Recopilar información para generar políticas públicas a nivel local e internacional, promover discusiones sobre intervenciones y estrategias educativas, y ofrecer una base empírica sólida para formular políticas durante desastres biológicos, optimizando tanto la salud pública como la continuidad educativa.
Estos son algunos de los objetivos del artículo "Escuela y educación en contextos de desastres socionaturales biológicos: una revisión sistemática necesaria”, desarrollado por las y los académicos del Departamento de Psicología Adriana Espinoza Soto y Roberto Fernández Droguett, y la Estudiante del Doctorado en Psicología, Irene Villalobos Saldivia. En el caso de esta última, el trabajo se enmarca en la elaboración del problema para su tesis de doctorado.
Luego de revisar 43 artículos de estudios empíricos sobre escuela y educación en contextos de desastres socionaturales biológicos, el trabajo publicado en la revista Estudios Pedagógicos (EPED) de la Universidad Austral de Chile, identifica problemas como la segregación, la deserción escolar y la salud mental, proponiendo intervenciones específicas y destacando la necesidad de reducir la brecha digital. También, evidencia el cambio en el rol docente con la educación virtual y promueve programas de capacitación. Igualmente, aborda la importancia del apoyo a la salud mental y sugiere estrategias educativas flexibles para futuras contingencias.
Los resultados
Los resultados de la revisión resaltan desafíos y oportunidades, haciendo hincapié en la importancia de políticas educativas sólidas y estrategias adaptativas para enfrentar crisis futuras y garantizar el acceso equitativo a la educación.
En lo que respecta a salud mental, este ámbito fue trastocado para padres, estudiantes y docentes, marcados por la incertidumbre económica y la adaptación a la enseñanza virtual. “A pesar de esto, las y los docentes mostraron resiliencia al implementar intervenciones para mejorar el bienestar emocional del estudiantado. Los hallazgos evidencian la necesidad de políticas públicas que aborden la salud mental y la brecha digital, garantizando apoyo equitativo y promoviendo una educación de calidad para todos”, argumenta la académica Adriana Espinoza Soto.
Las tecnologías también fueron parte relevante del contexto de pandemia, especialmente en el campo educativo. En este ámbito, las investigaciones abordadas en la muestra evidenciaron diferencias en efectividad entre escuelas privadas y públicas. En consideración a estos datos, detallan, “persisten desafíos como la brecha digital y la capacitación docente, dando cuenta de la necesidad de invertir en infraestructuras digitales y formación continua para el futuro”.
En este sentido, el equipo investigador pone énfasis en la necesidad de integrar habilidades en TIC en la formación docente, abordando desafíos como la falta de acceso a internet y dispositivos electrónicos en los hogares de las y los estudiantes. Por consiguiente, argumentan la importancia de desarrollar estrategias adaptativas para acortar las brechas educativas.
“Cabe mencionar que la resiliencia y creatividad de las y los profesores fueron fundamentales para mantener la continuidad educativa y mejorar las estrategias para el aprendizaje”, precisa la estudiante del Doctorado en Psicología Irene Villalobos Saldivia.
Consideraciones metodológicas
Para este estudio el equipo investigador utilizó la estrategia PRISMA “que asegura un proceso metodológico riguroso y transparente, minimizando sesgos y garantizando la calidad en la recopilación de investigaciones sobre escuela y educación en desastres socionaturales biológicos de la última década”, describe la estudiante del Doctorado en Psicología Irene Villalobos Saldivia.
En términos metodológicos, la revisión revela que la mayoría de los estudios empíricos del campo educativo para este tema son cuantitativos (58,1%), seguidos por los cualitativos (25,6%) y los mixtos (16,3%). Considerando esto último, el equipo investigador releva la necesidad de “investigar con y para las comunidades educativas tanto en zonas rurales como urbanas”, considerando específicamente “estudios narrativos, como el análisis crítico de discursos (ACD) o producciones narrativas, los cuales permiten profundizar en el conocimiento situado”. Esto último, detalla el académico Roberto Fernández Droguett es un tipo de metodología que “permite relevar la experiencia de las personas y grupos humanos a través de sus propias palabras manteniendo la complejidad y profundidad de esta experiencia”.
Finalmente, el equipo investigador sostiene que se trata de una temática sumamente relevante y que ha sido poco investigada en el país. Aunque puede parecer una cuestión evidente, no lo es, especialmente cuando se considera su contribución a la comunidad internacional.
El estudio se encuentra disponible en el artículo completo AQUÍ.