos”. Con estos cambios, concluyó el Rector, “vamos a tener una sociedad mejor todos”.
Previo a la conferencia la profesora Buquet, la académica de la UNAM se reunió con el rector Ennio Vivaldi, los vicerrectores Faride Zerán y Juan Cortés, la directora de Igualdad de Género, Carmen Andrade, y la directora del Archivo Central Andrés Bello, Alejandra Araya, en un saludo protocolar en la Sala Amanda Labarca de la Casa Central.