La profesora diferencial, galardonada con el Premio Nacional de Educación, y el abogado, que recibió el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, tienen algo en común: ambos cursaron sus estudios superiores en la Universidad de Chile, punto desde el cual trazaron una admirable y destacada trayectoria que hoy es reconocida con el máximo reconocimiento del país, en sus respectivas áreas.
La primera noticia del día llegó con la distinción a José Rodríguez Elizondo, quien además es un destacado académico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Chile, donde enseña Relaciones Internacionales, dicta seminarios y guía talleres. El edificio de calle Pio Nono es, además, su alma máter, pues en esta misma unidad académica egresó para obtener el título de abogado.
Versátil y plural, el profesor Elizondo ha ejercido también como periodista, escritor, académico, diplomático, analista internacional, crítico de arte, embajador y caricaturista. De hecho, su obra consta de cerca de 30 libros de temas tan variados como novelas de ficción y ensayos de política internacional.
Luego vino el anuncio del premio a Nolfa Ibáñez, también hija de Bello, quien se quedó con el galardón de Educación. La profesora también ha tenido una destacada trayectoria como docente e investigadora en la Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación (UMCE).
En su trabajo, la educadora ha abordado el ámbito de las emociones en el aula, la diversidad en la construcción de mundo, el saber pedagógico y la interculturalidad. Su cruzada ha sido promover la comprensión y valoración de la diversidad en todas sus expresiones.
La profesora Ibáñez se tituló en 1981, obteniendo la mención en Trastornos de Aprendizaje, y ejerció como ayudante dentro del Departamento de Educación Diferencial, que entonces dependía de la Universidad de Chile. Posteriormente, llegó a integrar el cuerpo docente de la institución. También fue directora del Liceo Experimental Manuel de Salas entre 1991 y 1994.