“Impacto de la ley chilena de etiquetado en el sector productivo alimentario”. Este es el título del informe dado a conocer por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) que evalúa la respuesta de la industria de alimentos de nuestro país a la implementación de la primera fase de la Ley de Composición Nutricional de los Alimentos y su Publicidad, más conocida como la Ley del Etiquetado, norma que entró en vigencia en 2016.
La investigación, de carácter cualitativo, fue realizada por la Dra. Camila Corvalán y Dra. Marcela Reyes, académicas del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos (INTA) de la Universidad de Chile; la profesora Teresa Correa, de la Escuela de Comunicaciones de la Universidad Diego Portales, y el profesor Guillermo Paraje, de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez. En ella, se analizó los efectos de la Ley 20.606 que mandató la incorporación de la advertencia “ALTO EN” en alimentos con altos contenidos de azúcares, sodio, grasas saturadas o energía, y la prohibición de su venta en escuelas y de publicidad enfocada hacia menores de 14 años.
La Ley de Etiquetado tuvo como objetivo principal la transformación de los entornos alimentarios para que fuesen más saludables e influenciaran la conducta de las personas, desincentivando la compra y el consumo de alimentos no saludables. En este sentido, el sector productivo de alimentos tuvo un papel muy activo durante la discusión e implementación de la norma, teniendo como mayor preocupación el impacto que podría tener sobre su rubro.
Este informe evaluó cuatro aspectos de la respuesta en la implementación de la primera fase de la ley: 1) actitudes de los actores principales del sector alimentario, 2) reformulación de alimentos, 3) uso de sellos como estrategia de marketing y 4) impacto sobre variables del sector manufacturero y comercial.
El trabajo, a grandes rasgos, concluyó que la industria de alimentos mostró un buen cumplimiento en el uso de los sellos. La positiva respuesta abarcó también la reformulación y desarrollo de nuevos productos y el ajuste también de sus campañas de publicidad y marketing. Además, se observó que no hubo ningún impacto en cuanto a empleos, salarios y producción física del sector alimentario.
Es importante tener claro que esta información es un insumo adicional a la discusión del impacto de las leyes de etiquetado que se están implementando en diversos países de la Región.