Durante los últimos años, la ingeniería se ha encargado de explorar nuevas fronteras para la generación de nuevas tecnologías resilientes y que contribuyan al fortalecimiento de las capacidades del país. Por ello, a partir de 2015, Chile adoptó la Agenda 2030 que contempla los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible para proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.
En este contexto, la Universidad de Chile, mediante el trabajo impulsado por la Vicerrectoría de Investigación y Desarrollo (VID), se ha posicionado como líder nacional en la materia, logrando más de 70 tecnologías transferidas, 120 contratos de licenciamiento y 12 centros tecnológicos durante el 2020.
El director de Innovación de la VID, Carlos Saffie, destacó que "la ingeniería en Chile ha tenido un rol preponderante en el progreso de las diferentes industrias productivas, civiles y militares. También en la implementación de servicios básicos del país, contribuyendo con la adopción de nuevas tecnologías y la creación de nuevos procesos de desarrollo mediante el uso de energías renovables. De esta manera, destacan procesos de extracción de materias primas con menor huella de carbono y sistemas de reutilización de residuos, entre otros ejemplos de transición hacia un desarrollo más sustentable. Como Universidad, además de contar con un tradicional prestigio en formación de estudiantes, nos hemos involucrado en diversas investigaciones nacionales e internacionales para abordar estos grandes desafíos".
El Chile del futuro
Tras la crisis mundial por COVID-19, la economía nacional presentó una baja del 3,1% durante el mes de enero 2021, de acuerdo con el Índice Mensual de Actividad Económica (Imacec). Sin embargo, la Casa de Bello se ha encargado de fomentar, articular y poner en valor la investigación e innovación como pilares fundamentales para el desarrollo del país, mediante redes de investigación transdisciplinarias, actividades de extensión, y acuerdos con instituciones públicas y privadas, entre otras.
Un ejemplo de ello es la iniciativa “Fabricación solar de nanotubos de carbono multifuncionales para el mercado de nanomateriales”, liderada por el Académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Francisco Gracia. El proyecto recientemente patentado, se enfoca en el diseño de un prototipo que permite la elaboración de nanotubos de carbono a partir de plásticos con el uso de la energía solar, disminuyendo los costos de producción e impactando de manera directa en la utilización de remanentes de la industria para contribuir en la disminución de desechos.
Para el profesor Gracia, “hoy en día es un requisito para nuestra sociedad hablar de desarrollo sostenible. Es difícil seguir nuestro modo de crecimiento con iniciativas aisladas o esporádicas, por eso tenemos la responsabilidad de buscar un desarrollo armónico y sostenible de nuestra sociedad. Esto puede ser posible gracias a la ingeniería, pues nuestras áreas de desempeño tienen relación directa con los efectos que observamos diariamente”.
Por otro lado, la minería se ha posicionado como una de las actividades económicas más importantes en Chile al instalarse como el segundo proveedor de litio en el mundo. Sin embargo, los procesos de extracción pierden cerca del 85-90% del agua contenida. Por ello, el investigador del Centro Avanzado de Tecnología para la Minería (AMTC), Humberto Estay, impulsó el proyecto “Proceso de purificación y concentración de litio de salmueras extraídas de salares (LiSa)”. La iniciativa actualmente se encuentra en proceso de patentamiento y busca entablar un proceso en dónde se pueda rescatar el agua para ser retornada al salar a través de la cristalización por membrana, permitiendo transferirla desde la salmuera a la corriente de agua fresca.
De acuerdo con el profesor Estay, “como Universidad de Chile tenemos la labor de ser un aporte a la sociedad mediante la transferencia de los conocimientos e investigaciones que permitan mejorar la vida de las personas y avanzar hacia un desarrollo sostenible. Por eso, este proyecto es importante, pues podemos recuperar un 90-95% del agua a bajas temperaturas, ocupando solo energía solar y permitiendo generar una nueva fuente de agua que no afecta al balance hídrico capaz de abastecer a toda una comuna”, indicó.