Proyecto del Fondo Valentín Letelier

Mujeres estudiantes, habitantes de Petorca y académicas lideran proyecto para crear un manual de autogestión de agua doméstica

Académicas crean manual para la autogestión hídrica de Petorca
En 2020, Petorca fue declarada zona de catástrofe por escasez hídrica.
En 2020, Petorca fue declarada zona de catástrofe por escasez hídrica.
Las mujeres son quienes se han hacen cargo en gran medida del problema de desabastecimiento de agua a nivel doméstico.
Las mujeres son quienes se han hacen cargo en gran medida del problema de desabastecimiento de agua a nivel doméstico.
Imagen del proyecto "Nuestra casa, nuestro cauce" que entregará un manual de autogestión de agua doméstica para Petorca.
Imagen del proyecto "Nuestra casa, nuestro cauce" que entregará un manual de autogestión de agua doméstica para Petorca.

Tras años de amenazas y de estudios que la sindicaron como el lugar con mayor riesgo a sufrir desastres por el cambio climático, en 2020 Petorca fue finalmente declarada zona de catástrofe debido a la escasez hídrica, convirtiéndose en uno de los máximos ejemplos de lo que sucede cuando se combinan dos elementos fatales: la sequía global y la privatización de un bien fundamental para el ser humano.

Chile es el único país del mundo que tiene su agua privatizada y esto está afectando directamente a la población en un contexto de calentamiento global, que tiene a varias zonas del país con un déficit de precipitaciones de entre el 70 y 100 por ciento. En marzo, una sentencia histórica del Tribunal Supremo tras una demanda interpuesta por el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) reconoció el agua como un derecho fundamental y ordenó al Estado chileno a que proporcione 100 litros diarios a los habitantes de Petorca. ¿Es suficiente?

Frente a esta situación, académicas de la U. de Chile junto a la colectiva feminista hídrica Gota Negra impulsaron la iniciativa “Nuestra casa, nuestro cauce”. El proyecto, ganador de un Fondo Valentín Letelier 2020, dio origen a un manual de autogestión de agua doméstica, enfocado en la comuna de Petorca, que busca no solo entregar conocimientos prácticos de cómo enfrentar la crisis, sino también informar sobre cuáles son los derechos que los habitantes deben exigir a sus autoridades ante esta problemática.

El drama de Petorca no se puede entender aisladamente del contexto climático global, pero por cierto que también está el tema de la política hídrica chilena, que está muy orientada a soluciones de infraestructura, a fomentar la propiedad privada y el lucro del agua, y se preocupa poco del consumo potable humano”, explica la geógrafa y académica en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la U. de Chile, María Cristina Fragkou, quien lidera el proyecto. 

A partir de un proyecto Fondecyt que la mantuvo dos años trabajando en Petorca, Fragkou estrechó lazos con las comunidades y se comprometió con el problema de la escasez al punto que formó junto a otras estudiantes y académicas la colectiva hídrica feminista Gota Negra, espacio que hoy pretende entregar herramientas concretas para el abastecimiento y con una clara perspectiva de género.

“Son las mujeres quienes están a cargo de los cuidados y quienes deben lidiar en el cotidiano con el problema del agua. Lavar los platos, lavar la ropa, preocuparse de la higiene familiar, son ellas las que van en busca del agua embotellada, y por eso son ellas nuestro principal foco, aunque este manual no excluye a los hombres y al resto de la comunidad, pero hay una mirada feminista en su elaboración”, señala la geógrafa.

Empoderando a los hogares

Actualmente, la comuna de Petorca se abastece de agua potable a través de camiones aljibes pagados por la gobernación regional, que les entrega hasta 100 litros de agua al día por persona, pero que va solo una vez por semana. Esto obliga a los hogares a entrar en una compleja dinámica de organización familiar que tiene como centro a las mujeres.

“Se bajan los estándares de higiene, la gente no se ducha cuando quiere porque sabe que el camión va a venir en cuatro días más y te puedes quedar sin agua. Las mujeres priorizan muchas veces la higiene de los niños y de los hombres, quienes deben ir a trabajar, entonces ellas no se duchan o prefieren lavar su ropa después”, ejemplifica Fragkou.

“Pensamos que el Estado ha hecho gastos millonarios en este sistema, cuando con ese dinero podría haber expropiado el derecho de agua o se podrían hacer otras cosas para tener un abastecimiento más seguro, fluido y menos precario. Porque no es que el camión aljibe traiga el agua desde el sur de Chile, lo saca de un punto de Petorca, para llevarlo a otro punto. Entonces, agua hay, pero se acumula en manos de unos pocos que la usan para fines agrícolas e industriales”, agrega.

El “Manual de autogestión de agua doméstica” - que ya se está trabajando junto a mujeres del territorio recogiendo sus experiencias- contará con cuatro ejes de acción que son también los cuatro capítulos en que se dividirá la publicación: saberes locales, calidad del agua, guía jurídica y recuperación de nuestras aguas. El resultado se estima en 150 páginas que combinen datos prácticos para el abastecimiento de agua en zonas rurales e información general sobre los derechos que tenemos como habitantes sobre este bien universal.

“Hemos reflexionado la utilidad y el objetivo del manual, y no queremos que se vea simplemente como una guía de supervivencia y que se piense que nos estamos rindiendo ante la escasez, al contrario, queremos que sea una herramienta de empoderamiento de los hogares para que con más fuerza exijan sus derechos”, agrega la académica.

El manual se publicará en formato papel y se distribuirán unos 300 ejemplares en la comunidad y en bibliotecas del territorio. Además se dispondrá una versión digital abierta a cualquier usuario que quiera descargarla desde las redes sociales del proyecto y también desde el sitio web aguaparatodos.cl, que reúne a las principales organizaciones de agua potable rural (APR) de Petorca. "Creemos que este manual es útil para todas las zonas rurales de Chile", dice la geógrafa.

Se producirán además cápsulas informativas que serán difundidas a través de radios comunitarias, pensando en el amplio espectro de edades a las que está destinado el proyecto, que va desde los 20 a los 60 años y más.

En el proyecto participan distintas unidades académicas de la U. de Chile como Ingeniería, Geografía, Diseño, Antropología y Química, además de organizaciones locales, como la Unión de sistemas de Agua Potable Rural de la cuenca del río Petorca, la Colectiva Feminista de Petorca, la Escuela Agroecológica Germinar, Somos Valle, 100 murales por el agua y radios comunitarias locales. También cuenta con el apoyo de la municipalidad, Servicio País y la Fundación Newenko.