Generar impactos productivos, económicos y sociales en Chile, mediante proyectos de I+D aplicada que puedan convertirse en nuevos productos, procesos o servicios, es el objetivo del Concurso IDeA Investigación Tecnológica de Fondef. En su novena edición, la convocatoria seleccionó 21 iniciativas a nivel nacional y la Casa de Bello destacó con tres propuestas adjudicadas que contribuirán en áreas relacionadas con la economía circular, la farmacología y la hidrometeorología.
Los proyectos cuentan con una prueba de concepto, modelo o prototipo validado a pequeña escala, por lo que hasta ahora sus resultados han demostrado utilidad en el mundo real. De esta manera, con el financiamiento obtenido, se dará continuidad a la investigación para lograr su aplicación productiva o implementación en el plano social en un plazo de 24 meses.
La directora de Investigación de la VID, Silvia Núñez, se refirió a la importancia de esta convocatoria. “Estamos satisfechos con los resultados de esta edición y seguiremos trabajando por mejorar, ya que este concurso financia pocos proyectos en general, siendo muy cotizado por las y los investigadores. Se instala como una oportunidad para avanzar desde la investigación básica hacia aplicaciones o productos. Por tanto, esperamos que en el futuro estas líneas tengan mayores recursos, pues desde el estallido social y con la llegada de la pandemia, hemos aprendido la importancia de ir innovando y utilizando conocimientos de base que pueden servir para el desarrollo en diversas áreas”, destacó.
Investigación científico-tecnológica con alto impacto económico y social
Entre los proyectos seleccionados se encuentra “Reciclaje químico de residuos de poliestireno para obtención de estireno y su incorporación a una economía circular”, liderado por el Académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Humberto Palza. La iniciativa nace desde la colaboración entre investigadores U. de Chile, el Centro de Envases y Embalajes de Chile (CENEM) y la empresa Coexpan, para contribuir con capacidades tecnológicas en el cumplimiento de las metas de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (REP), al establecer que para 2030 se deberán valorizar al menos un 45% de los residuos de poliestireno al año.
En el país se producen 26 mil toneladas de residuos de envases y embalajes de poliestireno anualmente, de los cuales menos del 1% es valorizado, ya que las tecnologías disponibles son limitadas y poco sustentables. Como consecuencia, la industria no recupera el valor económico de los residuos y los océanos acumulan 150 millones de toneladas de plásticos, generando pérdidas de hasta USD 25 millones cada año.
El Profesor Palza, indica que la investigación dará valor agregado a los residuos del poliestireno a través del reciclaje químico. “Con este proceso se pretende obtener estireno, un solvente orgánico de alto valor comercial que podrá ser utilizado en el proceso de valorización de las botellas de PET, para obtener finalmente resinas comerciales que produzcan fibras de vidrio. De esta manera, se generará un impacto social al trabajar con la asociación de recicladores de base y también se evitará que los residuos lleguen al medio ambiente”, comentó.
Otra de las iniciativas adjudicadas fue “Validación Clínica e implementación de un algoritmo farmacogenético para la dosificación de acenocumarol en pacientes con fibrilación auricular, para mejorar la calidad de la profilaxis antitrombótica”, a cargo del Académico de la Facultad de Medicina, Luis Quiñones. Esta propuesta forma parte del trabajo impulsado junto al Servicio de Salud Occidente y las doctoras Angela Roco y Elena Neto, con quienes ha investigado durante 9 años las diferencias de respuesta a la terapia anticoagulante de pacientes chilenos.
Hasta ahora, la investigación ha encontrado los genes, las variantes génicas y las características personales que afectan la respuesta a este tipo de tratamiento, por lo que se construyó un algoritmo farmacogenético que se instala como el primer sistema predictivo en Latinoamérica para dosificación de Acenocumarol según los requerimientos de cada persona. De esta manera, ayudará a disminuir los riegos de cuadro trombótico o una complicación hemorrágica al tratar con fármacos de vitamina K, como Warfarina y Acenocumarol, teniendo en cuenta que estos accidentes pueden generar un costo anual para los pacientes que supera los 34 mil millones de pesos.
Con el financiamiento obtenido se reclutarán 240 pacientes del Hospital San Juan de Dios. El Profesor Quiñones destaca que “el proyecto pretende validar clínicamente el algoritmo farmacogenético para disponer de una herramienta clínica en formato de software que podrá ser implementada en hospitales del país. En consecuencia, se evitarían accidentes cerebrales trombóticos o hemorrágicos por mala dosificación del anticoagulante acenocumarol en personas con fibrilación auricular (frecuencia cardiaca irregular)”.
En tanto, el proyecto “Sistema Híbrido de Pronóstico de Caudales de Deshielo basado en Modelamiento Hidrometeorológico”, está encabezado por el Académico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, James Mc Phee. Esta investigación busca implementar metodologías avanzadas, con métricas objetivas de calidad y estimaciones de incertidumbre asociada, para predecir con antelación la cantidad de agua en los ríos cordilleranos durante la temporada de deshielo (primavera y verano).
La información obtenida a partir de esta iniciativa permitirá planificar actividades productivas e implementar medidas de adaptación al cambio climático. El Profesor Mc Phee señaló que “se proveerá información de libre acceso, rápida actualización y cobertura amplia sobre el dominio espacial de la zona central de Chile, al menos entre Coquimbo y Ñuble. Junto al equipo investigador queremos mejorar el proceso de toma de decisiones de usuarios del agua, con información confiable y robusta en condiciones climáticas cada vez más cambiantes”.
El equipo de trabajo ya ha realizado modelos de pronóstico de caudales de deshielo para seis cuencas de la Región del Maule, de las cuales cinco no contaban con ningún tipo de pronóstico disponible. Por ello, la herramienta que se desarrollará en este proyecto permitirá automatizar la generación de los pronósticos, poniéndolos a disposición con mínima inversión de recursos y haciendo uso de la información proveniente de plataformas en terreno, satélites y modelos climáticos globales.