Se trata de una iniciativa que tiene como objetivo convocar a 11 instituciones académicas de Latinoamérica. La Alianza Latino Americana de Salud Global (ALASAG) tiene como objetivo discutir los principales desafíos que debe enfrentar la salud a nivel global para mejorar la calidad de vida en aquellos grupos de personas más vulnerables que se han visto aún más afectadas por culpa de la pandemia por el Covid-19.
En esta línea, la equidad, igualdad, la distribución de vacunas y la propiedad intelectual de estas, junto con la brecha social, son temas trascendentales en la discusión y análisis durante este año.
Alex Alarcón, integrante del Programa de Salud Global de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile, encabezará la Secretaría Ejecutiva de la Alianza Latino Americana de Salud Global, quien se refirió a los retos que enfrentará la entidad este 2021.
¿Qué le parece asumir la Secretaría Ejecutiva de la Alianza Latino Americana de Salud Global este 2021?
Para nosotros es un privilegio porque además estamos en una situación compleja a nivel mundial, y con mayor razón la salud global, conceptualmente, nos invita a la cooperación internacional. Creo que tenemos un rol que cumplir respecto a la evidencia científica de cómo los países han respondido a la pandemia, no todos han avanzado de la misma forma, hay que analizarlo. También vamos a avanzar fuertemente en abogar por un mundo más igualitario y equilibrado respecto a la distribución de fármacos, vacunas, o la defensa que se debe hacer a países que son más vulnerables, que tienen menores ingresos y acceso, por lo tanto, vamos a trabajar liderando desde la Secretaría, desde la Presidencia, estas dos grandes temáticas.
¿Cuáles son los lineamientos que quieren abarcar, teniendo en cuenta la crisis sanitaria que existe en el mundo?
A parte de fortalecer la alianza latinoamericana de salud global, donde la Universidad de Chile juega un rol importante, es poder aumentar la visualización de esta imagen institucional, queremos ser un referente en Latinoamérica para los temas de Salud Global, también queremos promover la igualdad y la equidad de género en las dimensiones sociales, económicas y ambientales, incluyendo el género. Creemos que los liderazgos femeninos tienen que tener una mayor visibilidad en salud pública y en salud global en particular, le vamos a dar mucho énfasis.
Por cierto, también queremos consolidar alianzas estratégicas con otras instituciones, CEPAL, OMS, OPS, como socios estratégicos formales, donde también estas instituciones de la Naciones Unidas nos vean a nosotros como un referente académico en temas de salud global.
La propiedad intelectual de las vacunas contra el COVID-19 está en discusión a nivel mundial, con ella se podría dar inicio a la producción de inyecciones en distintos países. Este tema, ¿está dentro de los que abordarán?
Pretendemos, no más allá de julio, un gran conversatorio, un seminario virtual, aún no conocemos el formato, discutir el tema de las vacunas, el licenciamiento, por su puesto abogamos por una distribución equitativa, no una competencia de quién tiene más dinero para tener más vacunas. En Latinoamérica hay una distribución desigual por distintos factores, principalmente económicos, que tienen que ver con las negociaciones con los laboratorios. Nuestra discusión va a apuntar a disminuir esta desigualdad a partir de la apertura de licenciamiento de las patentes de vacunas, algo que la Organización Mundial de la Salud también lo ha planteado. Nosotros somos muy claros, queremos y pretendemos que sea de libre acceso para todo el mundo. En Latinoamérica, todos los países han tenido problemas. Por el lado chileno, felicitamos la idea de nuestro Rector de liderar un esfuerzo donde podamos tener vacunas fabricadas en Chile, y nos ponemos a disposición de trabajar en lo que sea necesario sobre el tema.
Si tuviera que hacer un balance de lo que ha sido la salud pública desde que comenzó la pandemia a la actualidad, ¿Chile logró reaccionar adecuadamente ante el SARS-CoV-2?
Hemos tenido de todo. Nuestro país partió, a mi modo de ver, como los salubristas no queremos que parta, pensando en cómo nos íbamos a curar a través de esta compra masiva de equipamiento de camas UCI, ventiladores mecánicos, y la verdad que lo que siempre discutimos desde un inicio es que teníamos que saber identificar a los ciudadanos que padecían COVID-19. Abogamos por una mejor trazabilidad, por lo tanto, esto es algo que desde marzo del año pasado siempre lo analizamos.
Creo que el enfoque de la estrategia nacional no fue la correcta, en el camino se fue arreglando. Por supuesto, ningún país tenía la estrategia diseñada.
Hace no mucho tiempo propusimos que había que tener algo parecido a lo que se llama ahora renta básica universal, transferencias de recursos, y claramente en nuestro país eso ha estado muy lento. Ha habido etapas cíclicas en la comunicación de riesgos. Esto de que niños pueden volver al colegio, algo que no tiene ninguna viabilidad cuando recién estábamos partiendo con la vacunación.
Uno podría decir que ha habido errores, pero también hay que reconocer que todos los países han tenido experiencias distintas, y creo que el tema de la negociación con los laboratorios también hay que rescatarlo porque lo estamos llevando bien, y lo demás del trabajo de la atención primaria, que en Chile sigue y seguirá siendo un baluarte y una fortaleza que pocos países del mundo pueden decir que tiene una atención primaria tan buena, con un recurso humano altamente capacitado.
Hay algunas cosas que se pudieron hacer mejor, pero en general ya estamos en una etapa distinta. Existe un agotamiento pandémico, eso es normal, en todos los países ocurre, las personas no soportan estar más tiempos encerrados. Toda medida sanitaria debe analizar más variables que antes, el agotamiento forma parte de una que hay que incorporar, estamos todos cansados. Esto aún no ha terminado, hay que seguir teniendo restricciones.