“Muchos saben que tienen esta enfermedad autoinmune y que las enfermedades autoinmunes dan un riesgo adicional. La verdad es que eso no es así. La enfermedad celíaca, salvo por excepciones, no tiene mayor riesgo de enfermar, es una enfermedad que produce autoinmunidad pero no inmunosupresión”, señala Magdalena Araya, profesora titular del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA), quien aclara que padecerla no representa un riesgo mayor de contagio del COVID-19.
La enfermedad celíaca es una patología multisistémica provocada por el gluten, proteína presente en el trigo, la cebada y el centeno. También puede estar en suplementos, aditivos y productos para el cabello y la piel. Produce un daño en el intestino delgado y los síntomas pueden ocurrir en el mismo sistema digestivo u otras partes del cuerpo. Se manifiesta en forma diferente en cada persona y algunos no tienen síntomas, explica la profesora Araya.
La académica, también presidenta de la Corporación de Apoyo al Celíaco (COACEL), investiga la enfermedad celíaca hace al menos 30 años, “siempre en muy buena relación con el Ministerio de Salud, con el Instituto de Salud pública y con la Universidad”. En este tiempo, comenta, “hemos aprendido mucho, pero hay muchas cosas que no llegan fácilmente a la comunidad de celíacos y eso significa que el diagnóstico todavía no se hace como se debe, hay mucho subdiagnóstico sobre todo aquí en Chile". Agrega además que "los pacientes no tienen ningún trato especial para que se les privilegie en la consulta, para conseguir que les hagan los exámenes que necesitan”.
Advierte que el Estado no tiene incluida la enfermedad celíaca en ninguno de sus programas. Es cara de diagnosticar por los estudios que se necesitan y muchas veces los mismos profesionales de la salud no están capacitados para ayudar al paciente a mantener la dieta, que es su único tratamiento. “El sistema de salud en Chile es bueno para prevenir otras cosas como la desnutrición u obesidad. Pero enfermedades que tienen una incidencia un poco menor, como que pasan desapercibidas y no se hace el esfuerzo”, sentencia.
Antes, existía un celíaco cada dos mil, tres mil personas. Ahora se estima que aproximadamente un 1 por ciento de la población padece esta condición. Por eso, la profesora Araya plantea que tiene que haber una toma de conciencia para hacer un tipo de programa que favorezca a este grupo cada día más numeroso. “Aquí en Chile esto es tremendamente incipiente, nos ha costado lograr que se produzca”, dice. Sobre el proyecto conocido como ley celíaca añade: “Eso no ha sido nunca tomado en serio. Se ha dicho que se está trabajando en ello pero la verdad es que no se avanza”.
Recomendaciones de la doctora Araya y COACEL
- Vacunación. Muchos celíacos nos preguntan si deben vacunarse contra la influenza. El Ministerio de Salud de Chile define que la enfermedad celíaca es una enfermedad autoinmune, por lo tanto, los celíacos forman parte del grupo de riesgo definido por el ministerio y pueden solicitar que les coloquen la vacuna contra la influenza en el CESFAM que les corresponda.
- Protección contra el contagio. La buena noticia es que los celíacos que mantienen una dieta estricta libre de gluten están protegidos de los riesgos que implica la enfermedad. Tienen su estado de salud y su sistema inmune en buenas condiciones y, por lo tanto, tienen la misma posibilidad de contagio que el resto de la población. Este es otro de los motivos de por qué deben mantener la dieta libre de gluten estricta.
- Alimentación saludable libre de gluten. En estos días es difícil abastecerse de todos los alimentos que habitualmente consumimos, especialmente los alimentos procesados libres de gluten, que en general se venden en supermercados. La recomendación es tratar de basar la alimentación en alimentos naturales y mínimamente procesados, como son las legumbres (lentejas, porotos, garbanzos), frutas y verduras, huevo, leche, yogurt, queso y carnes (pollo, pavo, pescado, vacuno, cerdo).
- Elaborar nuestros alimentos en casa, nos ayuda a bajar los costos y a hacer las preparaciones que nos gustan. La mayoría de las comidas típicas chilenas pueden ser libres de gluten teniendo algunas consideraciones de los ingredientes a utilizar: cazuela, carbonada, tomaticán, guiso de lentejas, pastel de choclo, porotos granados, etc. Las múltiples ofertas actualmente disponibles de comidas preparadas son riesgosas para los celíacos, hay que tener más cuidado que nunca en las opciones que se acepten, ya que no hay manera de cerciorarse que sean realmente seguras.