“Ha sido un fin de mes maravilloso, estoy muy agradecida y honrada por este reconocimiento”. Esto es lo primero que dice la académica de la U. de Chile, Mónica Rubio, consultada sobre cómo han sido los últimos días tras recibir el Premio Nacional de Ciencias Exactas 2021, noticia que conoció de parte del propio ministro de Educación, Raúl Figueroa. Esa jornada fue especial porque, mientras se preparaba para celebrar el matrimonio de su hijo, recibió la noticia del premio, reconocimiento que por tercera vez en su historia recae en una mujer.
La Doctora en Astrofísica de la Universidad de París, en Francia, y docente del Departamento de Astronomía de nuestro plantel, reconoce que esta distinción la estimula a seguir investigando y a continuar como docente de la U. de Chile, donde desde 1979 comparte sus conocimientos con sus estudiantes, y donde actualmente guía talleres e investigaciones. “He tenido la fortuna de formar toda una generación de astrónomas profesionales que hoy día son exitosas astrónomas, que fueron mis estudiantes del Magister, no solamente en la U. de Chile, sino que en otros planteles”, asegura sobre los espacios que se han abierto las mujeres en esta disciplina.
La profesora Rubio revela que su pasión por las estrellas y el espacio comenzó cuando ella era una niña y compartía sus vacaciones con su familia en las cercanías de Matanzas, en la Región de O´Higgins. “Muy tempranamente me interesó el cielo, siempre me preguntaba qué eran esas estrellas que yo veía”, recuerda.
Durante los próximos tres años, la académica además liderará un importante desafío: se convertirá en la primera astrónoma chilena en presidir una División de la Unión Astronómica Internacional, sobre “Medio Interestelar y Universo Local”, donde sus funciones serán asesorar y apoyar a las nuevas autoridades del organismo. “La división que yo voy a presidir reúne aproximadamente 3 mil astrónomos que trabajan en este tema, estudiando el material que existe en las estrellas y en todas las galaxias que están por así decirlo en el vecindario de nuestra galaxia”, afirma.
Han pasado ya un par de días desde su reconocimiento, ¿lo esperaba?
La verdad es que estoy muy muy contenta. Ha sido un fin de mes maravilloso, estoy muy agradecida y honrada por este reconocimiento. En cuanto al momento en que me enteré, fue muy especial porque ese día me estaba preparando para partir al matrimonio de mi hijo que se casaba a mediodía, así que estaba completamente en otra actividad. Sonó el teléfono, contesté y resultó ser que me estaban llamando del Ministerio de Educación. Hablé con el ministro, y ahí me comunicó que el jurado se había reunido esa mañana y habían tomado la decisión de otorgarme a mí el Premio Nacional de Ciencias Exactas 2021. Así que estaba muy sorprendida en ese momento, muy agradecida también del jurado, del ministro, y bueno corté con él, hicimos un pequeño zoom con el resto del jurado y tuve que volar a la ceremonia de mi hijo. Ese día estuve desconectada todo el día, y la verdad es que ahora, con más calma, más tranquilidad, puedo decir que fue un día muy especial, estoy muy feliz.
Tanto en lo profesional, académico y también personal, ¿cómo este reconocimiento la estimula a seguir aportando en la disciplina?
El estímulo por recibir el premio es enorme, sobre todo para seguir haciendo investigación, como lo he venido haciendo hasta ahora, cumpliendo con todas las labores como académica de la U. de Chile. Siempre me ha gustado mucho formar gente, tengo alumnos y alumnas. También me gusta dictar clases y tengo una serie de responsabilidades, así que ojalá poder seguir cumpliendo con más entusiasmo y energía todas las responsabilidades que ahora tengo. Y también cumplir con compromisos internacionales, porque simultáneamente asumí como presidenta de una de las divisiones de la Unión Astronómica Internacional, así que se vienen 3 años de harto trabajo. Ahora, en lo personal, terminar una serie de investigaciones que estoy realizando. Estoy por terminar un artículo con una estudiante que se gradúo el año pasado, y que ahora está haciendo un doctorado en Alemania, así que ese artículo ha quedado un poco pendiente estos días, y seguir con las observaciones y proyectos que tengo en curso para el futuro.
¿Desde cuándo sintió ganas de observar el cielo y aprender de las estrellas?
Muy tempranamente me interesó el cielo. Siempre me preguntaba qué eran las estrellas que veía. Salíamos a caminar en las noches, ahí en un cielo muy oscuro donde veraneábamos con mi papa, mi mamá y mis hermanos en un campo cerca de Matanzas. Así nació mi interés, y después leí libros que me motivaron mucho. Además, estuve asistiendo a un curso de astrónomos aficionados mientras estaba en la enseñanza media, y asistiendo todos los días sábados prácticamente al observatorio que ellos estaban construyendo en cerro Pochoco, en el Arrayán. Ahí mirábamos las estrellas con todos los amantes y aficionados de ellas, así que en ese sentido fue bien temprano mi interés y mis ganas de estudiar.
Por alguna razón estaba enterada de que Chile tenía los mejores cielos del mundo, que probablemente esto iba a tener un desarrollo muy espectacular, y así fue como finalmente decidí ingresar a la Escuela de Ingeniería en el Campus Beauchef para poder seguir profesionalmente esta actividad. A mí me gusta mucho observar, siempre he sido una astrónoma observacional, o sea, me gusta ir a los telescopios, a los observatorios. Me gusta realizar las observaciones yo misma. Así que esa afición a mirar el cielo desde temprano de alguna manera la pude mantener durante mi carrera científica también.
Desde 1979 ha estado vinculada a la U. de Chile. En todos estos años, ¿cómo ha visto la evolución que ha tenido la astronomía, y la incorporación de las mujeres?
Cuando ingresé a la Escuela de Ingeniería eran como 800 las vacantes que recibían en el plan común y debemos haber sido unas 20 mujeres. Éramos poquitas, nos conocíamos y nos comunicábamos todas, y muchas de ellas hoy son ingenieras. En el área mía de física primero y luego de astronomía me tocó ser siempre la única mujer. No recuerdo haber tenido compañeras mujeres durante esos años. Pero mi interés por estudiar y aprender hizo que tuviera buenas colaboraciones y estudiábamos juntos con mis compañeros de curso, así que muchas veces nos tocó ir a hacer turnos de observación, así que lo pasábamos bien.
Siempre me sentí apoyada mientras estaba estudiando. Después, he visto como cada vez más mujeres están llegando al Departamento de Astronomia. He tenido la fortuna de formar toda una generación de astrónomas profesionales que hoy día son exitosas astrónomas, que fueron mis estudiantes del Magíster, no solamente de la U. de Chile, sino que también algunas eran de otras universidades. Cada vez recibimos más estudiantes mujeres en Cerro Calán, y las mujeres han ido cubriendo cada vez más todas las áreas en las cuales se pueden desempeñar. Soy una convencida de que el talento y la capacidades no tienen género, hay hombres y mujeres altamente capaces e igualmente talentosas, es cosa de tener las oportunidades o buscarse las oportunidades para poder salir adelante.
¿Qué implica ser la primera mujer chilena en presidir una unidad de la Unión Astronómica Internacional? ¿Qué sello quisiera darle?
La Unión Astronómica Internacional es la organización que reúne a todos los astrónomos internacionales del mundo, más de 12 mil astrónomos de más de 130 países son los que la componen, y está organizado por un comité ejecutivo y 9 divisiones. Cada una de estas divisiones es por áreas temáticas de la astronomía. Hay división de planetas, de astronomía y la división que yo voy a presidir es de materia interestelar y galaxias del grupo local, y este reúne aproximadamente 3 mil astrónomos que trabajan en este tema, estudiando el material que existe en las estrellas y en todas las galaxias que están, por así decirlo, en el vecindario de nuestra galaxia. Fui seleccionada, elegida por mis colegas, lo cual también fue una gran alegría porque es un reconocimiento a la trayectoria y al aporte en esta área de investigación que yo he hecho y ha tenido un impacto internacional. Ahora, en estos próximos 3 años a cargo de la división tenemos que seleccionar todos los congresos y simposios que son patrocinados por la Unión Astronómica Internacional, además de generar y convocar a los grupos de estudio para poder ir avanzando en el conocimiento de esta área.
A Chile se le reconoce por sus cielos. ¿De qué manera deberíamos plantearnos como país en esta área?
Chile tiene cielos muy transparentes, no simples de encontrar en alguna otra parte del planeta. Solamente nos hacen competencias los telescopios y observatorios que están en el espacio, pero desde la Tierra no hay mejor lugar del mundo para instalar los instrumentos, y por eso que vamos a concentrar el 70 por ciento de toda esa capacidad de aquí a fines de esta década. Lo que tenemos que hacer para poder conservar estos cielos en estas condiciones es mantener su oscuridad y protegerlos, como primera cosa, y todo lo que haya que trabajar para evitar la contaminación lumínica que hoy día esta afectando fuertemente a los observatorios en el norte. Las ciudades se desarrollan, y eso es muy bueno, nadie puede estar en contra de que las ciudades se desarrollen, y aumenta la iluminación obviamente, pero la iluminación que necesitamos es iluminar hacia el suelo no hacia el cielo. Necesitamos que nuestras veredas estén iluminadas, nuestras casas, que toda la iluminación vaya dirigida hacia las zonas donde estamos los habitantes, los ciudadanos, donde la actividad ocurre, y eso no es en el cielo.