A lo largo de su historia, la Universidad de Chile y el Instituto Nacional han estado unidos. Desde sus orígenes, que se remontan al siglo XIX, ambas instituciones han estado ligadas y siempre guiadas por el fortalecimiento y defensa de la educación pública. La larga historia que comparten hoy se hace aún más latente, tras el convenio que firmó el plantel estatal con la Municipalidad de Santiago, en su calidad de sostenedor del liceo, enfocado en siete áreas claves, consensuadas entre ambos establecimientos.
El objetivo es generar instancias de trabajo colaborativo, de innovación y de apoyo transdisciplinario para fortalecer al liceo más antiguo del país, a partir del intercambio de experiencias entre quienes forman parte de la Universidad de Chile, y quienes están hoy en el Instituto Nacional.
Las áreas en que se trabajará conjuntamente y con un objetivo a largo plazo son: Proyecto educativo institucional, dimensión socioemocional o bienestar subjetivo, dimensión pedagógica, apoyo a la educación remota, apoyo vocacional y habilidades del siglo XXI, equidad de género y extensión educativa.
En la U. de Chile el equipo educativo será coordinado y liderado por la directora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación, Alejandra Mizala, y por Cristina Arenas, directora ejecutiva del Programa Transversal de Educación. Participan, liderando las distintas áreas, académicos y académicas de las facultades de Filosofía y Humanidades, Ciencias Sociales, Ciencias Físicas y Matemáticas y Medicina; y equipos profesionales del Centro Saberes Docenes, del programa PACE U. de Chile, de la Unidad de Educación Online de la Vicerrectoría de Tecnologías de la Información (VTI), y de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones. Mientras desde el liceo, habrá equipos espejos, liderados por Rectoría, la Unidad Técnica Pedagógica (UTP), el profesorado, apoderados y alumnos.
Para la profesora Alejandra Mizala, el acuerdo firmado “se trata de un trabajo conjunto con la comunidad educativa del Instituto Nacional con un enfoque integral cuyo fin es reinstalar al Instituto como un baluarte de la educación pública”.
Asimismo, Cristina Arenas, dijo que espera que esta alianza “se desenvuelva y fortalezca en un marco de horizontalidad y de co-construcción participativa y, una vez que este convenio y sus pilares de desarrollo sean conocidos por la universidad, que otros actores puedan sumarse a esta iniciativa, integrando su experiencia y voluntad a los equipos de trabajo que se están conformando”.
Para la directora del establecimiento, Patricia Beltrán, la iniciativa de colaboración en conjunto con la U. de Chile, “es súper importante, porque creo que la educación para el siglo XXI y para nuestros estudiantes viene desde otra perspectiva. Esperamos seguir trabajando juntos varios años más”.
La profesora, exrectora del liceo y quien coordinará el programa, Lili Orell, señaló que “lo más importante es que aquí no es que una institución va a ayudar a otra, sino que dos instituciones educativas emblemáticas de nuestro país van a trabajar en conjunto para fortalecer la educación pública”.
Martín Quevedo, representante del Centro de Estudiantes del Instituto Nacional, y quien ha participado de reuniones y conversaciones entre ambos equipos, aseguró que es una gran oportunidad para el liceo y sus alumnos contar con el apoyo de la U. de Chile. “Estamos agradecidos por todas estas gestiones que se han estado dando. Creemos que esto va a ser un apoyo súper grande para todo lo que tenemos que afrontar ahora en adelante”, indicó.
La ceremonia
La actividad de firma de convenio se desarrolló en el Salón de Honor de la Municipalidad de Santiago, hasta donde acudieron el Rector de la U. de Chile, Ennio Vivaldi y la vicerrectora de Asuntos Académicos, Rosa Devés, a reunirse con el alcalde Alessandri y las autoridades del Instituto Nacional.
En la instancia, el Rector destacó la importancia de que exista una articulación en todos los niveles, asegurando que “es un contrasentido pensar que pudiera haber una universidad pública sino existe al mismo tiempo una articulación de un sistema de educación terciaria público, con un sistema de educación medio y básico del mismo caracter. Por lo tanto, nosotros nos sentimos más que ir a meternos a un campo distinto que es la educación media, estamos cumpliendo realmente con la misión que sentimos como más auténticamente propia, la articulación de las distintas etapas de la educación”.
El Rector, añadió que “este trabajo transdisciplinar representa una oportunidad para ambas instituciones, pero sobre todo para el país porque el resultado de este trabajo colaborativo entre ambas comunidades educativas, deberá constituirse en un referente para el fortalecimiento y la articulación entre niveles de la educación pública”.
Asimismo, la vicerrectora Devés afirmó que el trabajo con el Instituto Nacional “reunirá a las múltiples capacidades de la Universidad de Chile en el ámbito de la educación en pos del objetivo común de aportar a la calidad de la educación pública”. Para la académica, es “una iniciativa de gran valor para nuestra institución porque a través de ella cumple con su misión, fortalece sus capacidades generando sinergias entre la labor que realizan distintas unidades académicas, y se aboca a un trabajo desafiante que será una instancia de aprendizaje para todos”.
El alcalde Felipe Alessandri destacó la larga historia que comparten ambas instituciones y aseguró que “desde sus inicios, el Instituto Nacional y la Universidad de Chile han estado unidas, por eso lo que estamos haciendo hoy día es firmar este convenio que busca retomar ese nexo, que tienen desde su génesis”. Precisó además que se busca “fortalecer y dar continuidad a ese nexo histórico educacional que tienen ambas instituciones señeras de la república, y fortalecer finalmente a nuestro foco de luz de la nación, a nuestro Instituto Nacional”.
Equipo transdisciplinario de académicos e investigadores y sus lineamientos
Dimensión pedagógicaEl objetivo es generar una reflexión común, con miras a revisar el proyecto educativo institucional e incorporar un modelo educativo que vaya más allá del resultado, que sea reflexivo, crítico y colaborativo. La primera misión será responder a una priorización curricular debido a la pandemia, para lo cual tienen que presentar un plan para 2020- 2021. Valeria Herrera, académica de la Facultad de Ciencias Sociales, será quien coordiné dicha área y sostuvo que, “el cambio en el modelo educativo será una construcción que se haga a partir de una reflexión común y colaborativa, que revise la propuesta clásica y verticalista de organización del currículo y avance hacia un modelo educativo como base de la transformación pedagógica y de un encuentro de identitario en lo público de ambas instituciones”. |
Dimensión socioemocional o bienestar subjetivoSe centrará en un cronograma de trabajo, con objetivos y metodologías y estrategias a desarrollar en conjunto, en temas como depresión y riesgo suicida en adolescentes, en el trabajo o bienestar emocional de los docentes y funcionarios en general, y se entregarán herramientas de apoyo a toda la comunidad escolar. “Nosotros tenemos experiencia en investigar y en evaluar. Es importante poner eso a disposición del Instituto Nacional para que las acciones que realicemos, sepamos si están sirviendo o si les hacen sentido, si es que es útil y es lo que necesitan”, plantea Vania Martínez, académica de la Facultad de Medicina y quien trabajará junto al psicólogo Pablo Valdivieso, de la Facultad de Ciencias Sociales. |
Apoyo a la educación remotaSe contempla que los docentes puedan acceder a infraestructura TI, herramientas y plataformas, así como a formación continua en el desarrollo de competencias en el uso de estas tecnologías para la enseñanza y la evaluación remota. Desde la U. de Chile, encabezará su desarrollo la directora del proyecto EOL, Cecilia Saint-Pierre. Para la profesional, lo más importante es escuchar a la comunidad, “en cuanto a sus necesidades y levantar los proyectos en conjunto con ellos”. Además, sostiene que se buscará “apoyar a la comunidad a desarrollar un modelo pedagógico para la educación online, en conjunto con los pilares de educación pedagógica y el pilar de proyecto educativo”, no solo en contexto de pandemia sino también a futuro. |
Extensión educativaDesde el plantel estatal, estarán a cargo Svenska Arensburg, directora de Extensión, y Alejandra Araya, directora del Archivo Central Andrés Bello, núcleo patrimonial de la Universidad de Chile. Este pilar “apunta a crear, promover y desarrollar procesos permanentes de interacción e integración entre el quehacer de la universidad y la comunidad institutana, con el fin de favorecer un diálogo que apunte al desarrollo ciudadano, y los vínculos entre patrimonio y memoria, social y cultural”, sostiene Araya. |
Proyecto Educativo Institucional (PEI)Esta área estará a cargo de Óscar Aguilera, académico del Departamento de Estudios Pedagógicos de la Facultad de Filosofía y Humanidades. El objetivo, explica Aguilera, es “acompañar la necesaria reestructuración y actualización del Instituto Nacional, procesar todo lo que tienen que ver con las distintas visiones respecto a lo que define identitariamente al liceo y reelaborar horizontes compartidos para toda la comunidad”. |
Apoyo vocacional y habilidades del siglo XXIEl coordinador del Programa de Acompañamiento y Acceso Afectivo a la Educación Superior (PACE), Fabián Retamal, será el encargado de dirigir esta área, sobre la cual, indicó se espera “poder fortalecer las capacidades de los docentes, de los equipos de orientación y abrir más oportunidades para que los estudiantes puedan construir un proyecto de vida informado de acuerdo a sus intereses y las distintas realidades de las familias”. Además, apuntarán a “ver cómo ese proyecto de vida se enlaza al interior de la escuela; que el establecimiento lo incorpore como parte de su quehacer y la universidad también se responsabilice en términos de ofrecer oportunidades”. |
Equidad de géneroEste pilar estará liderado por Gabriela Martini, directora de Saberes Docentes. La también profesora de la Facultad de Filosofía y Humanidades explica que han estado trabajando en el último tiempo con la comunidad educativa, y que ahora, toma más fuerza esta vinculación porque “se abre una nueva e histórica etapa con la futura entrada de estudiantes mujeres al Instituto, y particularmente con la incorporación de la perspectiva de género en diversas dimensiones de la experiencia educativa”. En este contexto, agregó, el objetivo es “aportar a un proceso de carácter histórico que transformará una institución de más de 200 años, que cumple un rol señero para la educación pública en el país”. |