Las clases comenzaron el pasado 22 de marzo

El nuevo año académico desde la mirada de los y las estudiantes

El nuevo año académico desde la mirada de los y las estudiantes
Diego Aracena, estudiante de segundo año.
Diego Aracena, estudiante de segundo año.
Maira Barra, estudiante de tercer año.
Maira Barra, estudiante de tercer año.
Bienvenida virtual de estudiantes de segundo año a mechones/as de la carrera.
Bienvenida virtual de estudiantes de segundo año a mechones/as de la carrera.

Periodista: ¿Cómo evalúan el desarrollo académico y de comunidad del año 2020? ¿Cómo lo tomaron de manera personal?


Diego Aracena (2do año): Creo que el desarrollo de la actividad académica fue creciendo durante el año académico. Recuerdo que, a principios del primer semestre, muchos profesores no sabían grabar las clases, mantenían los horarios presenciales estando cerca de dos horas frente a la pantalla casi de manera continua. Nosotros los estudiantes tampoco sabíamos muy bien cómo iba a funcionar la modalidad, cómo se garantizará el acceso a las clases a aquellos compañeros que no tenían los medios, tales como, internet, computador, etc. Tras todas estas problemáticas, a partir del segundo semestre, se fueron solucionando todas estas situaciones, entregando chips, el protocolo de docencia, los profesores tenían más experiencia sobre el manejo online. Por lo que creo, que el desarrollo fue positivo.


Maira Barra (3er año): Personalmente, diría que fue un ensayo y error constante; tanto en cómo nos relacionamos entre la comunidad, así como en el ámbito del desarrollo académico, pues la única forma de saber si estas maneras de aplicar las evaluaciones, clases e instancias de reunión, ha sido arriesgándonos a los planes que, pensábamos, podrían resultar y probar. Nada más que eso. Por mi parte, agradezco la flexibilidad y el acompañamiento que existió por parte de mis profesores y profesoras, tanto como la de mis compañeres. Tengo muy claro que sin la ayuda de estas personas no hubiese podido con todo lo que significó el 2020, por lo que espero que las demás personas que se encontraban en una situación mucho más crítica, hayan podido sentirse de esta misma forma.

P: ¿Cómo crees qué será este año nuevo académico?


D.A: Creo que este año nuevo será mejor en cuanto a la modalidad y la forma de trabajo académico. Siento que muchos de los profesores han atendido a las nuevas circunstancias y han cambiado su forma de hacer clases, su forma de evaluar, su forma de relacionarse con los estudiantes. En mi experiencia, hasta ahora, ha sido muy reconfortante sentir la preocupación que tienen los profesores sobre la forma en la que nos enfrentaremos este nuevo semestre.


M.B: Puesto que nadie se encontraba preparado para afrontar una pandemia como lo ha sido la del COVID-19, ya sea desde lo económico, familiar, emocional y social, queda más que claro que no ha sido fácil el panorama, pues no teníamos precedentes de cómo actuar como comunidad. Sin embargo, por lo que hemos visto en la primera semana de clases, muchos y muchas estudiantes compartimos sensaciones en común. Estas van desde el cansancio predominante, la ansiedad, hasta el entusiasmo y la motivación por aprender más este año. Personalmente, siento un poco de todas las que nombré anteriormente, pero predomina el entusiasmo por aprender, ahora sabiendo aplicar métodos preventivos ante situaciones que ya experimenté durante el primer año online.


P: ¿Cuáles creen que serán los principales nudos críticos?


D.A: Creo que son difícil de determinar los nuevos nudos críticos, pues el futuro es incierto, sin embargo, creo que lo principal será mantener los avances logrados y seguir trabajando en pos de una mejor educación online, de la misma forma, el saber comprender y enfrentar los nuevos desafíos que surjan, atendiendo las nuevas circunstancias, como lo es la actual situación de pandemia, donde hemos alcanzado los peaks de contagios. Además, la problemática de la salud mental en los estudiantes debe mantenerse como foco y la comunidad académica debe velar por ella.


M.B: Creo con fuerza que uno de los principales nudos es y será la dificultad y desigualdad socioeconómica que existe entre quienes conformamos la comunidad universitaria. Ya vimos, a través de catastros, los resultados sobre la conexión que poseen muchas personas, así como un espacio tranquilo para estudiar, un ambiente familiar amigable con el estudio o la misma tranquilidad socioeconómica. Deseo que este año se desplieguen herramientas de acción como apoyo emocional, académico y económico, lo cual es un pilar fundamental para la tranquilidad de muches estudiantes que deben contribuir en sus familias y/o sostener un hogar. Si bien existen ayudas en becas, así como bonos desde el gobierno, sabemos que muchas veces estos no alcanzan o muchas personas no cumplen con los requisitos para obtenerlos, a pesar de presentar problemas, por lo que ese sería el eje central que se debería trabajar. A la par de este tema, quisiera destacar la gran labor que ejerció el año pasado el “Comité de Apoyo Solidario FACSO” al hacerse cargo de los problemas que quizás no les competían directamente, pero que aun así enfrentaron con rebeldía y muchísima unión, puesto que era indignante ver que el año avanzaba para unos, mientras que otros debían luchar de manera injusta contra la corriente de la desigualdad.


P: Para finalizar ¿qué mensaje le darías a los nuevos estudiantes de nuestra carrera?


D.A: Les diría que no le tengan tanto miedo a los profesores, a los ramos, a la modalidad online. Los profesores han demostrado tener un compromiso por el bienestar de los estudiantes y preocupación por el aprendizaje de los alumnos. La universidad no es tan terrible como se inculca desde la enseñanza media. El primer semestre de psicología más que aprender conceptos teóricos es para comprender al sujeto de estudio, dónde está puesta la psicología actualmente, cómo está Chile actualmente en salud mental; más que preocuparse por acordarse de lo que es el paradigma sistémico, los invitaría a comprender a la psicología. Por otro lado, siempre estaremos sus compañeros de segundo, sus ayudantes, sus padrinos, sus mismos compañeros de generación para ayudarlos a resolver las dudas, inquietudes, incluso para conversar de manera informal y despejar la mente del ámbito académico. A lo que me refiero con esto último, es que no se sientan solos, porque estamos todos nosotros para apoyarlos.


M.B: En primer lugar, me gustaría desearles una muy grata bienvenida a todes quienes ingresan o se reintegran este año a la Universidad de Chile. No han sido tiempos fáciles para nadie y las dificultades para entrar a estudiar son múltiples, más si le sumamos una pandemia que ha dejado muertes y miles de contagios a lo largo del país y del mundo. Posterior a ese primer saludo, me gustaría comentarles un poco cómo ha sido para mí ser parte de esta carrera, en esta universidad en específico. El año de ingreso a psicología para mí se remonta al 2019, año que como todes sabemos, fue histórico y lleno de cambios sociales. Entré siendo una mechona que recién había salido del liceo, uno de región y municipal. Llegar a Santiago y entrar a esta universidad me permitió descubrir un mundo lleno de realidades, unas muy distintas a otras, pero en general me encontré con un ambiente que me encantó y entregó momentos llenos de felicidad y consciencia por lo humano. No me arrepiento ningún día de haber elegido esta institución y me emociona saber que a pesar de que este último tiempo no ha sido presencial, se pueden armar lazos preciosos. Tengo compañeres con corazones llenos de humanidad y ganas de cambiar muchas cosas establecidas que actualmente no son beneficiosas para el general de la población y eso es muy admirable. La mirada crítica y política es clave en la facultad y la carrera, y me gusta saber eso, pues alguien que sólo se dedica a estudiar y recibir información como si fuera una hoja en blanco que sus profesores deben llenar, no será una persona que se pare frente al mundo con una postura definida o ideal ante la vida, lo cual hemos comprendido a través de distintas cátedras que sería muy desolador. Recomendarles que disfruten siempre de todas las oportunidades que tengan de compartir con gente de otras carreras, de aprovechar al máximo las cátedras, talleres, conversatorios, aprender cosas nuevas, y nunca cerrarse a las experiencias en las cuales puedan trabajar con territorios y grupos humanos que sí o sí enriquecerán su vida. No hay mejor trabajo que el que es compartido y hecho con amor. Ojalá podamos volver pronto a la presencialidad, si es que logramos detener un poco la situación actual, pues todes merecen vivir esta experiencia universitaria tan linda y que muchas veces se hace tan corta, por lo maravillosa que es.