Ruidos del entorno, mascotas, la televisión encendida, o incluso la infinidad de otros contenidos disponibles en internet a los que se pueden acceder en otra pestaña del mismo navegador, pueden ser mucho más interesantes para esta audiencia y hacer que rápidamente pierdan interés en la clase virtual. Ante este desafío, Adriana Contreras, de la Unidad de Educación Online – EOL, comparte cinco tips para lograr una clase virtual más atractiva.
El espacio
A juicio de la educadora, lo primordial es resignificar el espacio de aprendizaje, especialmente en el contexto actual de cuarentena por la pandemia de COVID-19. “La clase se debe resignificar. Educar online, en estos momentos, significa seguir estando con los estudiantes, entendiendo que aprender es una tarea permanente del sujeto, que la modalidad es un medio para lograrlo”, indicó.
En ese sentido, es el docente quien puede favorecer el aprendizaje de su audiencia y el llamado a colaborar para que esto sea posible. “Se puede apoyar más oportunamente las necesidades individuales de aprendizaje de los estudiantes, dándoles materiales de distinto nivel de dificultad, según el avance en el curso; presentar el material utilizando múltiples canales sensoriales como videos, lecturas, podcast, juegos, foros, entre muchas actividades que apuntan a sentidos diversos”.
Es importante remarcar que este nuevo escenario “no es más trabajo o una amenaza al rol del docente; la educación online es una oportunidad para los docentes de poner en juego su saber pedagógico y didáctico, y aprender algo de tecnología, al hacer el proceso de transformación de la clase tradicional a una en línea”.
Planificación
Lo segundo que se debe tener presente es la planificación. Seguramente todos los académicos y profesores conocen todos los detalles del programa de su asignatura, “sin embargo, llevar sus clases a formato online implica pensar en qué quiere que logren los estudiantes con cada contenido o tema que se trata y transformar lo que hace en su clase presencial regularmente, pensando que el soporte es otro”, como Moodle, o u-cursos y la plataforma EOL, en el caso de la Universidad de Chile.
Por eso, los profesores “deben distribuir contenidos y actividades de aprendizaje, como lecturas, presentaciones, videos, videoclases, foros, tareas, talleres, videoconferencias de Zoom, entre muchas opciones; en una planificación que le asegure que los resultados de aprendizaje se lograrán”, remarca Adriana Contreras, quien también es licenciada en educación y educadora de párvulos.
Innovar
Otra de las sugerencias para hacer las clases virtuales más atractivas es innovar. “Habitualmente los docentes reclamamos que no tenemos tiempo para introducir cambios significativos en nuestra práctica pedagógica; este es el momento de hacerlo. Aproveche esta contingencia, busque nuevas formas y herramientas. Converse con sus colegas respecto de cuáles estrategias les han resultado y cuáles no. A veces, se puede dinamizar una clase al incorporar cosas como Kahoot!, herramienta digital que permite crear preguntas o cuestionarios, para que los estudiantes pueden responder en grupos o de manera individual”, agregó.
Interacción
El cuarto criterio que no se debe dejar de lado es la interacción. La diseñadora instruccional de EOL hace hincapié en que “hacer educación en línea no es hacer un curso de video clases, o colgar documentos y ppt en plataforma. Educar en línea requiere de seres humanos que se relacionan y construyen significados colectivamente”.
“Evidentemente esta relación está mediatizada, y es el docente el que crea las instancias de interacción en foros, chat, correos, videoconferencias participativas (no charlas unilaterales), entre muchas posibilidades que presentan las plataformas y herramientas que trascienden a estas. Un buen e-learning requiere de la interacción tanto con los contenidos de aprendizaje como entre las personas que habitan el entorno virtual de aprendizaje”, acotó.
Lo lúdico
Finalmente, la experta recuerda que no se debe olvidar jugar. “Recuerde con sinceridad sus observaciones de las cátedras cuando fue estudiante, y evite reproducir los aspectos menos logrados. Una clase online efectiva es una actividad dinámica, que supera la limitación temporal y espacial del horario y la sala de clases. Incorporar elementos de gamificación a la clase online no implica infantilizar, sino buscar los medios que favorezcan el aprendizaje con sello lúdico; requiere actividad real del estudiante, y no pasar de estar sentado en una clase a estar acostado en su casa viendo un video”.
“Mientras más difícil el desafío (pero accesible), mayor es la motivación y satisfacción por el logro. La sorpresa, conocer su avance, lograr insignias, superar niveles y misiones, utilizar avatares, entre muchas estrategias de gamificación, pueden hacer de su clase online una experiencia provechosa”, finalizó.