“En un recorrido que imita un viaje a través de Chile, descubrirás un fascinante panorama arquitectónico de las casas artesanales unifamiliares más representativas que construyeron nuestros primeros habitantes, algunas de las cuales ya se extinguieron, otras se hallan en vías de desaparecer y otras, en cambio, continúan vigentes en su construcción y uso”, se lee en el letrero junto a la Casa Hare Paenga (Rapa Nui) que invita a las y los visitantes a conocer El Museo de la Vivienda Tradicional Local.
La Hare Paenga es la primera de nueve casas que fueron presentadas el pasado 21 de junio, día del We Tripantu o Año Nuevo mapuche. La iniciativa es liderada por el académico del Departamento de Antropología, Manuel Dannemann, junto a académicos de las facultades de Ciencias Sociales, de Arquitectura y Urbanismo, de Ciencias Agronómicas, de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza, y de Filosofía y Humanidades, con la participación del Parque Metropolitano y el apoyo de la Universidad Diego Portales.
Tras años de planificación y arduo trabajo, el proyecto se vuelve accesible a la comunidad. “¡Hoy la familia chilena está contenta!”, exclamó en su discurso el profesor Dannemann, quien describió los múltiples objetivos de esta inédita iniciativa como la calificó la directora del Centro de Educación Ambiental Bosque Santiago del Parque Metropolitano (Parquemet), Javiera Serani, institución con la cual desde diciembre de 2011 se oficializó la mutua colaboración en un convenio, posteriormente, modificado y complementado.
“Este proyecto consiste en obtener, ordenar, conservar, investigar y mostrar manifestaciones de la vivienda tradicional de especificad local, y construcción empírica del territorio chileno, de distintas épocas, localidades, etnias, hábitos culturales, sistemas sociales, tendencias anímicas y relaciones con el medio ambiente”, expresó Manuel Dannemann.
Su objetivo principal, en palabras del profesor, es dar a conocer un área de la cultura existente en Chile, a través de la articulación de una diversidad de viviendas artesanales. Sin embargo, “no se trata solamente de rescatar museográficamente de la muerte y del olvido a viviendas que pertenecen a una época diferente y que ya no poseen vigencia como tales o que pronto serán arcaicas, sino que también se trata de entregar semblanzas de formas arquitectónicas y sistemas constructivos realmente peculiares, con comportamientos que llevan a entender y dignificar la vida de una parte de la población de este país”.
Más allá de las intenciones turísticas o de esparcimiento que puedan motivar a las y los visitantes, el profesor especializado en identidades, folclore y arte popular, enfatizó su importancia como campo experimental didáctico para investigadores, profesores, y estudiantes universitarios.
El director del Parquemet, Martín Andrade, destacó la iniciativa por promover el conocimiento y realzar el valor del patrimonio de Chile. Dichas viviendas también hablan de una vinculación muy profunda de las personas con la naturaleza. Una relación que –en gran parte– hemos perdido y si no hacemos algo, “perjudicaremos a las futuras generaciones. Aquí el patrimonio arquitectónico con el natural confluyen en una sola unidad, y eso es lo asombroso de esta iniciativa”, comentó lleno de regocijo.
Sumergiéndose en sistemas de vida pasados y presentes
El acto inaugural estuvo marcado por unrecorrido por cada una de las casas, en medio de un terreno de casi cinco hectáreas. Al seguir este sendero, el público descubrió viviendas construidas con materiales obtenidos de la propia naturaleza y que muestran, a escala real, cómo habitan o habitaban pueblos de diversas zonas del país, como Chiloé, Rapa Nui, Alto Biobío y Araucanía, entre otros.
Estas casas son:
1- Hare Paenga. Rapa Nui. Base de piedra, ramas de palma, totora y coirón. Su nombre en castellano corresponde a casa-bote, por asemejarse a una embarcación invertida.
2- Vivienda ona. Timaukel, Tierra del Fuego. De estructura de varas de lenga, cubierta parcialmente por cueros de guanaco.
3- Casa de tejuelas. Chadmo, Chiloé Insular. Su techumbre y sus muros son de tejuelas de alerce.
4- Rukatraro. Nueva Imperial, Región de La Araucanía. Su estructura está hecha de, principalmente, madera de roble y su techumbre, de paja ratonera.
5- Casa de canogas. Trapa Trapa, Alto Biobío. Está construida por tablones de madera de roble, en cuya cubierta son de forma cóncava y convexa.
6- Cocalán. Las Cabras, Región del Libertador General Bernardo O’Higgins. Ha sido nominada porque su techo es de pencas de palma chilena.
7- Cajón de La Magdalena. Cartagena, Región de Valparaíso. Con estructura de troncos de árboles nativos, como el molle.
8- Tilama. Coquimbo. Su significado se refiere a una especie de guanaco silvestre, con estructura de varas delgadas de diferentes especies vegetales y de techo de paja de trigo centeno.
9- Tangue. Coquimbo. Denominación que proviene de un ave del mismo nombre. De estructura de madera embarrada y de techumbre de totora.
El equipo de la Universidad de Chile, a cargo del proyecto estuvo dirigido por Manuel Dannemann, e integrado por los académicos Roberto Izaurieta, Patricia Vargas, Claudio Cristino, y por la funcionaria administrativa, Yolanda Quilodrán, de la Facultad de Ciencias Sociales; Ricardo Tapia, de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo; Óscar Ramírez, de la Facultad de Ciencias Agronómicas; Rosemary Garay, de la Facultad de Ciencias Forestales y de la Conservación de la Naturaleza; Eduardo Medina, de la Facultad de Filosofía y Humanidades; y Yessenia Gutiérrez, de Ingeniería Forestal, entre otras personas.
Hasta ahora, el museo cuenta con nueve casas y con materiales para la reproducción museográfica de otras dos viviendas. Quienes estén interesados(as) en conocerlo, la entrada es liberada de lunes a domingo en el Bosque Santiago del Parquemet (Avenida La Pirámide 6000, Huechuraba). |