Con la mirada puesta en no decaer en los esfuerzos sostenidos durante casi una década, como la creación del Consejo Superior de Autoevaluación Institucional el 2017, y con el objetivo de crear procedimientos de aseguramiento de calidad y criterios de autoevaluación propios, la Universidad de Chile ha generado diversas instancias de diálogo que además permitan participar activamente de los procesos que plantea la nueva ley de Educación Superior.
La primera de esas instancias, realizada a fines del 2018 y, organizada por la Comisión Superior de Autoevaluación Institucional (CSAI), fue presidida por el prorrector Rafael Epstein y en la que participan los vicerrectores y diversos académicos. El encuentro reunió a casi un centenar de autoridades, académicos y profesionales, que asumen tareas de seguimiento, monitoreo y sistematización de información en donde se dialogó respecto de las características y especificidades que debiera tener el proceso de autoevaluación institucional y entregar propuestas que sirvan para fortalecer esta nueva estructura universitaria.
En la cita, que tendrá una segunda jornada de trabajo durante el 2019, el prorrector y también presidente de la CSAI, aseguró que el proceso de autoevaluación es una tarea compleja, que hay que construir entre todos. “Ser innovadores, valorar a las personas y sus talentos, construir visiones estratégicas y medir constantemente sus rendimientos son parte de los desafíos que vivencian las organizaciones de clase mundial exitosas, como la Universidad de Chile”, enfatizó el prorrector, lo que conlleva la necesidad de consensuar, comunicar y hacer parte de nuestros actos diarios estas variables.
Junto con ello, Epstein destacó la necesidad de construir una estrategia que aborde la tolerancia, la valorización de lo público y la relevancia de una sana convivencia como ejes de los desafíos a abordar. Al mismo tiempo, detalló el rol que debe tener el Senado Universitario y las Comisiones Centrales y Locales en el proceso.
El vicepresidente de esta comisión, Tulio Núñez, destacó a la autoevaluación como “una herramienta que la universidad se ha dado para asegurar la calidad y la búsqueda de la excelencia, sobre la base de los principios declarados en sus Estatutos, en su Proyecto de Desarrollo Institucional, y el de sus distintas unidades, insertándose en los procesos de aseguramiento de la calidad contemplados en la nueva Ley de Educación Superior”.
Núñez destacó además que la Universidad de Chile “como una institución de Educación Superior del Estado y de carácter nacional y público, puesta al servicio del país, desarrolla la autoevaluación para buscar la excelencia, tomando en consideración los principios institucionales”.
Según lo establece el reglamento interno de la Universidad, se entiende a la Autoevaluación Institucional como un proceso sistemático en el que cada una de sus unidades académicas son representadas en instancias participativas de análisis y evaluación del quehacer universitario.